Alice McDermott, lo excepcional de la normalidad

La escritora estadounidense revitaliza retazos de una vida anodida en la novela «Alguien»

Alice McDermott, lo excepcional de la normalidad inés baucells

david morán

Alice McDermott (Nueva York, 1953) escribe y también enseña en la Universidad John Hopkins, así que, además de coleccionar candidaturas al Pulitzer, alzarse con National Book Award y tratar de importar al resto del mundo el prestigio del que goza en Estados Unidos, tiene que recordar a sus alumnos que los libros suelen encerrar experiencias que difícilmente vivirán. «Durante años, los profesores estadounidenses han dado a los estudiantes lecturas para que se encontraran a ellos mismos, por lo que ahora hay toda una generación de lectores que piensa que tiene que buscar su propia vida en cada libro. Pero yo les digo: “¡Deja tu propia vida en casa y sé alguien diferente!”. Esa es la belleza de los libros», explica la escritora.

Dicho y hecho, la autora de «En bodas y entierros» lo ha puesto en práctica en «Alguien» (Libros del Asteroide; Minúscula en catalán), novela con la que se mete en el anodino pellejo de Marie Commeford para narrar siete décadas de una vida aparentemente insulsa. «Siempre trabajo en dos novelas a la vez, así que mientras trabajaba en un libro con múltiples puntos de vista, empecé a pensar en las pocas novelas contemporáneas que estaban planteadas completamente desde un punto de vista femenino. Fue así como surgió el desafío de adoptar el punto de vista de una mujer normal y corriente; una mujer que en realidad no tiene una voz propia pero sí que tiene mucha vida interior», relata McDermott.

Esa vida interior es, de hecho, la clave de la novela. Porque en «Alguien», pegada al asfalto de Brooklyn y a unos tiempos en los que nadie había oído hablar aún de feminismo, parece que no pase nada, pero lo que pasa es ni más ni menos que la vida. «Al final, todos somos la estrella de nuestra propia película, y un personaje como Marie me parecía interesante para retratar esos momentos en los que algo cambia en ella», explica.

Elogio de la soledad

Será por eso que, por más que la novela avance y retroceda desde la infancia de Marie a su edad adulta amontonando vivencias y decepciones en compañía de padres, hermanos, hijos y marido, «Alguien» es una novela de soledades compartidas. «Hay mucha soledad en el libro, y eso me ha sorprendido incluso a mí. Creo que es resultado de intentar mantener la novela a través de sus ojos, de ser fiel a su vida y a su tiempo. Nadie la va a conocer mejor que los lectores. Ni siquiera su marido», apunta.

Admiradora de Virgina Woolf y William Faulker -aunque, reconoce, fue Nabokov quien le hizo escritora-, McDermott comparte con Marie las raíces irlandesas y un paisaje urbano, el de su Brooklyn natal, que la narrativa estadounidense ha contribuido a mitificar. «Me gusta la metáfora de Brooklyn como lugar al que los nuevos inmigrantes llegaban por primera vez. Era un barrio de gente muy diferente que, sin embargo, tenían en común ser de otro lugar y querer ir a cualquier otra parte. Y eso es un territorio muy rico para cualquier escritor», asegura.

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