Gimferrer: «El secesionismo es una partida de ajedrez que no se sabe cómo acabará»
El académico remueve la poesía en dos idiomas con dos nuevos libros, uno escrito en italiano y otro traducido del catalán
Doble presentación de Pere Gimferrer: Publica «El castillo de la pureza» (Tusquets editores, un poemario traducido del catalán por José María Micó) y su primera incursión lírica en italiano: «Per riguardo» («Con cuidado»). Escrito entre agosto y septiembre de 2012, con la excepción de los poemas «Fisterra» (2002) y «Eisenhamen» (2007), «El castillo de la pureza» remite a un verso de Mallarmé: la poesía como último reducto ante el vacío. Los doce poemas de «Per riguardo» (Fundación José Manuel Lara) reflejan una pasión que viene de lejos: de la «Divina Comedia» a D'Annunzio Pavese, Moravia o Pasolini. «Per riguardo», que literalmente significaría «por consideración», ha sido vertida al castellano por Justo Navarro. Una topografía que atraviesa la Autostrada dei Fiori en Ventimiglia, el mar de Basilicata o el Trastévere romano... Y Venecia siempre en el espíritu desde «Arde el mar» (1966) «Debo el italiano a Italia: a su poesía desde Dante (por lo menos, y ante todo), pero también a los diálogos de su cine o de su narrativa, o al trato con sus gentes. En su paisaje está su habla...» señala el poeta.
-¿Cómo surge el italiano como lengua de creación?
-Leyendo la Commedia. Las lenguas no se aprenden en clase. En la escuela sólo aprendí latín y el resto de lenguas las aprendí leyendo o viendo películas en versión original. Catalán, castellano e italiano no dejan de ser variantes del latín.
-¿No le tentó irse a vivir a Italia?
-Me hubiera gustado, pero no hubo ocasión. Hace muchos años me ofrecieron una beca para Princeton, pero no acepté: no me atraía. Además de Venecia, me gusta Turín. Es una pequeña ciudad que tiene de todo: museo del cine , exposiciones, elegancia...
-Usted fue novísimo en castellano, firmó «Els miralls» en catalán, retomó la lengua de Cervantes en “Amor en vilo, «Tornado», «Rapsodia» y «Alma Venus»... Volvió al catalán en «El castell de la puresa»... y ahora se revela en italiano ¿El motivo poético y la lengua van de la mano?
-La lengua es decisiva para cada motivo poético. Cada lengua tiene sus palabras propias, su historia, su semántica y eso determina el carácter del poema. Cuando escribes, la lengua realiza la mitad del trabajo...
-¿Y qué nos dice del trabajo de sus traductores?
-Son temperamentos muy diferentes. Micó es un gongorista y Navarro un novelista. Han rematado una traducción poética que algún día creí casi imposible, y que yo mismo no sabría llevar a cabo con poemas míos.
-Vayamos a los textos... «El castillo de la pureza» está repleto de referencias italianas. En «Perspectiva Borromini» evoca el invierno de 1988...
-La perspectiva Borromini se refiere a una ilusión óptica que existe en Roma. En 1988 se cumplía medio siglo de cuando mi padre hizo la guerra en Lérida. Aquel año yo publicaba «El vendaval».
-También menciona a las Brigadas Rojas en la noche de Siena...
-Simbolizan el terrorismo de los años setenta... Un farmacéutico me contó que el clorato de potasa está prohibido desde entonces en Italia porque con él fabricaban la cloratita de las bombas...
-Vamos a provocar al académico... Hemos detectado tres palabras que usted frecuenta en sus versos: badajo, basilisco y giróvago...
-Supongo que las dos primeras las conoce de sobra, En cuanto a “giróvago” tiene relación con la secta de los derviches y sus danzas.
-Su poesía reverbera... Se nota su pasión por el cine ...
-Yo pienso siempre en clave visual. Cabral de Melo afirmaba que el poeta debe escribir lo visualizable. Yo puse en práctica ese principio: en mi poesía, el sonido y la imagen pueden más que la lógica.
-También ama las máscaras... Leamos: «Es así nuestra vida: una leyenda /, una máscara de rojo terciopelo»...
-La máscara, decía Larbaud, es una mentira que siempre dice la verdad.
-¿Quiénes se enmascaran en el proceso secesionista catalán que culminó el 9N con la pseudoconsulta?
-El secesionismo juega una partida de ajedrez que no se sabe cómo acabará... El resultado final dependerá de muchas variables. Nada es lo que parece.
-¿Se planteó votar?
-Si hubiera habido un censo y hubiera recibido una papeleta, como en cualquier votación legal, me habría sentido aludido... Como no fue así, no me consideré convocado.
-¿Antes de la confrontación hubo entendimiento?
-Mi poema «Fisterra» está dedicado a la catástrofe del Prestige. Incluyo un verso de «La Atlántida» de Verdaguer. Como Milà i Fontanals y Menéndez Pelayo, Verdaguer concebía una España integradora. Unamuno sabía catalán, como demuestra su epistolario y mantuvo correspondencia con Joan Maragall. El catalán interesó a la Generación del 27 y Sainz Rodríguez escribió sobre los problemas de esa cultura durante la dictadura de Primo de Rivera. Poco antes de morir, después del incidente con Millán Astray, Unamuno habla en «El resentimiento trágico de la vida» de unos guardias civiles... ¡de un cuento de Victor Català! Juan Ramón Jiménez lloró en su exilio de Puerto Rico al escuchar en la radio el “Virolai” de la Escolania de Montserrat. Decía que le recordaba a España. Hasta los años noventa hubo puentes de diálogo...
-¿Y qué opina de la confesión de Pujol del 25 de julio?
-A primeros de agosto escribí un poema en el que no le cito pero que le retrata... Era cuando estaba escondido en la Tour de Carol. Lo que más me interesa es porqué hizo lo que hizo y lo confesó, precisamente, en aquel momento...
-El último parte sobre al prohibición de los toros en Cataluña sigue siendo pesimista...
-Metidos en el proceso soberanista, los toros no figuran en el orden del día, pero tanto Josep Bargalló, de Esquerra, como Santi Vila, de Convergència están a favor de la Fiesta. Los que siguen asociando toros con franquismo deberían ver aquella fotografía de Alberti y Bergamín en Las Ventas...