Dudan del buen juicio de Harper Lee para publicar su segunda novela
No escribió nada desde «Matar a un ruiseñor» en 1960. Ahora se duda de su capacidad para decidir a los 88 años
Poco después de tocar el cielo literario con «Matar a un ruiseñor» en 1960, Harper Lee se retiró de la vida pública y de la editorial. Apenas concedió entrevistas, declinó recoger premios y homenajes y solo publicó algunos ensayos cortos. Así se ha pasado las últimas cinco décadas, recluida en su casa de Monroeville, la localidad de Alabama en la que nació. Por eso sorprendió tanto que el mes pasado, a los 88 años, anunciara una nueva novela.
La noticia fue recibida con alegría entre el ejército de entusiastas de aquella historia del profundo sur americano que fue llevada al cine , y con dudas desde algunos sectores literarios. ¿Por qué decide dar este paso ahora? ¿Ha sido forzada a publicar un libro que, sin duda, se convertirá en una máquina de hacer dinero?
En el centro del debate están las posibles presiones a las que podría haber sido sometida Lee y si sus capacidades mentales son las idóneas para autorizar la publicación de un libro. La abogada de la autora, Tonja Carter, salió al paso de las especulaciones con un artículo en «The New York Times», publicado cinco días después de que las editoriales Harper Collins y Penguin Random House anunciaran el lanzamiento de «Go Set a Watchman», título de la nueva novela. «Es una mujer muy fuerte, independiente y sabia que debería estar disfrutando el descubrimiento de su obra perdida», aseguró Carter. «En lugar de eso, está teniendo que defender su propia credibilidad y toma de decisiones».
El debate se avivó con fuerza esta semana, cuando «The New York Times» publicó un artículo en el que algunas personas cercanas a Lee, que vive en un centro para ancianos, dudaban de la salud mental de la escritora, mientras que otras confiaban en que estaba en plenas facultades para permitir un nuevo libro. Unas fuentes describían a una anciana comunicativa y vital, y otras pintaban a una autora con fuertes problemas de memoria, deprimida, infantilizada y mermada por la sordera.
La denuncia de un particular sobre un posible «abuso contra un anciano» movilizó al Estado de Alabama, que inició una investigación del asunto a través de su Departamento de Recursos Humanos y de la Comisión de Valores Financieros estatal. Esta última anunció el jueves por la noche que había cerrado sus pesquisas. «Hemos llegado a la determinación de que Lee, según la entrevista mantenida con ella, estaba al tanto de la publicación de su libro. Quiere que se publique, lo dejó muy claro», decía en un comunicado.
Alegría o abuso
El Departamento de Recursos Humanos no ha dicho oficialmente que haya acabado su investigación, pero para el agente literario de Lee, Andrew Nurnberg, es cosa hecha. En un comunicado publicado ayer, Nurnberg se mostraba «sorprendido» de que alguien hubiera sugerido a las autoridades que Lee era sujeto de abusos. «Puedo afirmar categóricamente que está en completa posesión de sus facultades mentales», aseguró el agente, para quien los problemas de oído y vista de Lee «no han afectado en absoluto a su lucidez».
Nurnberg lamentó las especulaciones alrededor de la publicación en vez de «celebrar el descubrimiento fortuito de esta novela perdida y participar de la alegría de la autora por su lanzamiento».
Fue Tonja Carter -«abogada y amiga» de Lee, como la ha definido la autora- quien descubrió el manuscrito de «Go Set a Watchman» en casa de la escritora el año pasado. La novela fue escrita antes que «Matar a un ruiseñor» y presenta los mismos personajes, como explicó Lee en un comunicado cuando se anunció el nuevo libro: «A mediados de los años cincuenta terminé una novela llamada “Go Set a Watchman”. Incluye el personaje de Scout como una mujer adulta y yo creía que era un trabajo bastante decente. Mi editor, cautivado por los flashbacks a la infancia de Scout, me convenció para que escribiese una novela desde el punto de vista de la joven Scout». Así nació «Matar a un ruiseñor» y la novela original quedó en el olvido, hasta ahora.
A pesar de la montaña de investigaciones y comunicados, siempre quedará la duda de por qué decide Lee publicar en este momento su «novela perdida». ¿Olvidó su existencia? ¿Le parece publicable a los 88 años lo que no lo era en las últimas cinco décadas? Se sabe que la escritora empezó una secuela de «Matar a un ruiseñor», con el título «The Long Goodbye», que abandonó tras escribir cien páginas. También que empezó a trabajar en un libro sobre un asesino en serie de Alabama, que tampoco concluyó. Habrá que ver si esos manuscritos salen también ahora a la luz.
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