Màrius Mollà: «Se habla mucho de fracaso escolar pero no reparamos en el fracaso vital»
El escritor liquida definitivamente el seudónimo de Andrés Vidal y pubica con su propio nombre «El maestro», una historia de ideales y vocaciones protagonizada por un profesor de La Escuela Moderna
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«Un maestro tiene que ser vocacional, sí, pero sobre todo tiene que ser bueno», señala Màrius Mollà, autor antes conocido como Andrés Vidal que, tras despachar más de 100.000 ejemplares de sus tres primeras novelas históricas, se quita la careta y firma en primera persona una historia de ideales, vocaciones y, claro, maestros. Profesores que, como Emili Boix, protagonista de «El maestro» (Ediciones B), quieren borrar sus huellas y comenzar de nuevo en un «mas» del Montseny pero acaban rindiéndose a su vocación. Una vocación que, en este caso, le sirve a Mollà para tirar del hilo de La Escuela Moderna y trasladar a un discípulo de Francesc Ferrer i Guàrdia a un entorno más agreste.
Así, además de explicar el nacimiento y fundación de La Escuela Moderna y el trágico final de su fundador, Mollà se sitúa en 1914 para narrar «un cambio revolucionario, una vuelta a los orígenes» protagonizada por Emili Boix. He aquí, pues, un profesor que deberá aparcar sus conocimientos para trabajar en el bosque, curtirse como leñador y, finalmente, recuperar sus viejos ideales para acabar enseñando a los hijos de los carboneros, los pastores y demás habitantes de ese «pequeño microcosmos con su propia organización económica y social» que es el «mas» Confins.
Una inmersión radical en la naturaleza que, ya desde las primeras páginas, Mollà emparenta con el que «Walden» de Thoreau y el «Jakob von Gunten» de Robert Walser y con el que quiere dejar constancia de un momento de revolución y cambio que, aún hoy, sigue siendo necesario. «Para un cambio importante no basta con una generación, haría falta un gran pacto de estabilidad para trabajar algo nuevo», sostiene el escritor. Con todo, y pese a reconocer el papel «rompedor aunque también algo dogmático» de Ferrer i Guàrdia, Mollà asegura que «El maestro» no es una novela sobre el padre de la Escuela Moderna. O, por lo menos, no es solo eso.
De hecho, después de publicar «El sueño de la ciudad» y «El mar de los hombres libres», el autor barcelonés se emplea a fondo para reivindicar un tipo de educación que poco o nada tiene que ver con la actual. «Estamos en tiempos líquidos y, sin embargo, aún cargamos con la enseñanza sólida de la revolución industrial», señala Mollà, para quien uno de los grandes fallos de la educación contemporánea está en que «se habla mucho del fracaso escolar sin reparar en el fracaso vital».
A vueltas con los cambios radicales, «El maestro» no solo da cuenta de ellos, sino que los lleva impresos en su propia portada. Es ahí donde luce por primera vez el nombre de este ingeniero admirador de Ken Follet, Mario Puzzo, Michael Crichton y Philippe Claudel que se dio a conocer con «La herencia de la tierra». Adiós, pues, a un seudónimo que, asegura, ahora estorba más que otra cosa. «El seudónimo tenía que ver con el respeto que me producía entrar en este mundo, pero ahora creo que ya toca poder hablar y defender la novela» aclara.