Novedad editorial
Fernando García Calderón: «El Vaticano y el gobierno de Franco ayudaron a huir a muchos nazis»
El escritor sevillano publica su nueva novela, «Para olvidar quién fuiste» (Algaida)
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Fernando García Calderón (Sevilla, 1959) es de esos escritores a los que les gusta reinventarse en cada una de las historias que narra. Después de las incursiones realizadas en las vidas de Susana de Susón , Jack el destripador y Diego Torres Villarroel , ahora vuelve con «Para olvidar quién fuiste» (Algaida), un thriller con el que logra un cambio de registro gracias al relato magistral que hace de la Europa de posguerra a través de la mirada de los cazadores de nazis.
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Respecto a ese asunto, comenta que quería recordar «la presencia importante en nuestra historia de estos cazadores, ya que su labor fue decisiva para que no se olvidaran los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Los conceptos de olvido y memoria están muy presentes en la novela ». Confiesa García Calderón que cuando tenía unos veinte años se empezó a interesar por el tema y se fue documentando. « Serge Klarsfeld y su esposa Beate fueron unos cazanazis célebres.También lo fue Simon Weisenthal ». «Quería saltar de los más famosos a los cazanazis del día a día que se han movido entre las sombras», dice.
El dolor y el olvido
Asimismo, el autor de «Nadie muere en Zanzíbar» afirma que «tenía mucho interés en comenzar la historia con la caída del muro de Berlín, acontecimiento que coincide con el nacimiento de una niña. Esto último es la pureza y contrasta con el derrumbe de Europa». En ese sentido, comenta que con esta novela he querido mostrar «la evolución de la sociedad hacia el olvido. El ser humano tiende a superar el dolor con el olvido . El cazanazi se enfrenta al olvido y la desmemoria.Eso hacía que fueran incómodos para los gobiernos, ya que estos querían que Europa renaciera». Abundando en este mismo tema, el escritor aclara que «el olvido es un grave error porque los errores se pueden repetir» .Esto le lleva a asegurar que «en España la memoria histórica me parece perfecta como símbolo, pero hay también cosas de palabrería ».
Sobre la actitud mantenida por el Vaticano , este autor considera que la Santa Sede cayó en «la trampa pues ese concepto de ayudar al prójimo fue usado por unas personas para terminar como colaboradores de la huida de los nazis. Hubo una ruta de los monasterios que partían de Austria y llegaban a Roma, y el Vaticano colaboró en esta huida. En España estaba la llamada ruta de la araña. Muchos nazis que huyeron a Suramérica lo hicieron con la ayuda del Vaticano y del gobierno de Franco ».
En esta historia tiene un papel muy destacado Hannah Behrens , que se dedicará a buscar nazis una gran parte de su vida. «Ella parte de la inocencia natural y llega al resabio y al deseo de venganza. Odia por razones muy personales. Es un ser humano corriente que se ve arrastrado a una situación excepcional». Esto provoca que el sentido de la culpa que tenía su padre, Peter Behrens , lo desarrolle a lo largo de la historia. «La hija de Hannah padece polio por un descuido suyo y eso le crea un sentimiento de culpa, de ahí que intente redimirse buscando a un nazi. Hay dos formas de redención, con la esperanza y con la desilusión , y llega un momento en que ella necesita pasar página».
«Para olvidar quién fuiste» posee, además, un trabajo «laborioso de documentación» detrás, «pero no ha sido un objetivo básico de la novela, lo que he buscado es la definición de personajes. No se trata de una superproducción sino de una historia intimista» . Además, lo que más tiempo le llevó fue buscar «una voz narrativa en ella». «Necesitaba un narrador distanciado en el espacio y en el tiempo y que tuviera dudas. Esta no es una novela de héroes, sino de personas que en determinados momentos se ven sometidas a situaciones heroicas ». Igualmente afirma que «para mí todas las novelas son un desafío y cada una tiene unos puntos básicos que quiero abordar. Aquí el desafío era que quería meterme en la piel de cada personaje. Hay personajes muy especiales como Bruno y hasta que no me metí en su cabeza no me quedé satisfecho».
Fernando García Calderón dice también que esta novela « tiene tanta densidad en el fondo que le he dado más liviandad en la forma . En muchas ocasiones me interesa más el contexto donde se desarrolla la acción que lo que dice el personaje. Aquí pesa menos la intriga que lo que dice cada personaje».