El legado de Max Aub velado en la Caja de las Letras del Cervantes

La caja número 901 atesora desde hoy primeras ediciones de varios de sus escritos, una felicitación navideña y la paleta con la que utilizó para pintar los 'Campalans'

Los «Crímenes ejemplares» de Max Aub se completan con 22 microrrelatos inéditos

La escritora Marta Sanz; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y la presidenta de la Fundación Max Aub, Teresa Álvarez Europa Press

ABC

El portón que protege la Caja de las Letras del Instituto Cervantes se ha abierto hoy para acoger el legado de uno de los escritores más importantes exiliados tras la Guerra Civil: Max Aub. Allí, en la caja número 901, la nieta del escritor y presidenta de la Fundación Max Aub, Teresa Álvarez, ha depositado las primeras ediciones de sus 'Crímenes ejemplares' y 'Sala de espera', la felicitación navideña de El Correo de Euclides y la paleta con la que pintó los 'Campalans'.

Allí se ha rendido homenaje al escritor que durante sus 68 años de vida presenció la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, para acabar exiliado en México después de pasar por varios campo de concentración. No por ello perdió su «humor lúcido y una certera crítica de su tiempo», en palabras del Instituto Cervantes, que añadió al legado las primeras ediciones de 'Diario de Djelfa', 'Cuentos ciertos', 'La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco' y 'Campo de sangre', de su serie sobre la Guerra Civil española, 'El laberinto mágico'.

Han estado presentes durante el homenaje el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y la escritora Marta Sanz, como testigo de honor. García Montero quiso expresar que «para Aub, lo importante no fue vencer o ser derrotado, estar o ser desterrado, lo importante fue dar testimonio de la dignidad humana con la que debe enfrentarse cualquier azar». El novelista, dramaturgo, poeta y crítico español concebía que «se escribe para quedar y si no se consigue nada tiene sentido. Podría vivir con solo vivir sin embargo paso la vida pensado cómo, qué escribir para quedar». Después de leer esta frase, casi como un epitafio, el director del Instituto Cervantes destacó «la conciencia de la historia y de la dignidad humana» de Aub.

«La Transición no fue del todo justa con Max Aub. Estamos a tiempo de reparar estas injusticias y colocarle en el gran lugar que se merece en la historia de la literatura española», ha reivindicado Sanz, que también se ha mostrado agradecida de participar en un «acto de justicia», como lo ha definido la nieta del escritor.

García Montero ha expresado que «conviene recordar la historia para que nadie nos engañe. Para darle sentido a la palabra quedar y a la palabra escribir. Se escribe para quedar, para dejar testimonio humano de la verdad y eso es lo que queremos hacer con los legados: comprometernos con la verdad».

Con este último homenaje se cierra el año de conmemoraciones con motivo del 50º aniversario del fallecimiento de Max Aub. Un autor tildado de «galdosiano» del que este 2023 se cumplen 120 años desde su nacimiento.

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