Bruce Springsteen se cuela en la librería con el cuento ilustrado «Outlaw Pete»
El músico estadounidense se alía con Frank Caruso para convertir una de sus canciones en un libro sobre un bebé forajido que asalta bancos
Cuando Bruce Springsteen grabó hace algo más de cuatro años «Outlaw Pete», la canción sobre un forajido «que atracó un banco en pañales y con sus piececillos de bebé descalzos», nada hacía pensar que el corte que abría «Working On A Dream» acabaría inspirando un libro infantil. O, mejor un dicho, un libro ilustrado.
Aunque, bien pensado, tampoco nadie podía esperar que, a sus 65 años, el autor de «Born To Run» se estrenase en la literatura con un libro que transforma en cuanto ilustrado una de sus canciones. De hecho, ni siquiera el propio Springsteen lo tenía planeado. «Es lo último que esperaba hacer», aseguraba recientemente el músico en una entrevista en «The Washington Post».
El caso es que, planeado o no, Springsteen se ha acabado aliando con el ilustrador Frank Caruso para dar forma a un volumen que, tras publicarse a principios de mes en Estados Unidos, llega ahora a España de la mano de Ediciones Urano para explicar la historia de «Outlaw Pete», un bebé «que roba bancos y sufre problemas de conciencia».
Un relato criminal y «de meditación sobre el destino» con el que el músico estadounidense adapta lecturas infantiles como «Brave Cowboy Bill» y se empapa de la mitología del salvaje Oeste para acabar dando forma a un libro que, si bien no es estrictamente infantil, sí que puede cautivar a los más pequeños. «Creo que los niños entienden instintivamente la pasión y la tragedia, y un bebé de seis meses que roba bancos es un protagonista bastante bueno», relativizaba Springsteen, para quien el libro acaba siendo una fábula moral sobre el bien, el mal y el imaginario cultural estadounidense.
«Si "Bambi" es para niños, entonces esto está bien», subrayaba Springsteen a propósito de un debut literario de 56 páginas que llega a nuestras librerías en edición bilingüe y con las ilustraciones de Caruso como reclamo para tirar un poco más del hilo de la historia de ese pequeño forajido que Springsteen retrató en ocho minutos de electricidad borboteante.
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