Elías Cohen: «Israel está tomando el camino de la teocracia»

El escritor debuta con una novela distópica, «Sueños de nación», sobre el ascenso ultrarreligioso en el país judío

Elías Cohen, en una foto de estudio

David G.

¿Terminaremos teniendo una teocracia?, es la pregunta que se hace Theodor Herzl en «El Estado Judío» (1896). Más de un siglo después, el escritor Elías Cohen recoge la pregunta del padre del sionismo para escribir su primera novela: «Sueños de nación», una historia que se desarrolla bajo los parámetros de la novela de género y que, como en toda distopía, deja en el lector el poso de la incertidumbre. «En teoría lo que hago es enfrentar un miedo, una ansiedad que reside en muchos israelíes, y en muchos judíos de todo el mundo, que es, si un día Israel acabará siendo una teocracia», explica.

Después de la negativa de algunas editoriales, el autor se dejó aconsejar por Marco Chicot, que había pasado por similar experiencia años antes: desiste de las editoriales porque se va a retrasar el proceso hasta que des con una que te quiera publicar y te vas a quemar en el camino. Esta es la nueva vía. Y con ese consejo, Cohen buscó financiación, se hizo su propia campaña de marketing y recién publicado en España, ya organiza un lanzamiento de su novela a nivel internacional.

Cubierta del libro

«Sueños de nación» llega en un momento político en el que Israel encadena sus terceras elecciones consecutivas. Cohen, que además de escritor, es abogado y colabora en medios de comunicación, ha trabajado para el Ministerio de Exteriores de Israel. Por su experteer , es consciente de que el país de la Estrella de David pasa por un momento delicado . «Creo que Israel está tomando el camino de la teocracia porque la población ultraortodoxa crece a un ritmo muy superior a la del resto de la población. Y porque también está creciendo el número de ciudadanos que también son religiosos, a lo mejor no adscritos a la corriente ultraortodoxa, pero sí a lo que se llama religiosos nacionalistas, dentro de los cuales hay sectores bastante radicales », explica analizando la tendencia sociológica y política del país.

Aun así, el escritor insiste en que «Sueños de nación» es una ficción y que lo que le depare al pueblo de Israel, él, al menos, no lo sabe. «No tengo una bola de cristal. Lo que quiero es que el libro sea una historia entretenida y chula, más allá de cualquier diatriba política o cualquier escritura terapéutica para purgar un miedo», asegura, con la certeza de que su novela es ficción y con la incertidumbre, como otros judíos, de no saber hacia dónde se dirige Israel.

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