LITERATURA
Jesús Carrasco: «No sé si gana el que aguanta, pero sí obtiene enseñanzas»
Considerado como un puntal de la corriente neorruralista de la literatura española, el autor presenta su segunda novela, ‘La tierra que pisamos’
La Fundación Carlos Edmundo de Ory, con la colaboración de la Fundación Municipal de Cultura, programa hoy (19.30 horas) la presentación de ‘La tierra que pisamos’ (Seix Barral, 2016), la nueva novela de Jesús Carrasco. El acto, enmarcado en las actividades de la Fundación Ory en la Feria del Libro, se celebra en el Centro Cultural Reina Sofía. El autor estará acompañado por Juan María Rodríguez, periodista cultural y fotógrafo. Carrasco (Olivenza, Badajoz, 1972) vuelve a la tierra con esta ucronía de grandes protagonistas tras el éxito de su debut, ‘Intemperie’.
–¿Cómo afronta la promoción de su segunda obra un autor que ha sido tan aclamado con la primera?
–Sinceramente digo que no siento la presión. A veces me da la sensación de que es una pregunta para el tenista, que está obligado a ganar partidos, pero no para un escritor. He escrito la mejor novela que podía, la que quería hacer, me he entregado a ella en cuerpo y alma. En el momento en que decido que está para publicar y mi editora también, ya no se puede hacer más. No siento la necesidad de que supere las expectativas, claro que me encantaría, pero asumo riesgos y puede que eso no suceda. Estoy súper tranquilo.
–¿Cómo fue entonces el proceso de escritura de ‘La tierra que pisamos’?
–Se mezcla por un lado la repercusión de ‘Intemperie’ y por otro lado la propia dificultad que conlleva escribir una novela, que para mí continúa siendo alta. Encerrarse tres años en una biblioteca a trabajar sobre un único texto es, en sí misma, una cosa extraña, requiere obsesión, mucho esfuerzo y perseverancia. Me parece ya un trabajo de tensión, por lo menos para mí. La escritura en sí ya me aporta algo de presión. Empecé a escribirla antes de que ‘Intemperie’ saliese a la venta. Cuando volví de su promoción, me reencontré con esta novela y me di cuenta de que no había trazas de contaminación con la primera publicada. Ahora bien, ya sabía que había lectores al otro lado...
–Pero, se planteó diferenciarlas, al menos en estructura, complejidad...
–Independientemente de que la anterior obra haya sido exitosa o no, está en el ánimo del escritor, al menos en el mío, de buscar nuevos retos, nuevas formas de narrar. Para mí escribir es sobre todo placer, una indagación, una investigación. Para que sea pleno tengo que buscar caminos no transitados. Decidí que la estructura fuera mucha más compleja, que hubiera un protagonista femenino y así con varios elementos más.
–Es una pregunta que siempre se repite: ¿qué pretende con esta obra?
–Una respuesta a esa pregunta en sí misma es imposible. Creo que debe responder cada lector. Puedo decir lo que yo pretendía. Y lo que pretendía era trabajar en una idea muy clara que es en la relación que tenemos con la tierra, en todos los sentidos. En el material, como la sustancia en la que crecen las plantas y nos da de comer, pero también como territorio, como terruño en el que la identidad enraiza y como la tierra como planeta. El resultado es esta investigación, una posible visión, la mía, de cómo nos relacionamos, como la maltratamos y ella es generosa con nosotros.
– ‘La tierra que pisamos’ tiene una clara vocación ecológica...
–Hay un fondo que tiene que ver con la protección de la naturaleza, que es un tema que me preocupa mucho desde que era adolescente.Cada vez preocupa a más gente cómo tratamos al planeta, agotamos recursos y si este mundo es así sostenible y perdurable.
–También flota en la novela ese concepto tan repetido ahora de la resiliencia, ¿no cree?
–Sí, forma parte del tejido con el que están hecho los personajes, fundamentalmente el de Leva. Para mí es una noción que me gusta mucho, lo que ahora llamamos la resiliencia es lo que antes se decía el aguante. Para mí es una característica que yo siempre asocio a las mujeres, al menos a muchas a las que he conocido. A nuestras madres y abuelas que aguantaban todo lo que había que aguantar. Para mí es algo importante como ser humano el de resistir los reveses de la vida. También estaba en ‘Intemperie’, el que aguanta no sé si es el que gana, pero sí que obtiene enseñanzas de la vida.
–¿Es esta ante todo una novela de personajes?
–Sí, fundamentalmente sí. Pero también en la primera novela. Hay pocos personajes que llevan toda la trama de la historia. He intentado que los dos personajes principales estuviesen desarrollados de la manera más profunda posible y en el caso de Leva a través del silencio, dibujando un personaje que no habla, que no nos dice nada, pero que he querido que tuviera un perfil claro. En el caso de Eva es mucho más sencilla la deliniación del personaje porque ya no es que nos hable, es que asistimos a su conciencia, el narrador es su cerebro.
–A pesar del siglo que media, guarda una estrecha similitud con la actualidad.
–Cuando tratas las emociones puedes encontrar acomodo en cualquier época de la historia de la humanidad. Está el amor, el odio, la tragedia, la venganza, hay un catálogo emocional no demasiado grande que siempre se repite. ¿Qué tiene de actualidad? Pues todo. Pero también de actualidad política. La historia se repite de forma cíclica. Lo que yo cuento en la novela vemos que inunda los telediarios hoy: los refugiados, alambradas, desplazados, guerras, algo que era tan propio del siglo XX, asistimos de nuevo a ello.
–Entonces, ¿esconde la novela una intención crítica?
–Sí, aunque no había una intención por mi parte de tratar específicamente el panorama político europeo actual, porque además empecé a escribirla hace cuatro años.Pero indudablemente, mi punto de vista está en la novela. Emana de mi postura ética ante el mundo, ni siquiera política. No es de recibo que las personas tengan que abandonar su tierra con una mano delante y otra detrás para recorrerse el mundo en busca de refugio y encontrarse una alambrada. No es sostenible.
–Trabajó durante muchos años como publicista, ¿considera que es un profesión que no casa muy bien con su posición ética?
–Como publicitario he trabajado para bancos y para ong’s. He empleado mi talento y mis energías para Médicos del mundo para captar fondos. ¿Es eso pernicioso? Por eso me siento más orgulloso de ese trabajo que de otro, pero lo he hecho para poder vivir. Gracias a mi trabajo como publicista he podido dedicarme a la literatura. A veces me han hecho esa pregunta y me he sentido tentado de arrepentirme de algo de mi vida y no me arrepiento para nada. A veces se juzga a la publicidad como el origen de todos los males, como si manipulara a la gente, nos obligara a comprar... Y no es así.