Zipi y Zape ponen al día su arsenal de travesuras

Bruguera reedita las aventuras de los revoltosos mellizos coincidiendo con el 25 aniversario de la muerte de su creador, Josep Escobar

Zipi y Zape regresan a las librerías ABC

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Condenados a chupar banquillo y a sufrir un sordo castigo que ni la versión más sofisticada de Don Pantuflo hubiese sido capaz de idear, Zipi y Zape regresan a las librerías tras cinco años de ausencias y lo hacen a lo grande: con versiones restauradas y levemente actualizadas de las dos primeras historias largas que Josep Escobar publicó a principios de los setenta. Un retorno que la renacida Bruguera ha querido hacer coincidir con el veinticinco aniversario de la muerte de Escobar, maestro de maestros y aventajadísimo mago del humor de cuyos lápices surgieron Carpanta, Petra y, claro, Zipi y Zape.

«Cuando me lo presentaron es como si hubiera conocido a Dios. Lo había imitado y había disfrutado leyéndolo», rememoraba ayer su «pupilo» Francisco Ibáñez durante la presentación de «La vuelta al mundo» (1970) y «El tonel del tiempo» (1971) , las dos primeras entregas de una operación rescate a la que se sumarán en breve «Detectives en acción» y «Lo mejor de Zipi y Zape».

Ibáñez, Sergi Escobar, Javier Pérez Andújar y los hijos de Escobar, Carles y Montse. ABC

«Sin Zipi y Zape nuestra historia emocional y cultural sería diferente», destacó la editora de Bruguera, Isabel Sbert a propósito de unas reediciones que, además de incorporar una «revisión lingüística respetuosa para el público actual», corrige algunos de los defectos de las ediciones originales como el pelo de Zipi, que en unas páginas era rubio, en otras pelirrojo y en otras amarillo ceniza».

Así, entre viajes en el tiempo a bordo de un tonel legendario y «chiquilladas» como birlarle la antorcha a la Estatua de la Libertad a las primeras de cambio, la pareja de mellizos más destrozones y revoltosos de la viñeta española se prepara para un lifting total que, además de nuevas ediciones de sus quince aventuras largas, no descarta «nuevas historias a través de otros escritores», según avanzó ayer la familia de Escobar.

Eso sí: de materializarse la anunciada continuidad, algunos nudos narrativos acabarán deshechos y a otros habrá que buscarles nuevos amarres. Así, el autoritario Don Pantuflo tendrá que buscar nuevas maneras para canalizar sus malas pulgas y Doña Jaimita, la madre de Zipi y Zape, no aparecerá siempre pelando patatas.

Una de las páginas de «La vuelta al mundo» ABC

Cualquier cosa con tal de reivindicar el legado de un dibujante que, inspirado por los célebres «Max und Moritz» de Wilhelm Busch, creó en 1948 a una pareja de hermanos aparentemente incorregibles cuyas trastadas y desmanes se volvieron cada vez más elaborados en cuanto saltaron de las páginas de «Pulgarcito» y «Mortadelo» a las de sus propios álbumes.

Un par de inquietos exploradores que, genio de Escobar mediante, protagonizaron más de 10.000 páginas dejando claro, viñeta a viñeta, que no eran malos, sino simplemente demasiado niños. Dos críos llenos de buenas intenciones pero incapaces de dar una a derechas.

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