«Santa Teresa se libró por los pelos de la Inquisición»

La novela histórica es el territorio de Jesús Sánchez Adalid, exjuez que colgó la toga para tomar los hábitos de sacerdote y que ha vendido un millón de ejemplares de «El mozárabe». Su nueva novela, «Y de repente, Teresa» (Ediciones B), lleva un camino similar, ya que en tres meses ha agotado seis ediciones; una narración que cuenta el proceso sufrió Santa Teresa de Jesús a manos de la Inquisición y que es la novela oficial del V Centenario de su nacimiento. El escritor está de enhorabuena, ya que ayer obtuvo el Premio Abogados de Novela 2015 por «La mediadora», que le otorgó un jurado presidido por Lorenzo Silva.

«El tema de la Inquisición era absolutamente desconocido», señala el autor quien reconoce que Santa Teresa podía ser un peligro para la Iglesia «porque se podía parecer a la pseudomística que seguía en esa época. La Inquisición desconfiaba bastante de cualquier experiencia sobrenatural. En sus cárceles estuvieron San Juan de Ávila y Fray Luis de León, y pudo haber estado Santa Teresa, pero se libró por los pelos o por la Providencia».

La razón: «Se murió quien tenía resuelto condenarla: el inquisidor general, el cardenal Espinosa. Lo sustituyó Diego de Quiroga, que había leído su obra y era proclive a ella. Decidió que el teólogo más eminente, el padre Domingo Báñez, hiciera un informe y a través de él libraron a la santa».

¿Cuál es el mayor legado de Santa Teresa? «Cambiar lo que no le gustaba de aquella sociedad y aquella Iglesia, volver a la pureza primitiva y originaria del Evangelio. La Iglesia está necesitada constantemente de reforma y que se reactive el mensaje evangélico. ella fue una santa reformadora».