Navid Kermani: «Me ofenden los que asesinan, decapitan y lapidan en nombre del Islam»
El escritor germano-iraní recibió en Fráncfort el premio de la Paz de los libreros alemanes
La Iglesia de San Pablo de Fráncfort se convirtió en la sede del primer parlamento de Alemania elegido públicamente. Aquí, en la cuna de la democracia germana, se esperaba ayer, no sin tensión, el discurso del premio de la Paz 2015 que los libreros alemanes han otorgado este año al escritor alemán, orientalista y musulmán Navid Kermani , hijo de inmigrantes iraníes llegados a Alemania en 1959. El premio, que tradicionalmente cierra la Feria del Libro de Fráncfort, lo recibió en 2013 en este mismo lugar la Nobel de Literatura 2015 Svetlana Alexiévich.
La Feria de este año debía ser, según su director, Jürgen Boos, «la más política en muchos años». Así lo ha querido también la ministra de Cultura, Monika Grütters, que ha llamado en Fráncfort a los escritores a «politizarse». Y así ha sido: el encuentro comercial más grande del mundo editorial inauguró el martes con Salman Rushdie y un encendido discurso culminando ayer con un acto político y litúrgico a partes iguales a cargo de Kermani, quien llamó a actuar para poner fin a la guerra en Siria.
No fue un discurso pacifista : «Es necesario dar pasos decididos a escala diplomática y, posiblemente, también militares», dijo el escritor, de 47 años. Kermani considera que para poner fin a esa guerra es precisa la intervención de «todas aquellas potencias que están detrás o respaldan a las partes enfrentadas», lo que, a su juicio, engloba tanto a Irán como a Turquía, los países del Golfo, Rusia y también Occidente: «Posiblemente cometeremos también errores ahí», pero el mayor de ellos sería «no hacer nada» mientras sigue un «genocidio a las puertas de Europa», operado tanto por el régimen de Bachar al Assad como del yihadismo de Estado Islámico.
Convivencia interreligiosa
Kermani, que vive actualmente en Colonia , es la voz más representativa del Islam progresista en Alemania y así lo demostró pidiendo un minuto de silencio por quienes han luchado «hasta el último aliento» por la convivencia interreligiosa y el amor entre musulmanes y cristianos. El ensayista, que pidió además no ser aplaudido tras su discurso, recorrió las grandezas del Islam, la comercialización de que es objeto y los crímenes que se cometen en su nombre, amparados en un «Corán instrumentalizado» por interpretaciones radicales.
En rueda de prensa previa, se definió como un «niño de la República Federal de Alemania» y, ante la pregunta de si no se siente ofendido por «Los versos satánicos» de Rushdie, respondió: «Los que me ofenden son aquellos que asesinan, decapitan y lapidan en nombre del Islam».
Noticias relacionadas