Día Mundial del Medio Ambiente
'¡Vaya siglo nos espera!', de Pedro Cifuentes
El cómic informa y conciencia a las nuevas generaciones acerca de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
El próximo 5 de junio está designado por la ONU como el día mundial del Medio Ambiente . Sin lugar a dudas, en las últimas décadas, la conservación de distintos ecosistemas que existen en el planeta tierra se ha convertido en un reto prioritario para la sociedad del siglo XXI que, poco a poco, es cada vez más consciente de la importancia de afrontar dicho desafío .
La mejor prueba de ellos se encuentra en que la ONU incluye en su agenda de diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible para los próximos quince años, y que varios de ellos implican directamente cambios en cuestiones medioambientales.
Así, el objetivo número quince hace referencia a la conservación de la vida en los ecosistemas terrestres; el número catorce a la protección de la vida submarina y a la prevención de los peligros que acechan a los ecosistemas marinos. El decimo tercero lleva el nombre de acción por el clima , y se ocupa de luchar contra el cambio climático; y finalmente, otros objetivos hacen referencia a aspectos de la sociedad humana que, de conseguirse, modificarían de forma radical el modo en que afectamos al medio ambiente; como por ejemplo, el séptimo, que apuesta por la consecución de un sistema energético asequible y no contaminante.
Por todo ello, me parece el momento idóneo para hablar de un maravilloso cómic de Pedro Cifuentes de reciente aparición en el mercado, que lleva el elocuente título de '¡Vaya siglo nos espera!'. Se trata del primer volumen de una Tetralogía dedicada a los citados objetivos de desarrollo sostenible promulgados por la ONU.
Cifuentes es un maestro del cómic que maneja mejor que ningún otro historietista de nuestro país los códigos del lenguaje del noveno arte; al menos, si lo que se trata es de enfocarlos a la didáctica .
Por ello, su '¡Vaya siglo nos espera!' se me antoja como la más eficaz de las vías para informar y concienciar a las nuevas generaciones sobre tan magno reto. Aunque en realidad, la palabra adecuada sería «educar».
El poder de la alegoría
Cifuentes combina su dedicación a la historieta con su labor como profesor en un instituto de secundaria. Conoce desde la praxis el mundo de los más jóvenes y el mejor modo de motivarlos, que en su caso, es a través de la viñeta .
El autor ha creado para sus cómics su propio universo de personajes, formado por una caricatura de sí mismo como profesor; así como un grupo arquetípico adolescentes que representan a su alumnado.
Hasta la fecha, sus historietas narraban las aventuras de este pintoresco grupo enfocándolo todo a la enseñanza de la Historia del Arte; pero en esta ocasión, al tratarse de una materia bien distinta, decide crear dos nuevos personajes. El primero es una pequeña pelota azul , un tanto quejica y parlanchina que es, como el lector habrá adivinado, el propio planeta Tierra . También crea el personaje de Esperanza , una profesora que viene a sustituir al profesor habitual (el personaje del propio Cifuentes) que está de baja laboral tras un aparatoso accidente casero.
Cifuentes utiliza el eficaz recurso de la alegoría , pues como se desvela con rapidez en la lectura de sus páginas, en realidad, la profesora no es una mujer común que tiene el citado nombre; sino la auténtica «esperanza» , esa que los textos clásicos decían que permanecía oculta dentro de la caja de Pandora .
Sea como fuere, Cifuentes da por bueno el refrán de que «la esperanza es lo último que se pierde»; y la convierte en el primer valor a transmitir en su obra. Una esperanza que motive y ponga en marcha un cambio en este maltrecho mundo que, como él mismo muestra en las páginas de su novela gráfica, ¡Buena falta hace!
El dedo en la yaga
Con rigor, pero de forma absolutamente amena, Cifuentes explica en este primer volumen en qué consisten los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU , esbozando cada uno de dichos retos con ejemplos reales de aquellos problemas que la humanidad aún no ha sido capaz de solucionar.
Se trata en último término, de un cómic para educar a las nuevas generaciones en lo que realmente es prioritario; lo que incluye, como ya he citado al comienzo de este texto, un montón de cuestiones que muestran la imperiosa necesidad de que nos replanteemos el modo en que el ser humano interacciona con su entorno para frenar la degradación del medio ambiente .
La página más bella de este tebeo transcurre en en Nueva York; concretamente en Bowlin Green, cerca del corazón de Wall Street , justo delante de la famosa estatua del toro que se dispone a embestir creada por Arturo di Modica. Cifuentes sitúa a una de las alumnas que protagonizan su cómic frente a ella, haciendo una inteligente analogía con la estatua de Kristen Visbal, 'Niña sin miedo'.
Cifuentes remata la faena situando un acertado texto en dicha viñeta, en el que, la esperanza le dice que será ella y los jóvenes como ella los que tendrán que lidiar con valentía y buscar la solución a los grandes retos del siglo XXI.
Al hacerlo, pone el dedo en la yaga , y crea una lectura sumamente poética que demuestra su talento como narrador. De forma tan sutil como elegante, sugiere que las nuevas generaciones han de ser valientes y enfrentarse a los más poderosos retos que estén por venir; pero a su vez, -y es ahí donde consigue tocar mi «corazoncito» de historiador con profunda formación marxista-, desliza una idea fundamental:
El cambio implica necesariamente la implementación de valores que vayan más allá del puro rendimiento económico en los mercados bursátiles (encarnados a la perfección en el famoso toro de Wall Street); de la maximización salvaje del beneficio a cualquier coste.
Pedro Cifuentes evoca la necesidad, en suma, de construir nuevas vías más justas y respetuosas con todo y con todos; enfatiza el papel de la educación como medio para conseguirlo, y nos presenta este cómic, como una valiosa herramienta para comenzar a andar dicho camino.