Macron 'canoniza' al Marqués de Sade al comprar su manuscrito más importante
El Estado galo hizo en febrero un llamamiento al sector privado para que financiara la adquisición de 'Las ciento veinte jornadas de Sodoma', obra valorada en 4,55 millones de euros
El Ministerio de Cultura francés ha anunciado la compra del legendario manuscrito original de 'Las ciento veinte jornadas de Sodoma' (1785), una de las novelas más famosas de Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814), «estimando que se trata de un monumento nacional, texto capital de la crítica y la imaginación, sulfuroso finalmente clásico».
Se trata de la 'canonización' por parte del Estado galo del Marqués de Sade, que los surrealistas desenterraron del 'panteón' de los escritores más perseguidos de todos los tiempos, consagrándolo como «subversivo y anarquista» para sufrir, durante los últimos cien años, defensas y ataques apasionados.
Aristócrata libertino, erotómano, novelista, poeta, filósofo, militante de un ateísmo radical, el Marqués de Sade escribió 'Las ciento veinte jornadas de Sodoma' en la cárcel parisina de la Bastilla, en 33 hojas que él o alguien próximo pegó para formar un rollo de más de doce metros de largo.
Ese manuscrito desapareció durante la histórica toma de la prisión de la Bastilla (1789), cuando comenzó la gran Revolución que puso fin al Antiguo Régimen. En paradero desconocido, durante todo el siglo XIX, el manuscrito de Sade fue comprado el 1904 por un psiquiatra alemán, Iwan Bloch, que fue su primer y poco afortunado editor.
En 1929, Charles y Marie-Laure de Noailles, aristócratas, mecenas famosos, hicieron posible la compra y edición canónica de 'Las ciento veinte jornadas de Sodoma', a cargo de Maurice Heine, escritor y editor, el primero y quizá más grande de los especialistas en Sade. Marie-Laure de Noailles era una lejana descendiente de la familia del 'divino marqués' y financió la realización de una película capital en la historia del cine, 'La edad de oro', de Luis Buñuel y Salvador Dalí . Gracias a ella, así mismo, Heine inició la gran reinstalación de Sade en el panteón de los hombres ilustres, más allá de las reivindicaciones surrealistas.
Laberíntica historia
El manuscrito de 'Las ciento veinte jornadas de Sodoma' fue robado misteriosamente a los Noailles, comenzando una laberíntica historia y tribulaciones, en el mercado negro mundial de los libros 'raros', ultra pornográficos, en muchas ocasiones. Hasta que, a primeros de este año, al filo de una subasta, el gobierno de Emmanuel Macron tomó dos decisiones capitales: considerar que el manuscrito nacional era una joya nacional; y lanzar una petición, dirigida a grandes empresas, nacionales e internacionales, con el fin de conseguir los 4,55 millones de euros para comprar el documento, cuyo destino final serán los archivos nacionales, la Biblioteca Nacional de Francia.
Durante los últimos treinta años, ese manuscrito de Sade había sido comprado y vendido a cifras mucho más altas. Pero la decisión de Estado de Emmanuel Macron puso fin a unas peripecias entre folletinescas y de la más baja condición comercial. El manuscrito adquirido con ayudas de empresarios que han preferido guardar el anonimato, beneficiándose de ayudas y / o exenciones fiscales, será presentado y discutido el año que viene, durante un coloquio internacional destinado a 'repensar' la figura y la obra de Sade en la historia de las literatura y culturas europeas.
La intervención del ministerio en la compra y orquestación de una 'reflexión nacional' sobre Sade puede ser percibida como una suerte de oficiosa 'canonización de Estado', impensable en otros tiempos.
André Breton y Maurice Heine hicieron el elogio de un Sade libertino y subversivo. A finales de los años 70 del siglo pasado se publicó la gran edición de las obras completas del sulfuroso marqués, con prólogos y anotaciones de la más alta elite intelectual francesa, de Maurice Blanchot y Pierre Klossowski a Gilbert Lely y Roland Barthes. Aquella edición fue un nuevo aldabonazo intelectual. En la España de aquellos solo circularon tres ejemplares, propiedad de Luis de Pablo, Rafael Conte y un futuro corresponsal en París de ABC.
Sade se transformó en moda popular. Y se publicaron muchas ediciones de bolsillo de obras donde solo se cuentan historia de sadismo, violencia, crímenes y torturas sexuales. Años más tarde, algunos ensayistas, como Michel Onfray, iniciaron una inconclusa revisión, presentado a Sade como un ilustre antecesor del sadismo de Estado (Hitler, Stalin). Andando el tiempo, Emmanuel Macron ordenó a su ministra de Cultura, la muy conservadora Roselyne Bachelot, la compra del más sulfuroso de los manuscritos de Sade, considerando que se trata de un 'tesoro nacional'.
Noticias relacionadas