Premio Cervantes

Cinco poemas de Ida Vitale que no puedes perderte

La poeta uruguaya es la quinta mujer en recibir el premio Cervantes

La poeta Ida Vitale EP

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La poeta Ida Vitale acaba de recibir el premio Cervantes , convirtiéndose así en la quinta mujer en ser distinguida con el gran galardón de las letras hispánicas. Recogemos cinco peomas imprescindibles de esta autora inolvidable.

1. Exilios

Están aquí y allá: de paso,

en ningún lado.

Cada horizonte: donde un ascua atrae.

Podrían ir hacia cualquier grieta.

No hay brújula ni voces.

/

Cruzan desiertos de bravo sol

o que la helada queman

y campos infinitos sin el límite

que los vuelve reales,

que los haría de solidez y pasto.

/

La mirada se acuesta como un perro,

sin siquiera el recurso de mover una cola.

La mirada se acuesta o retrocede,

se pulveriza por el aire

si nadie la devuelve.

No regresa a la sangre ni alcanza

a quien debiera.

/

Se disuelve, tan solo.

2. Residua

Corta la vida o larga, todo

lo que vivimos se reduce

a un gris residuo en la memoria.

/

De los antiguos viajes quedan

las enigmáticas monedas

que pretenden valores falsos.

/

De la memoria sólo sube

un vago polvo y un perfume.

¿Acaso sea la poesía?

3. Gotas

¿Se hieren y se funden?

Acaban de dejar de ser la lluvia.

Traviesas en recreo,

gatitos de un reino transparente,

corren libres por vidrios y barandas,

umbrales de su limbo,

se siguen, se persiguen,

quizá van, de soledad a bodas,

a fundirse y amarse.

Trasueñan otra muerte.

4. En el dorso del cielo

No es casual

lo que ocurre por azar:

un fragmento de nada se protege

del no ser, se entrecruza

de signos, impulsos,

síes y noes, atrasos y adelantos,

trozos de geometría celeste,

coordenadas veloces en el tiempo

y algo ocurre.

Lazos para nosotros pálidos,

son obvios para lo que no ve más,

y nosotros la ventana abierta

desde donde la tela blanca vuela

cubierta de sueños.

Pero uno llama azar

a su imaginación insuficiente.

5. Sobrevida

Dame noche

las convenidas esperanzas,

dame no ya tu paz,

dame milagro,

dame al fin tu parcela,

porción del paraíso,

tu azul jardín cerrado,

tus pájaros sin canto.

Dame, en cuanto cierre

los ojos de la cara,

tus dos manos de sueño

que encaminan y hielan,

dame con qué encontrarme

dame, como una espada,

el camino que pasa

por el filo del miedo,

una luna sin sombra,

una música apenas oída

y ya aprendida,

dame, noche, verdad

para mí sola

tiempo para mí sola,

sobrevida.

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