50 aniversario de 'El Padrino'
Coppola, el hombre que subió al Olimpo y «se volvió loco»
'El hombre que podía hacer milagros'
Iván Reguera novela el rodaje de una de las grandes películas de la historia, un milagro repleto de casualidades, amenazas de la Mafia y una cabeza de caballo
Las frases de 'El Padrino' que la cultura popular no pudo rechazar
Coppola festeja los 50 años de 'El Padrino' y sus actores recuerdan que no fue despedido de milagro

Francis Ford Coppola fingió un ataque de epilepsia en una de sus reuniones con los directivos de Paramount Pictures antes del rodaje de 'El Padrino'. El estudio no quería hacer una película sobre la Mafia y menos aún tener como protagonistas a Marlon ... Brando, supuestamente acabado, y al semidesconocido Al Pacino. El cineasta, de 32 años, se vio acorralado y se tiró al suelo entre convulsiones. Ganó tiempo con la estratagema, tan increíble como otros sucesos que relata Iván Reguera en el libro 'El hombre que podía hacer milagros', editado por Roca medio siglo después del estreno de una película que muchos consideran la mejor de la historia. En España se estrenó el 20 de octubre, siete meses después que en Estados Unidos.
Este episodio y otros poco conocidos impulsaron a Reguera a contar aquel compendio de casualidades en forma de novela, nada que ver con los habituales ensayos, de los que se han acumulado docenas en los últimos meses. «Me di cuenta de que era tan loco el tema, tan disparatado, que era mejor contarlo en una novela. ¿Por qué no dialogarlo? Quería mostrar cómo era ese Hollywood, los platós, la casa de Coppola… Todos sabemos mucho de 'El Padrino', pero si investigas no sabemos tanto. ¿Cómo pudo pasar todo aquello? Por eso pongo la palabra milagro en el título».
Al autor de la novela, por otro lado, le da «rabia» que Coppola no publique sus memorias para que podamos acceder a nuevos secretos. «¡Lo que podría contar! Como no se quiere morir, no quiere ni pensarlo, pero ya tiene 83 años y va a ser una pérdida para el mundo». Por si acaso, 'El hombre que podía hacer milagros' rellena algunos huecos esenciales en la intrahistoria de un título que se vio comprometido por la Mafia hasta límites asombrosos. Incluso Ali MacGraw, mujer del productor (y gigoló) Robert Evans recibió amenazas de muerte.
Los propios estudios recurrieron al crimen más o menos organizado para asegurarse el concurso de Al Pacino, en otro episodio que algunos lectores creerán inventado. Cuando Paramount se decidió por fin por un actor al que despreciaban por su estatura, este, cansado de esperar, había firmado con MGM para rodar la comedia 'Casi, casi una mafia'. Ya el título parecía una broma vengativa. Cuando se enteró, a Coppola casi le da un infarto, esta vez real. Evans tuvo que recurrir a Sidney Korshak, su hombre para todo, que antes llegó a trabajar para Al Capone. A un tipo así no le faltan contactos. De algún modo, logró que a la Metro se le atragantara la construcción de su gran hotel en Las Vegas. Fue otro milagro, quizá forzado, por el que Pacino quedó libre. Tiene gracia que su sustituto en 'Casi, casi una mafia' fuera otro prometedor actor, Robert de Niro, que en la segunda parte de 'El Padrino' dio vida a Vito Corleone de joven.

Lo que narra el libro es difícil de creer: «No me gusta hablar de porcentajes, pero el 80 o 85% es verdad. No sé cómo hablaban los mafiosos, pero los he situado donde ellos quedaban, en sus restaurante favoritos. La gente pensará que me invento cosas, como el atentado de Colombo o el desmayo de Coppola, pero su ataque de epilepsia en la junta es real, y que los mafiosos se reían de Brando cuando rodaba, y que contrataron como actores a miembros de la Mafia, como el asesino Lenny Montana (Luca Brasi). Coppola no solo aceptó; le pareció estupendo, más realista».
Lo curioso, como se cuenta en la novela, es que entre las exigencias de Colombo, jefe de una de las 'cinco familias' que controlaban Nueva York, la más conocida es que desapareciera del guion la palabra mafia, que en realidad solo figuraba una vez en todo el texto. Fue la concesión más sencilla para lograr la 'paz social' durante el rodaje.
Tampoco Mario Puzo, autor de la novela que inspiró la película y otro de los protagonistas del libro de Reguera, tenía idea de lo que era la Mafia. «Solo conocía a algún prestamista, porque era ludópata, pero no conocía a las cinco familias ni los bares que regentaban. Se documentó, eso sí, y esbozó una Mafia más o menos real, que luego Coppola pulió en el guion. Lo más interesante es que los propios delincuentes adoptaron conductas que la película se había inventado, algo que a Coppola le molestaba muchísimo, porque significaba que no habían entendido nada. El besamanos tampoco existía. Empezaron a hacerlo al ver la película, como poner la música de Nino Rota en sus bodas».
Un caballo de verdad
Hay algo que sí inventaron Puzo y Coppola y fue la escena de la cabeza de caballo, que además es de las más recordadas. «Es un icono. Se han hecho hasta juguetes. Yo he visto peluches para la cama y es maravilloso», relata Iván Reguera entusiasmado. «Lo mejor es que usaron un caballo de verdad. Es tremendo y muy brillante que a alguien se le ocurriera la idea de ir a una fábrica de carne para animales en las que usan caballos. Les sobrarán las cabezas, pensaron, y lo llevaron desde Los Ángeles en una nevera. Eligieron uno negro y luego tuvieron que ponerle la cana blanca. No pudieron ni ensayar la escena. Es una locura. Es todo tan novelesco que era mejor escribir la novela. Algunos no se lo creerán, pero si buscan verán que no me lo he inventado».
Al final, les salió una genialidad, aunque Coppola estuvo a punto de ser despedido cada semana de rodaje y los actores vivían sumidos en la incertidumbre. Al Pacino, de hecho, le dijo un día a Diane Keaton: «Estamos rodando la peor película de la historia y nuestras carreras están acabadas». «Sí, se lo dijo en la escena de la boda, al vivir un rodaje tan descontrolado. En esa escena, Coppola se dejó llevar y la gente se emborrachaba de verdad. No pudo quedar más realista».

«Francis tenía una personalidad arrolladora», describe Reguera, y fascinó a George Lucas cuando hizo teatro en la universidad, pero también era un desastre, como¡ ratificó en el rodaje de 'Apocalypse Now'. Se volvió completamente loco. Perdió el juicio y tenía problemas de bipolaridad. Tomaba litio. En 'Apocalypse Now' le salió bien la jugada, pero en 'Corazonada' se fue por el barranco y estuvo pagando deudas a los bancos una década, hasta 'Drácula'».
El autor también considera injusto pensar que aquel tremendo éxito de 1972, «el primer 'blockbuster' del nuevo Hollywood'», fue fruto de la casualidad. «Scorsese supo recuperarse de la cocaína y del desfase setentero. Al final, fue el más listo de la clase. Lucas fue el más vendido y Coppola el más equivocado. Tampoco eligió buenos guionistas. Cometió muchos errores. Venía del Olimpo, de lo más alto. Ganó tres Oscar con el 'Padrino II' y ese mismo año la Palma de Oro en Cannes. Tuvo prestigio y taquillazos. Y de repente, se va a Filipinas y se le va la cabeza. Volvió otro Coppola, otra persona».
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