Cuarentena literaria

Contar cuentos: El pescadorcito de Urashima

Los mitos y leyendas japoneses llegan a los más pequeños a través del «contador» Fernando Iwasaki

Ilustración del Pescadorcito de Urashima

Fernando Iwasaki

La literatura popular japonesa ha sido durante años una gran desconocida, a pesar de las divulgaciones precursoras de Juan Valera y de la publicación en Espasa-Calpe de los libros de Lafcadio Hearn, el gran introductor en Occidente de la literatura del Japón, como El Romance de la vía Láctea (1921) y Kwaidan (1944), los maravillosos cuentos populares de fantasmas. De hecho, la leyenda del pescador Urashima forma parte de los Kwaidan. Sin embargo, hoy los niños y los adolescentes tienen más idea de los mitos japoneses que de los grecolatinos, gracias al manga y los anime que se han entronizado en el gusto de los jóvenes de todo el planeta. Baste decir que la leyenda del niño guerrero Momotaro inspiró a personajes como Goku, Pokemon y Naruto .

Uno de los temas inherentes a los cuentos populares japoneses es el de los viajes de ida y vuelta a través del tiempo, como sucede en la leyenda de «El pescadorcito de Urashima», pues por cada año que el protagonista pasa bajo el mar transcurre un siglo en la superficie. En realidad, esta leyenda fue el primer latido de todas las ficciones contemporáneas que hablan de «regresos» al futuro , desde H.G. Wells hasta la célebre película de Robert Zemeckis , pasando por los mangas que siempre han utilizado ese recurso, como ocurre en «Dragon Ball Z» cuando el Trunks del futuro retrocede en el tiempo para luchar contra Célula y los androides 17 y 18. Los niños comprendieron de maravilla esos recursos sin necesidad de saber qué cosa era una elipsis u otras zarandajas semejantes.

Juan Valera conoció la leyenda del pescador Urashima gracias a una edición inglesa de cuentos japoneses, y quedó tan impresionado por la austera belleza de las narraciones que tradujo «El espejo de Matsuyama» y «El pescadorcito Urashima» para incluirlos en su libro De varios colores (1898). Le cedo la palabra a Valera: «Me han agradado tanto estos cuentos que no sé resistirme a la tentación de poner un par de ellos en castellano. Elijo los dos que me parecen más interesantes: uno porque se diferencia mucho de casi todos los cuentos vulgares europeos; y otro por lo mucho que se asemeja a otras leyendas cristianas».

Los cuentos populares japoneses tienen un encanto especial para atraer a los niños a la lectura, acaso porque sus personajes son realmente populares (pescadores, artesanos, soldados, campesinos) y sus épicas íntimas se basan en valores que en Occidente nos hemos dedicado a denigrar, como el honor, la palabra y la lealtad. A lo mejor hacía falta esa mirada «extraña» para revalorizar -como supuso Valera- unos principios tan semejantes a los cristianos.

Cuentos japoneses disponibles para niños en libros, mangas y animes:

Juan Valera: De varios colores (Kindle)

Lafcadio Hearn: Kwaidan ( Edelvives , Alianza, Valdemar, Satori, Espuela de Plata )

Lafcadio Hearn: El romance de la Vía Láctea ( Chidori )

Anónimo: Momotaro ( La Voz del Lápiz )

Grace James: Cuentos de hadas japoneses ( Satori )

Anónimo: El cuento del cortador de bambú ( Chidori)

Shigero Mizuki: Enciclopedia Yokai ( Satori )

Mori Ogai: El ganso salvaje ( Chidori )

Eiji Yoshikawa: El cantar de Heike ( Satori )

Rumiko Takahashi: Inuyasha ( Manga y Anime )

Masashi Kishimoto: Naruto ( Planeta )

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