Kaira Pérez Aguada, la niña que no podía dejar de escribir
Comenzó a los ocho años y ya cuenta con seis libros que ilustra y traduce al inglés
Kaira Pérez Aguada parece un personaje recién salido de la factoría del Estudio Ghibli que tanto le gusta. Delicada y menuda, no hay nada en su adorable aspecto que haga sospechar el torrente de imaginación que recorre su cabeza, siempre y en todo lugar. Con apenas trece años, ya puede presumir de ser dueña de una bibliografía compuesta por seis títulos que ella misma traduce al inglés e ilustra («así cobran vida; les doy todo el sentido», explica). Desde bien pequeña «me había imaginado mis propias historias. A los ocho años ya escribí un cuento titulado “El hombre y la luna” porque quería ser astronauta, pero este no ha llegado a publicarse. El primero en salir a las librerías fue “La gota Julia. Un día de viento”», narra Kaira sobre su precoz debut literario .
Noticias relacionadas
En la era de las tabletas y los móviles , optar por un mundo analógico de escritura y dibujo supone todo un desafío social frente a sus congéneres. Kaira lo afronta con una filosofía que más de un adulto querría para sí. «Hay que centrarse en los que te apoyan , porque si te centras todo el rato en los que no les gusta tu idea o los que no se sienten identificados con lo que haces pues así te va a ir mal. Mejor concentrarse en lo bueno », responde esta escritora con la serenidad de quien disfruta profundamente con lo que hace y no está dispuesto a cambiar por temor a las consecuencias. No es que no use estos dispositivos, «es que prefiero escribir porque siento que, de alguna manera, es más especial transmitir lo que siento —prosigue la joven autora—. Soy muy tímida, me cuesta hacer amigos y, con la escritura , comunico mejor, puedo decir más lo que pienso ».
A Kaira ( http://kaira.work/ )se le ocurren sus historias de improviso y, después, las ideas brotan sin cesar («ordenarlas me resulta muy difícil», confiesa). Su último título «La luz en la oscuridad» (La Colmena) no fue una excepción: «Estaba con mi madre hablando del libro y pensé: “quizás la familia protagonista podría viajar en distintas dimensiones. Cada uno de sus miembros estaría en un punto distinto desconocido y tendrían que resolver un acertijo para poder reencontrarse y así acabar juntos y volver a casa”. Todo eso se me ocurrió de golpe y tuve que irme corriendo a escribirlo», cuenta divertida.
Uno de los protagonistas, Diego , lo tomó prestado de la vida real . «Es uno de los hijos de una amiga de mis padres que vive en Argentina», apunta. Sin conocerlo personalmente, se atrevió a describirlo y a definir su personalidad. Y dio en el clavo. Ficción y realidad se convirtieron en una cuando Kaira viajó hasta allí y coincidieron: «Me di cuenta de que era tal y como lo imaginaba. Nunca había sentido algo así, era como si mi personaje hubiera cobrado vida y estuviese ahí conmigo».
Mientras espera una nueva visita de su amigo o volver ella misma a Argentina («fui a un colegio donde me entrevistaron y los niños querían comprar mis libros. Se sentían muy a gusto conmigo y me encantó la experiencia»), no se queda quieta: «Estoy escribiendo y dibujando una nueva historia , no obstante, aunque los personajes van muy bien, todavía está en proceso; no hay fecha concreta», explica Kaira con la misma prudencia con la que avanza el posible título: « “El hombre con la máscara dorada” , pero no es definitivo».