ENTREVISTA

Daniel Pinilla: «Cuba es bastante más que un habano y caderas poderosas»

El periodista y escritor presentó esta semana su última obra, 'Hasta el mojito siempre': «La gran lección que te ofrece este país es que no debes juzgar por las apariencias»

El periodista y escritor Daniel Pinilla F. J.

JOSÉ MARÍA AGUILERA

Daniel Pinilla (Sevilla, 1974) regresa a la escena con su tercera incursión. Después de desgranar la realidad poliédrica de Europa del Este en ' Polifemo vive al Este ' y palpar la calidez desgarradora de Centroamérica en 'Operación Malinche' , el periodista y escritor sevillano emuló a Barack Obama y se embarcó en dirección a Cuba. La exuberante y misteriosa tierra del ron y del habano; del Ché y de Fidel. Una experiencia no sólo literaria sino vital que le ha permitido explorar los confines de una isla mínima en extensión y enorme en su dimensión histórica, política y social. Lo cuenta en 'Hasta el mojito siempre' , que presentó esta semana en la capital gaditana.

–Polifemo, Malinche... toca un brindis con mojitos. Ya tiene su trilogía.

–Pues sí. Quién me lo iba a decir hace tres años cuando decidí dar el salto al vacío de dejar un trabajo estable y lanzarme a la aventura de escribir. Estoy satisfecho: de vez en cuando es conveniente sentir la tierra temblando bajo tus pies.

–¿Por qué eligió Cuba?

–Porque se trata de un país único. Suele decirse que existe un primer mundo, un segundo… y que luego está Cuba. La mayor de las Antillas es una rara avis que no resiste comparación, el último vestigio comunista en el hemisferio occidental y una cultura que marca tendencia en muchos ámbitos de la vida, aunque algunos aspectos parezcan invisibles si no se lleva a cabo un ejercicio de mirada larga.

–Usted relata en primera persona, como corresponsal, la visita de Barack Obama a Raúl Castro de hace unos meses. ¿Es el hilo conductor de la obra?

–En realidad es algo así como un 'bonus' añadido. Mi idea original fue realizar un viaje largo por el país a fin de reconstruir su historia e intuir su apasionante e incierto futuro con base en una documentación a la vieja usanza, la de los reporteros hazañosos que hacían su trabajo de campo sobre el terreno, alejados de las informaciones (muchas veces) sesgadas de internet. Y también a base de entrevistar a personajes sensibles de la sociedad a analizar. En mi caso he estado con gente muy cercana al régimen y también muy alejada. Creo que mi libro puede resultar incómodo para todos aquellos que compren el argumentario completo en uno u otro sentido: yo he ido, observado y escuchado, y luego he sacado mis propias conclusiones de lo que supone un sistema de partido único enfrentado y ubicado a pocas millas de la mayor potencia militar y económica del planeta.

«Esta isla es una rara avis que no resiste comparación: el último vestigio comunista en el hemisferio occidental y una cultura que marca tendencia»

–Después de EEUU y quizás Francia y Gran Bretaña, Cuba sea el país del que más se habla en los medios pero, ¿sigue siendo una desconocida?

–En buena parte sí. Resulta sencillo manejarse con clichés y estereotipos a la hora de tratar de entender lo que conocemos como cubanía. Hay muchos turistas de pose, esos que se calzan una gorra de estética revolucionaria, se toman un mojito y con una conversación de semi calidad con un taxista creen haber desentrañado un país que exige mucho más para su total comprensión y disfrute. Hasta cierto punto, Cuba te obliga a conocerte a ti mismo por dentro para entenderla. Cuba es bastante más que un habano y unas caderas poderosas. El futuro de Cuba es excitante y, para asomarnos, necesitamos bucear en la historia, saber quiénes son los padres de la patria, conocer cómo era el país en tiempos de Batista, en los del Periodo Especial (cuando colapsó la URSS y Cuba se quedó sin aliados y empobrecida), cómo Fidel Castro se inventó a los nuevos líderes del bolivarianismo para encontrar nuevos socios comerciales…

–¿Qué ha descubierto que no supiera?

–Mil cosas. Resumo una: cómo un tipo con apariencia de poco formado me pone en mi sitio y me comenta, sin alardear, que ha aprendido en mes y medio a jugar al ajedrez (en Cuba este juego es religión) sin mirar al tablero. No hay que juzgar por las apariencias: una gran lección que te ofrece el país.

–¿Cuál ha sido la entrevista que más le ha impactado?

–Hay muchas. Hablar con Javier Sotomayor y entender su defensa a ultranza de Fidel fue muy estimulante. Conversar con el secretario de la Conferencia Episcopal para rascar en los tiempos en que la religión estaba perseguida en el país, conversar con un santero que me comentó cómo voy a morir (viene reflejado en el libro), dialogar con Eugenio Medina, un tipo que Fidel reclutó en Sierra Maestra para tocar música en primera línea de combate y así ejecutar lo que llamaba el «arma psicológica»… Por cierto, que el tal Eugenio pensó en su momento que se trataba de un rifle ese arma. También he hablado con balseros, jineteras, intelectuales, artistas… Una gran experiencia.

«En Cuba tienen muy buena imagen de los españoles, pero te preguntan de forma inmisericorde si eres del Madrid o del Barça»

–¿Qué futuro le vaticina a la isla tras la victoria de Trump?

–Es la gran pregunta, qué va a pasar. Muchos creen que Cuba puede devenir en uno de los países de su entorno geográfico (República Dominicana, Haití, Honduras…); es decir, perder parte de la identidad que la hace única y convertirse en una democracia formalmente, una sistema de pluralidad de partidos, pero con una sociedad muy fracturada y un elevado índice de delincuencia y homicidios. Otros creen que el régimen se va a atrincherar, aunque con la llegada de internet y de nuevos aires será difícil. Quizás imite a China y siga siendo un país de partido único, teóricamente socialista pero en la práctica de libre mercado absoluto. Creo que Obama ha querido introducir elementos que originen contradicciones en el sistema actual y lo hagan implosionar.

–¿Qué imagen tienen en Cuba de los españoles?

–Excelente, aunque te preguntan de forma inmisericorde si eres del Madrid o del Barcelona.

–¿Qué se sabe de Fidel?, ¿la historia le absolverá?

–En Cuba se sabe poco. Cuentan que tiene un ano artificial y un equipo de médicos de primerísimo nivel (la medicina cubana es sobresaliente) para custodiarlo. Hace tiempo que no se prodiga en actos públicos. No sé qué dirá la historia: para los contrarios a la política exterior de EEUU siempre estará más que perdonado. Para buena parte de la diáspora cubana en Florida, todo lo contrario. Cuando su revolución dejó de ser humanista para convertirse en socialista, se la jugó a una carta. Los cubanos de más edad son bastante fidelistas, mientras que los menores son más de pensar en emigrar a poco que puedan. Es difícil pensar que el régimen pueda sobrevivir a los que llegaron en el Granma.

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