La historia de la pintura, a través del cómic

Un libro recorre la inspiración de los viñetistas en los grandes clásicos y viceversa, cómo los museos tiran de cómic para divulgar sus fondos

La historia de la pintura, a través del cómic abc

miguel ángel delgado

Hace ya mucho tiempo que el cómic ha dejado atrás el tópico que pretendía reducirlo a un género menor. Las aportaciones de los grandes maestros han demostrado su capacidad para expandir al máximo las posibilidades del espacio enmarcado de las viñetas, y en esa búsqueda estética los clásicos de la pintura han ejercido como referencia esencial, bien mediante la imitación, bien mediante el tratamiento, o incluso la subversión, de su importancia icónica.

El libro que aparece estos días, «La pintura en el cómic» (Cátedra), hace un exhaustivo repaso de esa relación llena de enriquecimiento entre los dos géneros. En él, Asier Mensuro, historiador del arte y comisario de exposiciones, ha buceado en el monumental archivo de Luis Gasca, el mayor coleccionista de cómics de nuestro país y miembro de la primera generación de teóricos del noveno arte de los años sesenta, y lo ha enriquecido con aportaciones propias puntuales para replantear la historia del arte, del paleolítico al pop art, a partir de las infinitas miradas que dibujantes de todos los estilos y épocas han dedicado a los clásicos inmortales.

Un recorrido atento por las 543 ilustraciones del volumen, por el que nos guía el texto lleno de referencias de Mensuro, permite comprobar cómo ese influjo de los genios del arte ha pasado a veces por la mera imitación, el guiño o la construcción de nuevas referencias. También para introducir, de manera a veces sorprendente, una mención de alto significado cultural en un tebeo dirigido, en principio, al público más popular o infantil. Y permite, también, establecer un curioso «hit parade» de cuáles son las obras maestras preferidas de los historietistas: por las páginas de «La pintura en el cómic» desfilan once Giocondas de Da Vinci, once recreaciones del Adán de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, once Libertades de Delacroix guiando al pueblo, ocho Guernicas de Picasso, nueve gritos de Munch, ocho grandes olas de Kanagawa, etc. Incluso, también permite descubrir que, contra todo pronóstico, no son solo los maestros europeos los más atentos a utilizar todo ese inmenso legado: entre las interpretaciones más audaces podemos encontrar muchas del gigante Marvel y sus superhéroes.

Ámbito Museístico

¿Es la relación entre pintura y cómic de doble sentido? Mensuro cree que «en la actualidad son dos disciplinas dispares, aunque con puntos en común. El cómic tiene una profunda filiación con la pintura narrativa y con disciplinas relacionadas con ella, como el dibujo, así como con los recursos gráficos surgidos a partir de la invención de la imprenta, en especial en las ilustraciones de prensa del siglo XVIII y XIX. La pintura también ha recibido la influencia del noveno arte, en especial en el ámbito iconográfico, donde el pop art recurre a personajes como Superman, Dick Tracy o Mickey Mouse para elaborar muchas de sus propuestas. Sin ir más lejos, la portada de este libro es una imagen muy pop del Equipo Crónica en la que se funden el Guernica de Picasso y el Guerrero del Antifaz. En la pintura contemporánea, además, hay autores tan importantes como Takashi Murakami, cuyo estilo está fuertemente influenciado por el manga japonés».

Incluso, esta relación entre cómic y arte está teniendo un especial campo de desarrollo en el ámbito museístico, donde las grandes instituciones están utilizándolo para difundir sus colecciones a un público mucho más amplio. Así, el Louvre edita una colección de cómics con la editorial francesa Futurópolis, cuya premisa de partida es que la historia ha de versar sobre algún aspecto o algún momento de la historia del museo. Otros ejemplos son la biografía dibujada de Dalí que el Pompidou encargó al historietista Edmon Baudoin, con motivo de la gran retrospectiva que el centro dedicó al genio de Figueres, o la de Rembrandt de Typex hecha para el Rijksmuseum.

Y el futuro es aún más prometedor: las mejoras en la calidad del papel y los procesos de impresión permiten que los creadores de cómic se atrevan cada vez más a remedar las texturas y los colores de grandes genios, por lo que cabe esperar que los guiños aumenten en ambición y capacidad significativa, en la prueba más palpable de que lo que cuelga de las paredes de los grandes santuarios del arte es una materia que está más viva que nunca. Este libro lo certifica.

La historia de la pintura, a través del cómic

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación