Carlos Ruiz Zafón: «El gravamen económico al que se ha sometido a la cultura es casi un castigo»
El escritor barcelonés presenta «El laberinto de los espíritus», novela con la que cierra su exitosa saga «El cementerio de los libros olvidados»
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Así como los libros de Carlos Ruiz Zafón trascienden lo estrictamente novelesco para abrazarse sin remilgos a los mecanismos del best seller y los cuadrantes de ventas con cifras de infarto, la puesta en escena de «El laberinto de los espíritus» (Planeta), la última entrega de la exitosa saga «El cementerio de los libros olvidados», no podía ser una simple presentación. Nada de eso. La idea, en este caso, parecía tan sencilla como efectiva: enviar a un buen puñado de periodistas y libreros al Templo Expiatorio del Tibidabo , cima simbólica y geográfica de Barcelona, y desde ahí proclamar que Zafón sigue dominando desde las alturas la liga de los autores superventas. La maquinaria promocional, en plena forma para saludar por cuarta y última vez la que su propio sello califica como «la aventura editorial más apasionante de la literatura española contemporánea».
Es así, rodeado de montañas de libros y con un ambiente entre lo litúrgico y lo nupcial, como Zafón ha empezado a despedirse de todos esos personajes y los varios millares de páginas que han dado la vuelta al mundo varias veces desde 2010. «No creo que nunca más me embarque en un proyecto como este», ha aventurado el escritor barcelonés desde esa meta a la que ha llegado ahora, cuatro libros y quince años después del fenómeno que desató «La sombra del viento» .
«Al terminarlo me queda la sensación del trabajo hecho. No he tenido que renunciar a nada y al final ha sido aquello que había soñado», ha añadido durante una charla con el periodista Carles Francino en la que el escritor ha querido abundar en algunas de las claves de la tetralogía. «Son unos libros sobre mi propio mundo interior, sobre la escritura y la lectura. Quería explorar el proceso creativo de la narración, y esto me ha permitido comprender muchas cosas sobre mí mismo. No sé si más sabio, pero me siento más en paz conmigo mismo», ha relatado.
Otro de los objetivos de la saga, ha añadido, era intentar «crear un híbrido que fuera una combinación de todos los géneros» y, al mismo tiempo, recuperar temas clásicos de la literatura como «el amor, la aventura, los celos, el odio..». «Lo que me interesa es hacer preguntas y ver lo que piensa el lector», ha subrayado el autor, para quien «El cementerio de los libros olvidados» es, ante todo, una reivindicación del poder de la ficción. «La ficción es lo que nos permite entender la realidad, lo que nos sirve para comprender cosas que la literalidad no nos permite», ha dicho.
Una ficción que, este caso, se adscribe estrictamente al poder de la literatura y la palabra impresa, razón por la que Zafón ha vuelto a rechazar, una vez más, posibles adaptaciones cinematográficas o televisivas de la saga. «Los libros son un un homenaje a la literatura, así que adaptarlos a otro formato sería traicionar su propio espíritu -ha dicho-. Para mí no tiene ningún tipo de interés adaptar a otro medio una obra que para mí ya está acabada».
Cuestionar la realidad
En este sentido, y pese a mostrarse poco amigo de «las grandes verdades », reconoce que si algo intentan trasmitir sus novelas es la capacidad de cuestionar la realidad. «Todos tenemos un cerebro y lo tenemos que usar. Si hay algo que yo intento transmitir es que se cuestione la realidad y todo aquello que se le quiere decir. Que se cuestione todo aquello que viene de personas que nos dicen cómo tenemos que pensar», ha señalado.
Instalado en Estados Unidos desde hace años y con un pie en Los Ángeles y el otro en Barcelona, Carlos Ruíz Zafón reconoce que no le atrae en exceso enfangarse en asuntos políticos ya que, asegura, «hay un exceso de personas que se dedican a eso» y le resulta demasiado fácil detectar «el sainete» que hay detrás. Con todo, sí ha señalado que en estos momentos le preocupa mucho más lo que pueda ocurrir en Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump que no lo que ocurre con el proceso soberanista catalán .
«Lo que está ocurriendo en Estados Unidos tiene una influencia mucho más global que lo que ocurre con el “procés”, que al final es un problema político que se puede solucionar con el diálogo», ha reflexionado, ante de volver la vista de nuevo hacia España para afear el «gravamen económico al que se ha sometido a la cultura, que parece casi un castigo». «Parece que estamos instalados en este afán recaudatorio y punitivo que creo que lo que hace es estrangular un sector que tiene que ver con la propia fibra de la naturaleza de una sociedad. Si algo hay que replantearse, este sería un buen ejemplo», ha rematado Zafón.
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