De los Tercios a la caída del Imperio: las mentiras más dolorosas de la historia de España
Los periodistas de ABC César Cervera y Manuel P. Villatoro firman una obra que recorre nuestro pasado a través de anécdotas, heroicidades y episodios desconocidos
Los circunloquios no eran del gusto de Bartolomé de las Casas . Más sevillano que la Semana Santa, este fraile dominico alumbrado en el siglo XV solía asir como arma la crítica directa. Valga como ejemplo una de las muchas acusaciones que dejó sobre blanco en su «Brevísima relación de la destrucción de las Indias» : «Toda la gente huía de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y capitales enemigos». Los demonios con cuernos y rabo que describía eran sus compatriotas; castellanos, aragoneses y otros tantos arribados desde la península para desvelar los secretos del Nuevo Mundo.
Su visión, parcial y exagerada, es la que ha pervivido a lo largo de los siglos. Un enfoque falaz que pronto se transformó en los pilares sobre los que se erigió la llamada Leyenda Negra . Sin embargo, poco se habla de que la España de los Reyes Católicos –y luego la de los Austrias – combatió contra los excesos que se daban durante la expansión por las Américas. O de que es matemáticamente imposible que los pocos conquistadores que atravesaron el Atlántico acabaran con un número tan ingente de nativos como el que barajaron nuestros enemigos. La conclusión es que, por culpa de unos, otros, o todos a la vez, este país ha estado rodeado siempre de una serie de fábulas más falsas que un Ducado de madera.
El cainismo es un mal endémico que arrastra el país desde hace dos mil años. A los españoles les gusta regodearse en catástrofes como la derrota en Trafalgar ante los ingleses sin pensar que, aquel 21 de octubre de 1805, un marino llamado Cosme Damián Churruca hizo frente en solitario a seis navíos enemigos a la vez. Rememoramos la muerte de 20.000 compatriotas en el Desastre de Annual y obviamos que, pocos días después, un puñado de legionarios arriesgaron su vida para salvar la de las mujeres y los niños de Melilla. Y por ello es tan necesaria una obra como «Historia de España sin mitos ni tópicos» (Penguin Random House). Porque, gracias a ella, es posible vislumbrar los muchos claros que alberga el pasado de España sin recurrir a las manidas falacias repetidas hasta la extenuación.
Extenso viaje
Elaborado por los periodistas de ABC César Cervera y Manuel P. Villatoro , este nuevo ensayo histórico bebe del canal especializado en historia que, hace ya casi una década, nació en el seno del diario. Una sección cuyo fin ha sido siempre abordar hechos desconocidos y zambullirse en épocas que han pasado de puntillas por las páginas de los libros. Siempre, eso sí, con el mandamiento de evitar bostezos en los lectores y la máxima de divulgar el pasado de una forma sencilla y entretenida. Porque no es lo mismo recitar, cual profesor, la lista de reyes godos, que describir el extraño mal que, según los cronistas de la época, les persiguió hasta su extinción: la obsesión por acabar a toda costa con sus enemigos políticos para perpetuarse en el trono.
En «Historia de España sin mitos ni tópicos», Cervera y Villatoro hacen un recorrido por el pasado más asombroso. El viaje comienza con la invasión romana de la Península Ibérica (la misma época en la que, por mucho que algunos se empeñen en negar, se empezó ya a hablar de una primera Hispania) y continúa hasta la actualidad. A lo largo de las páginas ponen el foco en los Austrias y los Borbones , cuyas vidas navegan a veces entre la fábula y la mentira; desempolvan las falacias más dolorosas sobre los conquistadores y los Tercios, perseguidos por la Leyenda Negra ; narran los hechos de armas más destacados de los últimos años del Imperio y –entre otras tantas cosas– se adentran en un período tan controvertido como la Guerra Civil .
La recurrente coletilla de «la historia olvidada» o «la verdad oculta», que se repite con insistencia entre estos artículos pensados para ser leídos de forma independiente, no solo es un vehículo para captar a una audiencia mayor: es el resultado de décadas y décadas de desprecio y desconocimiento por la historia. Sobran mitos y prejuicios, y faltan ganas de aprender con un pasado que no es mejor ni peor que el de otros países. La historia de España no es la de una nación atrasada, ni tampoco una cualquiera, sino la de una nación que llegó a ser un imperio colosal, descubridora de océanos, continentes y pionera a la hora de domesticar el globo. El tamaño gigantesco de estos hechos merece una divulgación en consecuencia, un altavoz entre las investigaciones académicas y un público masivo que, por la experiencia de ABC Historia, está deseando consumir historia sin los tópicos de cada día.
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