Así es Manuel Macarro, el escritor acusado de asesinar a su amante embarazada de él hace 38 años

La víctima fue encontrada por casualidad en una finca en 1999, en la que ambos se relacionaron y donde posteriomente el autor vivió con su esposa e hijos. Tras una farragosa investigación de dos décadas, el novelista se enfrenta al juicio sobre la autoría de este crimen machista

Un Guardia Civil traslada al presunto homicida LAS PROVINCIAS

ABC / J. M.

Esta es una de esas historias atroces que dejan estupefacto. Manuel Macarro , vecino de Madrid y escritor, comparece este martes ante el juez para declarar tras ser acusado de matar hace 38 años a su pareja oculta y embarazada de él , un homicidio que se destapó en 1999 cuando se localizó el cadáver de la víctima en el jardín de la casa que ambos alquilaron en Sant Salvador de Guardiola (Barcelona).

La vida de Macarro es digna de una película de Hollywood pero a ver con qué final. Según la editorial en la que publica, el autor nació en un campo de concentración de la antigua RDA el 22 de Mayo de 1945 . Abandonado por su madre, creció en un orfanato del que consiguió escapar con 17 años de edad, en busca de la libertad, y llegó a España escondido en un buque mercante, en donde malvivió varios años por las calles de Barcelona, cumplió condena en las cárceles Modelo y Ocaña por varios robos y luego enderezó su vida para crear una empresa con cuatro delegaciones que facturaban 18 millones de pesetas al mes en los años 90.

Después se arruinó «por una traición familiar», según afirma el presunto homicida y recoge «Las Provincias», y durante un tiempo recogió chatarra en la calle para subsistir, pero volvió a resurgir para afincarse en Castellón y publicar ocho novelas entre 2010 y 2015 . Su vida es propia de un guión cinematográfico, como ven. Macarro es consciente de ello y por eso escribió una novela autobiográfica donde relata de forma descarnada sus peripecias en Alemania y España. Otros protagonistas de sus libros son un policía jubilado que intenta resolver un asesinato o una joven ajusticiada por un delito que no cometió.

El asesinato machista por el que le acusan

Según fuentes judiciales, el titular del juzgado de instrucción número 4 de Manresa (Barcelona) le quiere interrogar y realizar su procesamiento por un delito de homicidio y aborto, cometido en 1981 y resuelto el pasado año tras una laboriosa investigación de la Guardia Civil, iniciada en 1999 , cuando el propietario de la parcela halló el cadáver mientras excavaba el suelo para plantar un árbol.

El juez sostiene que Macarro, que fue detenido a finales del pasado año en Castellón y permanece desde entonces en libertad con cargos, cometió el crimen cuando estaba «sometido a la tensión» provocada por el embarazo de seis meses de su pareja de 25 años , que había ocultado a su esposa, que residía en Madrid con sus hijos.

Los investigadores de la Guardia Civil están convencidos de que Macarro apretó el gatillo. Él lo niega. El cadáver de Mari Carmen F. M. fue encontrado el 5 de enero de 1999 en una parcela cuando su propietario realizó una excavación para plantar un olivo. La Guardia Civil de Barcelona se hizo cargo de la investigación, pero no logró identificar a la víctima. Después de numerosas pesquisas policiales, el caso dio un giro de 180 grados en noviembre de 2017, cuando una vecina de Madrid acudió a una comisaría de la Policía Nacional para denunciar que desconocía el paradero de su hermana desde el año 1981.

El acusado se había trasladado en octubre de 1981 a Sant Salvador de Guardiola junto a la víctima, para pasar varios días juntos en una casa alquilada. Según el juez, tras matar a la víctima de un tiro en la cabeza con un arma de fuego, Manuel Macarro enterró el cadáver de su pareja embarazada en el jardín de la finca que había alquilado en la urbanización Ca l'Esteve de Sant Salvador de Guardiola.

Pero Macarro se defiende, según recoge «Las Provincias». « Por lógica sería gilipollas si entierro un cadáver a escasos cinco metros de la entrada de mi casa . Teniendo coche como lo tenía entonces, yo lo habría cargado y lo podría haber dejado en cualquier parte para que no me relacionaran», afirmó el novelista poco después de quedar en libertad provisional. «Y lo del disparo que dijo el juez a bocajarro, yo jamás he utilizado un arma, y quizás sea un bicho raro, pero es imposible creer eso. Jamás he pegado a una mujer», añadió.

Y es que la historia como el propio Marraco utiliza para justificar su defensa es que, semanas después del crimen, cuando la vegetación había ocultado las huellas de la zona, el escritor empezó a vivir en la finca de Sant Salvador con su esposa y con sus hijos, que se trasladaron desde Madrid al lugar donde supuestamente cometió el crimen. Pasados unos ocho meses, la familia cambió de residencia a instancias del acusado, que argumentó que no podía pagar una vivienda tan cara, por lo que iniciaron una vida nómada con la que el juez entiende que pretendía evitar su localización si finalmente se le relacionaba con la desaparición de la víctima.

Gracias a la conexión de las bases de datos, la Guardia Civil corroboró la identidad de la víctima, según ha resaltado a Efe-TV el jefe en Cataluña del área de Delitos contra las Personas de la Guardia Civil, Carlos García Espejo. Tras rastrear al entorno de la víctima, la Guardia Civil se puso sobre la pista del sospechoso por varios indicios que le incriminaban, entre ellos que la sábana en la que estaba envuelto el cadáver tenía una etiqueta en alemán -país de origen de la madre del escritor- y que sus allegados corroboraron que habían mantenido una relación sentimental . Además, el perfil genético del investigado también se correspondía con el del feto hallado en el jardín.

Una vez detenido, a finales del pasado año, el responsable de la Guardia Civil recuerda que el sospechoso se mostró «muy frío y muy calculador» , como si llevara tiempo pensando que algún día acabaría llegando la policía. En un primer momento, el acusado declaró que no conocía a la víctima ni había oído hablar nunca de ella, y posteriormente, cuando ya dejó de negar su relación, manifestó que dejó sola a esta mujer en la casa alquilada y que desconocía lo que le había ocurrido.

Además, alegó que habían quedado como amigos y que ella se había comprometido a irse de casa, por lo que cuando regresó ya no estaba en la vivienda. También aseguró que desconocía que la mujer estuviese embarazada, si bien el juez no le da credibilidad a esta versión porque estaba encinta de seis meses, «de forma que su embarazo debía ser notorio», y además él era el padre, según confirmó el ADN.

Según su editorial, en su primer libro «Yo os juzgo... y condeno», el escritor «describe de forma descarnada las peripecias vividas en su infancia y posterior huida, donde la realidad supera la ficción. En la actualidad reside en Castellón de la Plana». Y en la más candente actualidad tiene un juicio que ha llevado dos décadas de farragosa investigación.

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