Ernesto Pérez Zúñiga: «A la musa hay que llevarla al campo, al cine y a la cama»
El novelista se apunta también a la poesía. Pueden comprobarlo con su nuevo y fantástico libro, «Siete caminos para Beatriz»
Ernesto Pérez Zúñiga, a pesar de los recortes, reparte cultura en la sede madrileña del Instituo Cervantes, donde trabaja. Pero no contento con eso ha creado una interesante obra literaria, tanto narrativa como poética. Dejemos a un lado los vericuetos de la prosa y tras pasar por la agencia de viajes de la inspiración viajemos con él poeta y con su singular compañera, la Beatriz de Dante, Bea para los amigos, por los deliciosos territorios de su nuevo libro, «Siete caminos para Beatriz» (Ed. Fundación José Manuel Lara. Colección Vandalia), donde ambos pasean como una pareja de hecho, cogiditos de la mano por el Averno mismo, o por las florituras del cielo.
-No ha elegido usted mala compañía para ir de gira por el Averno, la Beatriz de Dante.
-Si no voy con ella, no entro. Ella es el motor del viaje hacia uno
mismo.
–Utiliza rimas asonantes. Es usted un tío grande.
-Para hacer un homenaje a la música de Dante. Pero afortunadamente son pocas. La mayoría del libro la música es libre, música infernal.
.-Y hasta un par de sonetos. ¿Descaro o talento?
-Están en la parte del Paraíso, tan intenso como breve. El paraíso de un poema podría parecerse a un soneto. Quizá a dos. No más.
-Y habla de los de «entonces por los puentes del Tíber». ¿Estos de entonces, son los de Neruda, son un guiño o son un plagio, o un descuido?
-Las voces de los otros nos habitan y salen cuando quieren. La identidad es un mal invento. Todo poema quiere ser casa abierta. Somos el pasado y la expresión presente del futuro.
-¿Y el Lope de Vega de «siempre es mañana y nunca mañamos» en «tu mañana pero ya nunca esa mañana? Tiene buenos amigos en el Olimpo de la lírica.
-Los frecuento, cuando me dejan, y los pongo a hablar con mi tiempo.
-Va más allá de Podemos, está usted como el legendario anarquista Buenaventura Durruti: «De un tiempo sin un reino, de un espacio sin un Estado?»
-Todo país es una ficción compartida. Cualquier fe nacionalista es una enajenación. Desconfío de los predicadores políticos: o están enajenados o son estafadores. Al uso interesado de la palabra, Rafael Cadenas lo llama «la estafa verba». Miremos quiénes son sus aliados, cuáles son sus intereses. Así sabremos quiénes son.
-Escribe usted un par de veces la bonita palabra esdrújula (¡qué útiles son para un poeta ¿verdad?!) prismáticos ¿Qué es lo que no ve claro, su oficio de poeta? ¿O no estará usted en la lista de Falciani?
-No sé quién es ese señor. Quizá porque no uso los prismáticos tanto como debiera. Nuestra visión es siempre limitada. La poesía es una de las pocas maneras de ver la realidad con lentes de aumento.
-Tres poemas dedicados a la laguna estigia. ¿No era Conan Schwarzenegger quien decía aquello de «¡Calla, perra estigia!?»
-Prefiero «Desafío total» . También lo era escribir en la Laguna Estigia. Hay que sumergirse muy dentro: ahí está el inconsciente propio y compartido, que determina muchos de nuestros actos.
-Mete usted a unos pobres «electrones sin destino» en un poema. ¿Un poco cruel, no?
-Se lo merecen. Hemos dejado demasiado de nosotros en ellos. Nos representan. Son comunicación sin alma.
-«Las botas altas bajo las minifaldas»? ¿Con la tal Beatriz ha habido tema, no?
-Hace falta un uniforme así para estimular a Dante a que cruce nuestro mundo, rendido a Eros.
-No recuerdo el poema, pero mete usted a la pobre Bea en un almacén sueco. Jopé, el Ikea es peor que el infierno de Dante. Vaya vida le está dando a su heroína.
-El materialismo es destrucción de la Naturaleza, su almacenaje y venta sin escrúpulos. La naturaleza nos incluye a nosotros, por supuesto. Nuestras sociedades son expertas en crear infiernos y mostrarlos como progreso. El sueño de la construcción y decoración infinitas pertenece por igual a las ideologías capitalistas como a las comunistas. El mundo ahogado por la construcción humana es el infierno. Nuestra única esperanza es la convivencia ética con la naturaleza (con nuestra naturaleza). Ahora o nunca.
-Lo mismo las feministas caen sobre su libro como hienas. Dirán que así no se trata a una chica.
-Todo lo contrario. El alma de este libro es femenina; es esa feminidad quien abre camino.
-¿Bea y las musas en líneas generales piden una exorbitada pensión cuando hay divorcio?
-¡Ay del poeta que pida el divorcio a las musas!.
-Para aclararnos, y para acabar, que estoy del infierno más atacao” que la nave Enterprise. ¿Pasa usted los fines de semana haciendo bricolage o escribiendo sonetos?
-Trato de que la musa me haga caso. Llevarla al campo, al cine y a la cama.
«EL ÁNGEL DE LOS ALFILERES TAÑE SU LAÚD»
Delicia de los tiempos sin sus épocas
de un tiempo sin un reino
de un espacio sin un Estado.
Sólo estado de un tiempo sin fronteras
Sólo tiempo de espacios sin límetes.