Jeanette Winterson: «El concepto de elecciones libres en Occidente ha pasado a la historia»
La autora británica publica «Frankissstein», relectura del mito de Mary Shelley

Explica Jeanette Winterson (Manchester, 1959), autora de la que probablemente sea la autobiografía con mejor título de la literatura reciente (sí, esa «¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?»), que si hay una constante en todos sus libros, algo que se repite novela tras novela, es la presencia del amor. «Y no porque crea que es una emoción exclusivamente humana, sino porque creo que es lo único que nos puede hacer mejores personas», destaca.
Así que si uno se asoma a «Frankisssteien» (Lumen), novela con la que que la escritora británica centrifuga el mito del moderno Prometeo para acercarlo a la inteligencia artificial y a la Inglaterra post-Brexit, lo que encontrará será una historia de ciencia, fantasía y, claro, amor. Una historia que viaja de los mimbres góticos del pasado a las tinieblas contemporáneas conectando a Mary Shelley con Ry Shelley y Victor Stein, un médico transgénero y un especialista en inteligencia artificial, respectivamente. «Somos la primera generación que se acercará a “Frankenstein” conociendo formas de vida autodiseñadas», destaca Winterson, que mañana ofrece una charla en el CCCB dentro del ciclo «Las palabras que aún no tenemos».
A partir de la figura pionera de Shelley y de la preeminencia de unos avances científicos y tecnológicos que se traducen aquí en incursiones en la criogenia y el sexo robotizado, la autora de «Fruta prohibida» lamenta que «el futuro puede volver a ser una zona de exclusión de las mujeres» ya que, asegura, el diseño del futuro es eminentemente masculino. «No somos nosotras las que estamos construyendo ese futuro. De todo la gente que se dedica actualmente a la inteligencia artificial, sólo el 20% son mujeres», apunta. La educación, destaca, es importante, pero también entender las razones de fondo. «Pensamos que el entorno es neutral y que si quisieran podrían incorporarse en estos ámbitos, pero no lo es. No hay elección», subraya.
Democracia neoliberal
Idéntico espíritu crítico exhibe la autora de «La niña del faro» a la hora de pasar revista a un proyecto neoliberal que, asegura, sólo buscar «monetizar» cualquier intercambio. «Cuando todo está en venta y la gente sólo piensa en lo que puede vender y cómo monetizar la propia vida, lo que cambia drásticamente es el significado de valores como dar y ofrecer», asegura. Es más: según Winterson, la economía neoliberal no acaba de hacer buenas migas con la idea misma de democracia.
«La democracia es una manera de atacar la estabilidad monetaria: evidentemente, a los ricos no les interesa que la gente vote y decida que el dinero público se utilice para la sociedad, el estado del bienestar... Lo único que quieren es no pagar impuestos. Tanto Friedman como Von Hayek, padres del neoliberalismo, decían que la democracia no era el marco óptimo de convivencia porque atacaba esta estabilidad monetaria», relata.
El Brexit, añade la autora, sería un buen ejemplo de lo que ocurre cuando los datos y la tecnología se utilizan con unos intereses muy concretos. «El referéndum estaba manipulado, lo sabemos todos», sostiene. Y lo que está por llegar, añade, podría ser aún peor. «La tecnología puede ser utilizada en nuestra contra. Creo que el concepto de elecciones libres en Occidente ha pasado a la historia», advierte.