60 aniversario de su muerte
Robert Walser, el gigante literario que quiso desaparecer
Siruela publica una edición conmemorativa de «El paseo», una de las grandes obras del escritor suizo, con motivo del centenario de su aparición
Robert Walser murió el 25 de diciembre de 1956 en el manicomio de Herisau (Suiza) en el que llevaba 23 años ingresado. Todo ellos el autor suizo los pasó sin escribir, enclaustrado en un silencio literario voluntario, al que llegó fascinado por el retiro. «Yo aquí no he venido a escribir, sino a volverme loco», solía decir a uno de los amigos que le visitaban.
La frase la recordó ayer el escritor Enrique Vila-Matas durante el homenaje que la editorial Siruela dedicó al autor con motivo del centenario de «El Paseo» , obra de la que acaba de aparecer una edición conmemorativa.
«Es un gigante literario. Es un escritor muy peligroso, porque atraviesa la delgada tela de la realidad inmediata. Trabaja lo ilegible, percibe lo que está pasando», aseguró Vila-Matas , que confesó haber usado «El paseo» como esquema para «Kassel no invita a la lógica» .
«No conoce el odio, era incapaz de hablar mal de nadie. Su humor es muy soterrado. Escribía sin motivo, en una especie de prolongada cháchara. Habla, en realidad, de la imposibilidad de la escritura », destacó el autor barcelonés, cuya fascinación por Walser le llevó a visitar el manicomio de Herisau y hasta llegó a pedir ser ingresado allí, a lo que el director respondió con un rotundo «Nicht» (no, en alemán).
Precursor de Kafka y admirado por todos los grandes autores de su tiempo, Robert Walser ha alcanzado, 60 años después de su muerte, la gloria literaria que se le negó en vida.