115 años de su fallecimiento
Las futuristas invenciones que Julio Verne imaginó en sus libros y se hicieron realidad
Este 24 de marzo se cumplen 115 años del fallecimiento del padre de la ciencia ficción, un adelantado a su tiempo que ideó avances tecnológicos impensables para su época
Hoy se cumple el 115 aniversario del fallecimiento de Julio Verne , el considerado padre, junto a H. G. Wells y Mary Shelley , de la ciencia-ficción. Adelantado a su tiempo, el escritor ideó para sus relatos avances tecnológicos que en su tiempo eran impensables y nos trasladó a un mundo mágico, lleno de aventuras y viajes, dentro y fuera de la tierra que, precisamente en estos momentos de confinamiento, pueden ser una gran fuente de evasión.
[ ¿Quieres ganar un pack con las mejores novelas de Julio Verne? ¡Participa en este concurso! ]
De hecho, su legado ha adquirido tanta importancia, que ha servido de inspiración de un movimiento cultural y estético, denominado «steampuk», de carácter retrofuturista. Bajo su influjo, la tecnología a vapor y la época británica victoriana siguen siendo predominantes , además de los más diversos elementos de la ciencia ficción o de la fantasía. Y aquí en su capacidad de visionario es donde queremos pararnos: ¿en qué acertó Verne?
Hay que apuntar que el español Isaac Peral reconoció haberse inspirado para su prototipo de submarino de propulsión eléctrica en el Nautilus de «20.000 mil leguas de viaje submarino». La periodista norteamericana Nellie Bly no se conformó con ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo, ni en hacerlo en menos días que el personaje literario Phileas Fogg , quiso además parar en Amiens durante su travesía para visitar al maestro Verne. Por su parte, Yuri Gagarin , el pionero astronauta, reconoció en una ocasión sin que su voz titubeara: «Ha sido Verne quien me ha hecho decidirme por la astronáutica».
Y es que Verne, nacido en Nantes en 1828, vivió en primera persona cómo en las siguientes décadas el mundo postnapoleónico era transformado radicalmente por el desarrollo vertiginoso de los medios de transporte, que cambió la concepción del mundo y del tiempo. Desde ese pasado en ebullición, Verne fue capaz de vislumbrar el futuro y sembrar su nostalgia en varias generaciones.
Pero sigamos. Trenes de alta velocidad, rascacielos de cristal y acero, centros comerciales, automóviles propulsados por gas , calculadoras, faxes y una red mundial de comunicaciones (internet). Así imaginaba Verne el París de 1960, como quedó constancia en un manuscrito terminado en 1863 y que descubrió su tataranieto en 1898 encerrado en un cofre. «París en el siglo veinte», como lo tituló el escritor galo, fue publicada en 1994. Esta obra, rechazada por su editor habitual por considerarla pesimista, narra la historia de un joven idealista que lucha por conseguir la felicidad en el ambiente materialista que Verne imaginaba para 1960. ¿Actual o no?
Una de sus grandes anticipaciones fue las relacionadas con el viaje a la Luna. Por ejemplo: en el primer viaje experimental de la novela «De la Tierra a la Luna» (1865) hay tripulación animal. En la realidad, el primer ser vivo que viajó al espacio fue la perra Laika . Y, sobre la llegada de Armstrong y demás astronautas a la luna,Verne acertó muchos detalles de ese histórico viaje llevado a cabo en 1969 a nuestro satélite pero un siglo antes, en 1865. Basaba su relato en los avances científicos de aquella época.
O en su relato «Robur el Conquistador» (1886), que Verne se imagina el helicóptero puesto que se sirve del diseño que había hecho Gabriel La Landelle (1812-1886), al que conoce personalmente, para idear un transporte que, impulsado por hélices, surca las páginas de su libro.
Y en estos tiempos de preocupación por el cambio climático, recordemos que en «La esfinge de hielo» denuncia la inminente extinción de las ballenas y en «El testamento de un excéntrico» llamó la atención sobre la contaminación de la industria petrolera.