Feria del Libro de Madrid: optimismo «real» entre las editoriales
La Reina Doña Sofía inaugura la 74 edición de esta cita literaria, que se muestra ilusionada tras un exitoso Sant Jordi
Después de muchos años acumulando caídas, desilusión y polvo sobre sus ejemplares, la Feria del Libro de Madrid abrió hoy sus puertas movida por un optimismo real. Las editoriales se han quitado el traje de penitente y han cambiado la prudencia por una ilusión moderada, satisfechas porque los números empiezan a cuadrar. Inauguró esta 74 edición la Reina Doña Sofía , siempre dispuesta a apoyar la Cultura en todas sus expresiones. Comenzó el recorrido con un sol imponente y terminó despidiéndose bajo ligeros nubarrones, los mismos que el sector del libro espera superar, animados por los buenos resultados del Sant Jordi.
«El mercado está recuperado, sentimos que las librerías está funcionando bastante bien y tenemos unas expectativas muy altas», asegura Patxi Beascoa, director comercial y de marketing de Penguim Random House , el mayor gigante editorial en castellano. «Durante Sant Jordi se superaron las expectativas y,según va la tendencia de este año, seguro que repetimos». El de los libreros es un optimismo cauto, tímido y con gafas, que necesita de los números para terminar de lanzarse.
«Boom» de Cervantes
De momento, solo con motivo del 23 de abril vendieron en Cataluña 1,53 millones de libros, un cuatro por ciento más que el año pasado. Esto -en cifras redondas- supuso una facturación superior a los 20 millones de euros, mucho dinero para una festividad tan intensa como efímera. Con estos antecedentes, la Feria del Libro de Madrid parece «obligada» a mejorar los resultados de 2014: el año pasado consiguieron cerrar la semana con 7.450.000 euros en ventas.
Para esta edición tratarán de explotar el «boom» mediático de Miguel de Cervantes. El IV Centenario de la segunda parte del Quijote, unido a la localización de sus restos en el centro de Madrid, será un buen aliciente. Algunos ya preguntaban hoy por la versión popular del clásico confeccionada por Arturo Pérez-Reverte... Aunque la feria es mucho más. A nadie se le olvida que ésta es la primera edición sin la mirada tierna de Ana María Matute.
El paseo de la Reina Doña Sofía fue un recorrido sin sobresaltos más allá del cambio de una caseta a otra, que desataba entre fotógrafos y curiosos un pequeño San Fermín. Se cruzó con un grupo de escolares a los que saludó justo antes de pararse junto a la caseta Ediciones Versátil . «¡Ya me puedo morir tranquila!», gritaba una de las pequeñas. De esta librería, Doña Sofía recogió un ejemplar de «La Bestia», título que disfrutará alguna de sus nietas.
Acompañaron a Doña Sofía la todavía alcaldesa Ana Botella, y el subsecretario del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Fernando Benzo. Se da la circunstancia de que es la primera vez -y por tanto la última- que Botella inaugura la Feria como alcaldesa. Faltaron el ministro José Ignacio Wert, que defendía su reforma universitaria en el Consejo de Ministros, y José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura , de visita oficial en México.
Mucho público
En la caseta de la Red de Bibliotecas Públicas de Madrid la Reina recibió una edición lujosa de «El despacho de Ramón Gómez de la Serna», realizada por los artesanos encuadernadores de la Imprenta Municipal. Le entregaron también un doble CD de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid y se llevó dos finos ejemplares sobre Lope de Vega y Miguel de Cervantes. Fue en ese momento cuando muchas de las personas que hoy daban color a la feria -hubo bastante público para ser un día laborable- pudieron saludar a la Reina.
Doña Sofía entró con cierto sigilo en el pabellón infantil, todo el que le permitía su escolta y la nube fotógrafos que la acompañaba. Un cuentacuentos narraba la historia de las habichuelas mágicas cuando pidió a los niños un minuto de silencio. «Ahora, por favor -les dijo-, saludamos a las autoridades». Los pequeños se giraron rápidamente y aplaudieron. «¡Qué obedientes! Espero no haberles interrumpido», les dijo la Reina, que ya había pedido algunos ejemplares de literatura infantil en la editorial Venir a cuento.
Los libreros cuidan a los lectores del futuro y el optimismo es real. Solo hace falta que el público responda, que el tiempo acompañe y las cifras mejoren los datos del año pasado.
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