poesía
75 años de «Poeta en Nueva York»: El Lorca más vanguardista, crítico y solidario
El próximo 24 de mayo se cumplen 75 años de la primera edición aparecida en Norteamérica de este clásico que tres semanas después editó José Bergamín en México
Federico García Lorca nunca pudo ver publicado en vida «Poeta en Nueva York», uno de los poemarios imprescindibles del siglo XX por su modernidad y actualidad, algo que hace que esté a la altura de otros grandes clásicos de la literatura universal. El próximo 24 de mayo se conmemora el 75 aniversario de su primera edición de En concreto fue «The poet in New York and other poems», una edición bilingüe que contó con la traducción de los versos originales del poeta granadino a cargo de Rolfe Humphries y que apareció en la editorial W. W. Norton Company de Nueva York. Ese mismo año 1940, y con apenas tres semanas de diferencia —el 15 de junio—, José Bergamín publicó en la editorial Séneca de México la primera edición en español.
José María Barrera es catedrático de instituto y profesor asociado de la Universidad de Sevilla. Es un gran experto en la literatura de la Generación del 27 en general y una de las voces más autorizadas en este gran poema de Lorca en particular. En una entrevista a ABC, Barrera indica que Lorca entregó el manuscrito de «Poeta en Nueva York» a su amigo el también poeta José Bergamín. Lorca fue a visitarlo a su despacho pero no lo encontró allí, por lo que le dejó el manuscrito con una nota:«He estado a verte y creo que volveré mañana». Era el 13 de julio de 1936. Ya nunca más se verían porque el poeta regresó a Granada al día siguiente pensando que allí estaría más seguro, pero al final murió asesinado sin ver publicado su poemario más vanguardista. «Lo curioso es que las dos primeras ediciones, a pesar de que salieron con apenas unas semanas de diferencia y que ambas surgieran de un mismo manuscrito, ofrecieron poemas diferentes, lo cual hace que el manuscrito sea un poco controvertido porque es abierto», asegura Barrera.
Baudalaire y Eliot
Respecto a la relevancia de «Poeta en Nueva York», José María Barrera opina que «es una de las obras centrales de la poesía mundial contemporánea, ya que equivaldría por su importancia a otras como “Las flores del mal” de Baudelaire o “La tierra baldía” de T. S. Eliot». Asimismo, este catedrático de instituto abunda sobre el tema admitiendo que «fue un poema muy transgresor», además de añadir que «con una técnica surrealista, Lorca saca todas sus obsesiones y frustraciones. Llegó a Nueva York con una crisis de amor y de identidad y eso se trasvasa en una red compleja de símbolos. Detrás de esos símbolos herméticos el lector descubre a un ser que sufre ante las mentiras del mundo (económicas, sociales, amorosas), frente a eso está la verdad del poeta. Lorca trasvasa su propia personalidad, alcanzando este poemario la universalidad».
Por otra parte, la relevancia de esta obra es tan evidente que José María Barrera señala que sólo habría en la literatura española unas pocas a la altura de la de Lorca, como «Diario de un poeta recién casado» de Juan Ramón Jiménez, la obra completa de Cernuda o «La voz a ti debida» de Pedro Salinas, pero «“Poeta en Nueva York” estaría en la cima de la poesía porque es un libro muy rotundo», asevera.
Solidaridad por los negros
Asimismo, Barrera añade que se trata de un poemario de una estética surrealista, «pero el surrealismo español se diferencia mucho del francés. Lorca hace un poema de un drama interior porque vuelca su crisis amorosa y de identidad buscando unos correlatos y referentes, no sólo en su propia persona, sino en los otros: los negros, los judíos o la niña ahogada que aparece en un poema. En el caso de los negros, Lorca «refleja esa sociedad sometida vista como una injusticia, que él convirtió en un símbolo». A partir de ahí, usa este mundo para proyectar su propio drama. La multitud que va por las calles vomitando angustia y soledad. «Hay poemas que son muy críticos con la sociedad, la economía o la Iglesia, eso refleja la verdad desnuda de Lorca y de su sexualidad frustrada», asegura este experto en literatura, quien también dice que el poeta granadino arremetió igualmente contra el mundo empresarial y el capitalismo. «El famoso crack del 29 está dentro del libro. Lorca pone el dedo en la llaga en ese mundo del dinero».
Preguntado José María Barrera por el motivo por el cual el poeta granadino no llegó a publicar nunca en vida «Poeta en Nueva York», reconoce que «probablemente no lo hiciera porque se trataba de un libro muy fuerte», a lo que añade que «es una poesía de denuncia en donde se desmantelan todas las trampas de la sociedad en todos los terrenos, tanto en el afectivo (sus desengaños y frustraciones amorosas) como en el social (sistema económico que explota y que es muy injusto)». «Hay poemas muy duros contra Wall Street o la Iglesia. En la España de los años treinta era complicado que esto se pudiera publicar. A lo mejor por el miedo personal o por esa situación de crispación social de España al final no salió editado, publicándose sólo algunos poemas sueltos en varias revistas».
En cuanto a las mejores ediciones que existen actualmente de «Poeta en Nueva York», José María Barrera destaca tres: la de Cátedra de María Clementa Millán, con abundantes notas a pie de página; la edición de Pietro Marinari para Espasa Calpe, pero sobre todo la de Andrew Anderson para Galaxia Gutenberg (2013):«Es la mejor que existe porque es una edición crítica muy seria, con los poemas muy ordenados y con un estudio preliminar profundo», concluye Barrera.