LIBROS
«Viajando y escuchando es la mejor forma de entender esta España»
Dani Pinilla presenta 'Expaña', una obra que funde el periodismo y la literatura de viajes por las costuras de la piel de toro
![Dani Pinilla ha publicado su libro 'Expaña'.](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2018/10/13/v/dani-pinilla-expana-U301158382016qCD--1248x698@abc-Home.jpg)
¿Qué es España? Una pregunta con tantas millones de respuestas como de habitantes moran en la tierra de los conejos. Sus símbolos contaminados, la hostilidad con que se mira desde ciertos rincones del propios país, los estereotipos, las luchas fratricidas, su leyenda negra... las costuras que tejen esta piel de toro albergan las pistas de la nación más antigua de Europa . Un futuro difuso se avista en el horizonte y esas mismas costuras que nos unen sentimentalmente son las que pueden rasgarse hasta llegar a implosionar.
El periodista Daniel Pinilla, sevillano y gaditano a ratos iguales, se acerca a esta realidad de la mejor forma que sabe hacerlo: viajando y escuchando. Aventurero empedernido, paseante del mundo, en esta ocasión rechaza los vuelos y se sube a bordo de sus zapatillas para recorrer en 'Expaña' los rincones donde encontrar la contestación a tantos interrogantes. De nuevo funde el periodismo con la literatura de viajes y sigue el rumbo que le marca su instinto para afrontar los retos más elementales: ¿quiénes somos? y sobre todo ¿adónde vamos?
'Expaña'. Ya el título impacta. Este país no sólo ha perdido el norte, sino que también puede perder el nombre...
Jeje. No creo que pierda el nombre, quede lo que quede de ella. Es un título simbólico para llamar la atención y advertir que se está encaminando a un punto de no retorno, de auténtica implosión.
¿Qué es lo que desea reflejar en esta nueva obra, donde sigue cultivando la literatura de viajes pero esta vez jugando en casa?
Quería comprender por qué hemos llegado a un punto en que el propio sentimiento nacional se encuentra tan contaminado por conceptos negativos, sobre todo por los años de la dictadura. Los símbolos están contaminados y la simbología es clave para entender el sentimiento de pertenencia a un país. El que le pone nombre a las cosas acaba siendo dueño de ellas, como decía Confucio. Al estar tan despegados, y que haya sitios donde el ambiente sea tan abiertamente hostil, se provoca un divorcio emocional. Este estado de degradación no sucede de un día para otro, y por eso investigo, desde el punto de vista de un viaje, qué es España y por qué es como es. Y por supuesto, adónde nos dirigimos.
¿Y se puede definir España, más allá de sus límites físicos?
Con las costuras utilizo un término sugerente para ilustrar el paseo que me he dado por España, porque las costuras es algo que une pero también el lugar por donde se puede quebrar una tela. España es conocida como la piel de toro y está llena de costuras que aguantan porque los cimientos son sólidos, y lo hace desde hace muchos siglos. Una unidad territorial después de la caída del Imperio Romano, aunque los padres del Estado moderno sean losReyes Católicos, pero ya había una conciencia de permanencia.
«Los símbolos están contaminados y son la clave para entender el sentimiento de pertenencia a un país»
¿Qué es lo que nos separa y qué es lo que nos une? ¿Cuáles son las costuras?
Lo lógico sería pensar que nos hemos mezclado, porque el mestizaje es lo que salvará a la humanidad. España es el único imperio en la historia que ha legado un continente mestizo. Pero dentro estamos tendentes a cultivar la diferencia. Y eso coquetea con algo peligroso, porque cuando hay una difícil situación económica, si no nos consideramos iguales, es fácil que busquemos culpables en los otros.
¿Cuáles son las historias que más le han impactado? ¿Y el rincón que le ha asombrado?
Me ha impactado visitar los Montes Universales. La España vacía que se encuentra entre Teruel, Cuenca, y en esa región preciosa los pueblos se están quedado sin habitantes. No hay reclamos atractivos, las infraestructuras están decayendo, y los pueblos se están quedando desiertos. Cuando les preguntas por un tema de identidad nacional, para ellos su problema es que el médico va a ir una o dos veces al mes para hacer la visita. Uno se da cuenta de qué menores son algunos problemas. O de acuerdo, son importantes, pero no se hace desde un debate de altura, sino menor y barriobajero.
También visité aquellos rincones que definen la leyenda negra, un concepto negativo que viene de fuera por los rivales imperiales y con el que hemos comulgado de forma estúpida. En Burgos se detuvo la conquista de América para tener un debate intelectual sobre el tratamiento que debían tener los indios, si tenían alma o no. Ahora parece de risa, pero es que ningún imperio se ha parado a pensar en eso. O uno va a Medellín y ve la casa natal de Hernán Cortés, que en otro país habrían hecho series y largometrajes, y hay dos piedras en el suelo. Es el trato que damos a nuestros héroes y eso define el trato que se tiene España a sí misma.
Se habrá pasado por Cataluña.
Sí, y cuando uno investiga los símbolos, las banderas, encuentra cosas curiosas. En Cataluña estuve tres veces, y he visto en un mismo balcón una bandera republicana y una estelada. No sé si el dueño sabrá que los de la segunda bandera le dieron un golpe de Estado a los de la Primera. Pero como ambos símbolos van de la mano en contra de la España casposa, pues olvidan que fueron enemigos. O simplemente lo ignoran.
«Hemos comulgado de forma estúpida con la leyenda negra, un concepto negativo que viene de fuera por los rivales imperiales»
¿Este país está condenado al enfrentamiento? ¿cómo puede conseguir cerrar esas heridas?
No quiero pensar eso. No es necesario. Si la gente vive bien, el problema de identidad se eclipsa. Pero cuando vienen malos tiempos... Ortega y Gasset hablaba de la 'conllevancia'. No hay una solución definida, pero tenemos que 'aguantarnos'. Parece un término pobre para que sea la explicación intelectual para salvar la convivencia, pero no hay mucho más. Hay que utilizar planteamientos inclusivos.
Y si definitivamente una parte no lo acepta y sólo quiere la independencia, pues a votar y decidirá el pueblo. Pero el pueblo somos todos, porque la soberanía reside en el pueblo completo. Si empezamos a dividir, caeremos en la atomización. ¿Quién debe votar? De ahí viene la broma o no tan broma de Tabarnia. España va hacia el camino de tener que afrontar una votación, pero por concepto debe ser de todos. Y primero hay que explicarlo bien, las relaciones bilaterales, qué se pierde y que se gana, y eso no se ha hecho. Y por la otra parte no se puede sólo señalar la ilegalidad de la independencia, sino hacer pedagogía, porque si no sólo haces separar.
¿Sigue siendo la guerra civil y el franquismo un trauma o prácticamente se ha superado?
Ha habido actitudes políticas que se han concentrado en no querer superar el espíritu de Transición y volver a reabrir ese debate, y eso es un desgaste energético y de tiempo enorme. Es una reinterpretación de la historia y no le encuentro sentido. Por ley no te pueden decir cuál es la verdad histórica, porque tiene muchas caras. Debemos trabajar por el progreso. Si cambias el nombre de una calle, ¿cambias la historia? Como siempre vas a dejar insatisfacciones, es una mala idea desandar el camino. Desde este punto no se soluciona el problema de España, eso seguro.
¿España pertenece sólo a una ideología?
Es cierto que gente de la izquierda política ha sentido desafecto con los símbolos nacionales. Pero es un error porque alguien va a enarbolar la defensa de la bandera de España, y entonces pueden aparecer lternativas escoradas en as que la bandera puede tener un lugar predominante. Los partidos mayoritarios no han sabido gestionar un uso sano de los símbolos nacionales. Ha habido un complejo enorme y por tanto un desencuentro emocional con los símbolos, que modelan el discurso y el pensamiento.
«Me impactaron los Montes Universales, la España vacía, donde no está el problema de la identidad sino de cuándo va a ir a visitarlos el médico»
¿Ha cambiado su postura inicial, se ha replanteado dudas, ha encontrado nuevas certezas o ha reforzado su opinión?
Claro que he cambiado mi posición. Mi idea es que no fuera un refrendo de lo que pensaba. 'Voy a demostrar que tengo razón'. Quería despejarme de todos los prejuicios posibles, coger distancia emocional como si fuera un extranjero, e intentar responderme qué está pasando. Por qué fabricamos símbolos que nos distancian. Soy aséptico aunque luego me posiciona sobre el conflicto de identidades.
Es su cuarto libro de viajes tras pasar por los Balcanes, Centroamérica y Cuba. ¿Qué tienen en común y en qué se diferencian?
En común tienen un perfil periodístico. El periodista que se enfrenta ante la tarea gigante de entender por qué un pais y su gente son de cierta manera y mostrar eso que aprende mediante una crónica periodística extensa, atendiendo al mayor número de voces para que el discurso no sea monocolor. Y a partir de ahí llegar a conclusiones porque el periodista debe opinar con criterio, honestidad y base.
Para el final, un juego. Un estereotipo que de verdad sea real, y un mito falso sobre los españoles.
Recuerdo a ese turista al que le preguntaron que qué le habían parecido los españoles, y respondió: 'No sé, no los he conocido a todos'. Pues eso. Hay mucho comportamiento homogéneo dentro de la masa, y eso es un grave problema, porque entonces uno asume el comportamiento que dicen debes asumir para sentirte dentro de una manada, y eso anula la libertad individual. El estereotipo que mejor les compete a los españoles es que cuando no tienen un enemigo fuera, lo buscan dentro. Pero tampoco somos tan especiales. El mundo está lleno de personas falibles con comportamientos erráticos. Todos los países pueden decir algo similar. Qué tipo de país queremos.
«El estereotipo que mejor les compete a los españoles es que cuando no tienen un enemigo fuera, lo buscan dentro»
Se aprende mucho viajando y escuchando. Ahora tengo una mejor concepción de cómo es España y qué me gustaría que fuera. Yo no soy muy nacionalista ni patriota porque soy caprichoso y me gusta ser de los países a los que viajo. Pero a España hay que respetarla y entenderla, y me gustaría que quien se asomara al libro percibiera eso con la lectura.