Comunicación nuclear: Orientación, estructura e implementación
Desde incluso antes de la construcción de las centrales nucleares, éstas ya estaban bajo el juicio y la crítica de la opinión pública

Desde incluso antes de la construcción de las centrales nucleares, éstas ya estaban bajo el juicio y la crítica de la opinión pública. Fue en los años 60 cuando algunos países, con una idea de progreso y desarrollo en mente, apostaron por la energía nuclear. Sin embargo, ha sido décadas después cuando un fuerte inconformismo social ha ido creciendo en contra de las plantas nucleares, el cual pide su cierre y desaparición.
«No se me ocurre peor estreno ante la opinión pública que el que tuvo la energía nuclear», apunta en el prólogo Alfredo García , Ingeniero con Licencia de Supervisor y divulgador, «Matar a cientos de miles de personas con dos bombas atómicas es la peor campaña publicitaria para la imagen de cualquier tecnología. Es comprensible que, después de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki (Japón) por parte de Estados Unidos, todo lo relacionado con el epígrafe “nuclear” fuese percibido como algo negativo».
Enrique Cobos , autor del libro « Comunicación Nuclear », editado por Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA), realiza un retrato de la comunicación de las centrales nucleares en su entorno más cercano, basándose en entrevistas realizadas con los responsables de comunicación de todas las centrales nucleares españolas.
Actualmente, la energía nuclear es para muchos países una alternativa aún posible debido a numerosas ventajas que evidencian los expertos: es una fuente de energía que garantiza el suministro; en su producción no se emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera; tiene un impacto socioeconómico relevante en los entornos donde se asientan las plantas atómicas; y controles de seguridad por parte del organismo regulador. A pesar de estas ventajas, en contraposición, a los antinucleares les inquietan los residuos radioactivos que pueden generar las centrales, y la gestión de estos. Además de los grandes accidentes de la historia nuclear civil y sus terribles consecuencias, lo que mantiene la controversia sobre la energía nuclear y el debate sobre la necesidad o no de su uso.
Al final es un problema de desinformación, ya que, según las encuestas, aunque la opinión pública se posiciona en contra de la energía nuclear alegando que provoca más riesgos que beneficios, el apoyo a las centrales aumenta cuando se tiene un mayor conocimiento sobre esta fuente de energía. La pregunta que se plantea entonces es, ¿podrán el sector nuclear y sus centrales de producción ser capaces de reparar esta crisis de legitimidad? Como defiende el autor, «Una comunicación organizada, directiva y dialogante puede conducir a las centrales nucleares a rellenar ese vacío informativo que existe entre el qué soy y el cómo me perciben».
Estructurado en cinco capítulos, este trabajo pretende realizar una propuesta de comunicación estratégica para las centrales nucleares y plantear así soluciones para gestionar efectivamente la comunicación de una planta atómica. En el primer capítulo se realiza una radiografía del sector nuclear -en el mundo, por regiones y en España- para conocer cómo se estructura, cuál es la aportación nuclear a la cesta energética, y qué piensa la opinión pública respecto a las centrales nucleares. En el segundo capítulo se indican algunos antecedentes y experiencias de la Comunicación Nuclear en España. El tercero se centra en el eje de una orientación empresarial para buscar la aceptación social; presenta una estructura de Dirección de Comunicación en el capítulo 4; y finalmente, expone un plan estratégico de comunicación en el capítulo 5.
Se obtienen así, junto a diversas encuestas realizadas periódicamente, unas interesantes conclusiones, que reparan este vacío informativo que existe entre el sector atómico y sus diferentes stakeholders, y respaldan la idea de que la divulgación es esencial para perder el miedo y las reticencias frente a esta industria.