Crisis del coronavirus
Algo menos de la mitad de librerías de Sevilla reabre en el primer día de la desescalada cultural
Han abierto en régimen de cita previa para atender fundamentalmente a los pedidos telefónicos o vía email de sus clientes
La desescalada cultural arrancó este lunes en Sevilla en el único sector que se podía acoger a la fase 0 del plan del Gobierno: las librerías . Así, algo menos de la mitad de los establecimientos de la ciudad optó por abrir sus puertas para atender a sus clientes con cita previa, tal como marca el plan, según señalaron a ABC desde la Federación Andaluza de Librero s (FAL).
Otras librerías han optado por retrasar su apertura hasta la fase 1 de la desescalada, el próximo 11 de mayo , al no convencerles la fórmula de cita previa del plan para la rentabilidad de sus negocios o albergar aún muchas dudas sobre los protocolos sanitarios y de desinfección.
Este lunes podían abrir sus puertas los propietarios de las librerías independientes que decidieran acogerse a la desescalada, aunque no las grandes cadenas de librerías, como Casa del Libro o Fnac , ambas con establecimientos en la capital. Hay que recordar que estos comercios llevan en su mayoría cerrados desde que se declarara el estado de alarma el pasado viernes y sirviendo, solo algunos de ellos, pedidos online al domicilio de sus clientes
El decreto, publicado el domingo en el BOE, facultaba a los libreros a atender desde el lunes con cita previa a sus clientes y de forma individualizada, que podían acceder al establecimiento o ser atendido en al puerta para recoger un pedido realizado por teléfono o email.
Así, reabrieron este lunes librerías del Centro, como El Gusanito Lector y Rayuela ; de los Remedios, como La Botica de Lectores y Palas ; pero también establecimientos como El Oso y el Libro , en los Bermejales; y Tagore , en el Parque Alcosa. No abrió el lunes pero tiene previsto hacerlo este miércoles otra librería del Caso Histórico: Casa Tomada .
Algunos libreros, como Esperanza Alcaide , de El Gusanito Lector y vicepresidenta de la FAL, tenían claro que abrirían este lunes, pues contaban con muchos pedidos de clientes del barrio y porque había que comenzar a «acostumbrarnos a normalizar » la situación.
En esta misma clave se manifiesta María José Barrios , de Casa Tomada, quien considera que es necesario retomar la actividad para que «los vecinos de la zona te vean abierto y se acuerden de ti a la hora, por ejemplo, de hacer un regalo de cumpleaños».
Librerías como Caótica, Yerma, Isla de Siltolá y Padilla tienen previsto abrir el próximo 11 de mayo
Otros propietarios, como José María Gutiérrez , de Tagore tenían idea de esperar hasta el 11 de mayo, día en el que estos establecimientos pueden abrir sin cita previa para atender a sus clientes, eso sí, individualmente, respetando un aforo y con las medidas de seguridad sanitaria que impone el decreto.
Sin embargo, señala este librero, «nos han comenzado a llamar clientes y hemos retomado la actividad , tanto de cara a pedidos como a libros que tenía reservado algún lector antes de que se declarase el estado de alarma». A los clientes los atiende tanto Tagore como Rayuela en la puerta del establecimiento, mientras implementan las medidas sanitarias que les exige el Gobierno.
Otras librerías, sin embargo, han optado esperar hasta la fase 1 de la desescalada para reabrir, que está prevista, si Sevilla cumple con los requisitos, para el próximo 11 de mayo. Ese día tienen previsto abrir sus puertas Yerma, Isla de Siltolá, Padilla y Caótica .
A esta última no le ha quedado más remedio que acogerse a esta opción, señala Maite Aragón , una de las fundadoras de esta librería que funciona en régimen de cooperativa en el Casco Histórico. La razón: superan en pocos metros los 400 metros cuadrados y no pueden acogerse a la fase 0.
Nueva normalidad
Durante este tiempo, aprovecharán, como el resto de establecimientos, en adaptar su negocio a la nueva normalidad a la que obliga el coronavirus. Así, tomarán medidas de autoprotección para sus socios, como mascarillas o caretas , así como algún tipo de mandil que permita una fácil desinfección, pues hay que hacerlo dos veces al día. Además, habrá que colocar mamparas de metacrilato en los mostradores en muchos establecimientos.
Además, hay que poner a disposición de los clientes guantes y gel hidroalcohólico , y no podrán tocar los libros. «Cuando alguien devuelva un libro, por la razón que sea, debe quedar aislado de todos los demás durante quince días, que es el plazo en el que está activo el virus», explica el propietario de Tagore.
«No se va a poder ir a curiosear a la librería y tener contacto con lo expuesto, la relación tiene que seguir siendo muy aséptica , entrando en el establecimiento, dependiendo de los metros y dependientes, entre una y tres personas», añade.
Esta asepsia es complicada en librerías especializadas en libro infantil y juvenil, señalan desde Rayuela, que buscará alternativas para cuando abra sus puertas. Ya han creado para tener una atención más personalizada con sus clientes un grupo de whatsapp.
Para seguir manteniendo su importante papel de prescriptores , Esperanza Alcaide señala que lo que harán en El Gusanito Lector será sacarle libros al cliente en función de sus ideas y mostrándole las diferentes opciones, pero sin poder tocar los ejemplares.
La incertidumbre es grande y los libreros no saben cuál va a ser la respuesta de sus clientes
Todo esto se irá clarificando en los próximos días para un sector para el que la gran pregunta es cuál va a ser la respuesta de los lectores . «No tenemos ni idea de cuáles van a ser las ventas », señala gráficamente Maite Aragón.
La incertidumbre es grande, no solo porque son desconocidos los efectos del coronavirus y si se producirá el temido rebrote en otoño , sino porque se prevé una contracción de las ventas, por la situación de crisis económica , y las librerías, que ya tenían sus balances muy ajustados, van a tener más gastos por la inversión en medidas sanitarias.
Por ello, confían en tener algún tipo de ayuda por parte de las administraciones por su papel de difusores de la cultura. Para ello, el sector cuenta con tres representantes , los propietarios de Padilla, Tagore y El Gusanito Lector, que mantendrán reuniones para ello con el Ayuntamiento de Sevilla.
El Ayuntamiento de Sevilla ya anunció una línea de ayudas a través de la compra de libros , al igual que la Junta de Andalucía . Algunos libreros, sin embargo, echan de menos una respuesta «exprés» por parte del Ministerio de Cultura , no solo a las librerías sino a todo el sector cultural ante una crisis que puede hacer desaparecer a muchos de sus actores.
«El problema es que ya era muy precario todo, pero volveremos a reinventarnos », señala la fundadora de Caótica.
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