literatura

Márkaris: «Los griegos cometimos muchos errores, seamos honestos»

El autor analiza sin paños calientes la situación que atraviesa su país tras la entrada del nuevo gobierno y el recrudecimiento de la crisis

Márkaris: «Los griegos cometimos muchos errores, seamos honestos» efe

pablo pazos

Que no vaya a utilizar la crisis como telón de fondo en las próximas novelas de Kostas Jaritos no significa que Petros Márkaris (Estambul, 1937) abandone su atalaya de agudo y crítico observador de la actualidad. Pero sus cuatro novelas con la depresión económica y social que afligen a los griegos como paisaje argumental le dejaron, confiesa, «exhausto». Durante una reciente visita a Bilbao se sentó con ABC para hablar de su trabajo y de su país de adopción.

–Cuando habla del futuro de Grecia transmite pesimismo.

–Lo que veo es que atravesamos el mismo período que en 2010. Otra vez. Y no hay espacio para sentirse optimista si lo vives día a día. Cuando hablo con los alemanes vuelven a decirme: ¿Por qué las relaciones entre alemanes y griegos son tan malas? ¿Por qué siguen empeorando? Y les digo que era lo mismo en 2010. Ahora hemos vuelto al punto cero. Y esto no solo significa que la relación entre griegos y alemanes haya retrocedido, sino que el país ha retrocedido.

–¿Quién tiene la culpa?

–Si empiezo a hablar de quién tiene la culpa seguirá aquí mañana a la misma hora. Es una pregunta demasiado amplia. Lo que puedo decirle en muy poco tiempo es que los griegos cometimos muchos errores. Seamos honestos y no hablemos de los demás. La segunda cuestión es qué hicieron mal los políticos desde 1980. El punto de arranque fue hace 30 años. No puedes encontrar una solución a un problema sin mirar a la gente. No todo son números. Si solo proporcionas números, no te importa si la gente puede aguantar o vivir con esos números. Dicen: «Si los números están bien, la gente debería estar contenta». Y esto es muy erróneo. Lo tercero que está mal, y esto es resultado de lo segundo, es que vivimos en una Unión Europeadonde solo hay un discurso: el económico. No hay discurso político, ni cultural. Nada. Solo económico. No hay esperanza.

–Y el nuevo gobierno no contribuye a mejorar la situación.

–El problema con el nuevo gobierno tiene una parte buena y una mala. La buena es que Tzipras está aprendiendo más rápido de lo que esperaba. La mala es que Syriza no es un partido unificado, está compuesto por varios grupos. Y cada grupo tiene su propia política. Es un lío. Por un lado, Tzipras intenta calmar a Merkel y Hollande y, por el otro, está intentando calmar a su propio partido.

–¿En qué punto se encuentra la autoestima de sus paisanos?

–Los griegos están desesperados, totalmente inseguros e indefensos. Y son malos sentimientos porque tienen un impacto social y político sobre el país. Y es lo que me hace estar tan disgustado.

–¿Qué perseguía al situar sus últimas novelas en el contexto de la crisis?

–(Suspira) Intenté que los griegos entendieran qué salió mal y cómo parte de la responsabilidad es suya. Intento explicarles que estos tiempos duros van a durar. Que no van a terminar tan fácilmente o tan rápido como los políticos siguen diciendo.

–¿El compromiso debe formar parte de la labor de un escritor?

–Sabe, yo tengo una situación personal muy peculiar, porque no soy un griego nativo. Nací y me crié en Estambul y tengo cultura alemana. Pero soy un escritor griego que vive desde hace 51 años en Grecia. Mi privilegio es que no estoy implicado emocionalmente. Puedo mantener una distancia y actuar como observador de la sociedad. Colegas míos, que son griegos nativos, no pueden tener ese privilegio. Muchos vienen de familias divididas por la Guerra Civil. Yo soy un caso especial. Intento utilizar esta posición especial para explicar a la gente qué va mal. Y estoy contento porque cada vez que salgo de mi casa alguien me para y habla conmigo.

–¿Qué parte del proceso de creación de sus últimas novelas resultó más agotador?

–La parte del sufrimiento. Intentaba entender por un lado los errores, pero por otro el sufrimiento. Y vi que parte de los errores vinieron porque la gente ha sufrido mucho. Desde la ocupación alemana a la guerra civil y después de la guerra. Es fácil que la gente que sufre cometa errores. Cometen errores pero hay una razón.

–¿Se beneficia la novela negra de tiempos complicados como el actual?

–En los últimos 20-30 años la novela policíaca ha involucionado hacia la novela del siglo XIX. En muchas novelas del siglo XIX verá que el punto de partida es un relato policial. Es lo mismo con «Los miserables», Dostoievski, Balzac, por no hablar de Zola. Es lo que estamos haciendo, no es nada nuevo. No solo yo, Montalbán hizo lo mismo. [Andrea] Camilleri está haciendo lo mismo. Usamos la historia policíaca como pretexto para hablar de la sociedad y la política. Si aprendí algo de Montalbán fue una cosa muy importante. Montalbán me enseñó a meter la política en una novela policíaca. Yo no sabía. Él me enseñó.

Márkaris: «Los griegos cometimos muchos errores, seamos honestos»

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