«Como individuo se puede tener miedo, pero un ciudadano no»
Publican «Yo soy Charlie», un libro que recoge entrevistas con algunos de los dibujantes asesinados
![«Como individuo se puede tener miedo, pero un ciudadano no»](https://s1.abcstatics.com/Media/201505/28/CharlieHebdo3--644x362.jpg)
El 7 de enero de 2015 dos hombres entraron en la redacción de la revista satírica «Charlie Hebdo» y mataron a once personas, más un policía en el exterior . Seis de ellos eran caricaturistas de la publicación. Este hecho y los dramáticos acontecimientos que transcurrieron en los siguientes dos días, más la posterior y multitudinaria reacción de solidaridad, son descritos y analizados por Juan Pedro Quiñonero, corresponsal de ABC en París, en la introducción de «Yo soy Charlie. Los dibujantes hablan». Se trata de un libro que recoge las entrevistas realizadas por el escritor y especialista en cómics Numa Sadoul a varios dibujantes relacionados con la publicación, entre ellos, tres de los que murieron acribillados: Cabu, Charb y Wolinski.
Por eso, cada palabra que pronuncian sobre su trabajo, su mordaz visión de la realidad y, sobre todo, sus opiniones acerca de la religión y su reacción ante las amenazas recibidas, adquieren hoy una importancia superlativa. Cabu, por ejemplo, fue autor de la célebre portada que despertó las iras de los integristas . En ella, se ve a Mahoma desesperado ante la necedad de estos últimos: «Qué duro es ser amado por idiotas», decía el retratado. «¿Cómo pudieron creer que se trataba de un ataque a los musulmanes, cuando en realidad con quienes nos metíamos era con los fanáticos?», se preguntaba.
«Por otro lado, no saben leer los dibujos, no tienen la práctica que tenemos nosotros después de siglos», señalaba, para después añadir, citando un editorial de la revista: «Como individuo se puede tener miedo, pero un ciudadano no». Por eso, a pesar de las amenazas, afirmaba que no tenía «ningún dibujo del que arrepentirme, más bien me arrepiento de no haber profundizado en una determinada noticia de actualidad». También se mostraba consciente de que un chiste no cambia el mundo: «¡Después de todo este tiempo arremetiendo contra la estupidez, que es nuestro principal objetivo, la estupidez sigue estando ahí!»
«¿Qué tipo de dios es ese que necesita que un pobre tipo lo defienda, que defienda su honor? Dios está por encima de esas cosas». El que habla así es Charb, en aquel momento, y desde 2009, director de «Charlie Hebdo». Ateo confeso, también protesta por la actitud del Gobierno francés ante estos asuntos: «Por un lado, la minoría extremista anima al resto a sumergirse en el Islam. Por otro, los políticos franceses les mandan señales que dicen: “Bueno, sí, no hay que tocar vuestra religión; bueno, sí, es cierto que os hemos humillado...” De modo que hay una especie de escalada». Sin embargo, también protesta por leyes como las que impiden llevar velo a las mujeres musulmanas : «No me gusta que los religiosos me impongan nada, vengan a ver cómo vivo y me dicten cómo se ha de organizar mi vida, pero tampoco me gusta que los otros, en nombre de la laicidad, le den el coñazo a los creyentes en su vida religiosa y privada».
Wolinsky, el de más edad de los asesinados en el atentado (80 años), tenía claro cuál debía ser el papel de la revista y de sus compañeros: «Tenemos que seguir siendo irreverentes y defender la tolerancia. Cuando uno es libre, suscita intolerancia y, cuando uno es intolerante, suscita reacciones de libertad. Una cosa lleva a la otra».
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