Salman Rushdie: «Si alguien condena tu libro, escribe otro y otro y otro...»
El autor de «Los versos satánicos» asistió en México al aniversario de una casa refugio para escritores exiliados
Aprovechando la participación de Salman Rushdie en el Hay Festival de Jalapa , su amiga la escritora Carmen Boullosa le invitó a la Ciudad de México a celebrar los 15 años de la Casa Refugio Citlaltépetl para escritores perseguidos, cuya fundación él mismo apoyó como parte de su iniciativa de «ciudades refugio». El marco no podía ser más oportuno: el Museo de la Ciudad de México, donde hasta enero se exhibe una completísima exposición sobre el legado cultural del exilio español tras la Guerra Civil.
«La literatura es muy resistente, se salva sola; a los escritores hay que protegerlos»
Rushdie recuerda cómo comenzó su proyecto a mediados de los noventa, cuando llevaba años viviendo de incógnito y protegido por Scotland Yard merced a la fatua que lanzó contra él en 1989 el ayatolá Jomeini por su novela «Los versos satánicos» : «Nos dimos cuenta de que los gobiernos nacionales muchas veces no apoyaban a los escritores perseguidos porque mantenían relaciones diplomáticas con los países perseguidores, pero que muchos alcaldes de ciudades sí».
En 1998, la alcaldía del Distrito Federal, presidida entonces por Cuauhtémoc Cárdenas -hijo de Lázaro, el presidente que acogió sin reservas a los refugiados españoles en el 39-, cedió una casa art déco de la colonia Condesa para ser sede de la Casa Refugio Citlaltépetl, que desde entonces ha protegido a once escritores y es un activo centro cultural.
«Simplemente, a veces he salido y me he metido en problemas»
Rushdie se congratula por lo bien que han funcionado estas iniciativas y cómo se integran los escritores a su nuevo ambiente: en Pittsburgh , contaba, hay una calle entera de casas de artistas refugiados decoradas por ellos mismos , a partir de que el primer escritor que recibieron, un poeta chino aficionado a la caligrafía, pintara todo el exterior de la suya con ideogramas. Resalta, además, lo enriquecedor de la mezcla de culturas que se produce involuntariamente: «La primera “ciudad refugio” se contruyó en Las Vegas , y el primer refugiado en ella, un poeta de Sierra Leona. Me gustaría leer el libro que salga de ahí».
Activista a su pesar -niega esta definición bromeando: «simplemente a veces he salido y me he metido en problemas »-, Rushdie asegura que la mejor respuesta a una amenaza de muerte es hablar: «Si alguien condena tu libro, escribe otro y luego otro y otro y otro», pero hace hincapié en que el escritor no debe forzar su postura política: « Yo decidí ser quien siempre quise ser . Si uno lee mis libros uno por uno, no puede decir “ay, mira, algo terrible le pasó a este tipo en 1989”. Habría sido muy fácil empezar a escribir libros enfadados y combativos, pero simplemente tienes que ser tú mismo, y estas casas [refugio] permiten a los escritores ser ellos mismos ». En última instancia, dijo, poniendo de ejemplo a Lorca , «la literatura es muy resistente, se salva sola; a los escritores hay que protegerlos».