CULTURA
«En esta historia hay un trasfondo social que quiero denunciar y reivindicar»
El periodista gaditano, Antonio Muñoz de la Vega, presenta su segunda obra, 'La última sirena del Nanay', una novela editada por Kaizen donde el género negro y la investigación periodística confluyen
Antonio Muñoz de la Vega, autor de 'La última sirena de Nanay'.
'La última sirena del Nanay', del periodista gaditano Antonio Muñoz de la Vega, es una obra trepidante que invita al lector a sumergirse en lo más profundo de la Amazonía y de la mente humana. «Una historia en la que nadie es quien dice ser». Las cosas no siempre son lo que parecen y cuando los cimientos de la vida de Gonzalo Segrelles, el protagonista de la novela, se resquebrajan decide embarcarse en una aventura que le llevará a la selva peruana y lo cambiará todo para siempre.
De la Sierra de Cádiz, en su primera novela, al entorno del río Nanay, en su segunda (aunque no confirma que sea la última). En estas páginas encontramos el amor, la belleza, la mitología y la muerte, que marcan la vida de la población indígena como un regalo y una condena de la que nadie puede escapar.
- Tras su primera novela 'La memoria de los ratones', llega 'La última sirena del Nanay'. Parece que esto no para.
- Esta novela surge porque es una historia que a mí me ha acompañado desde hace muchísimo tiempo. Se trata de una experiencia mía personal, porque esta historia se ubica en el río Nanay, en la selva de Perú. El Nanay es un afluente del Amazonas, en la ciudad de Iquitos, donde tuve la suerte de participar en un proyecto humanitario allí, concretamente en un caserío que se llamaba Padre Cocha. Fue una experiencia tan intensa para mí que me había quedado en deuda con aquello, y tenía esa historia ahí que me ha estado rumiando durante años.
Para mí, el primer paso de escribir para escribir 'La memoria de los ratones', fue un salto al vacío un poco, ¿no? Pero la experiencia fue tan positiva que dije, venga, pues ya sigo, y qué mejor manera de seguir que con esta historia que me lleva acompañando tanto tiempo, que no sabía dónde me iba a llevar, pero sabía que quería escribir sobre esa experiencia. Sin ser una novela autobiográfica, sí que tiene partes basadas en mi experiencia personal, y a partir de ahí hago el relato que me lleva a la parte de novela negra, que es el género que yo cultivo.
- En la primera novela hacía una fusión de novela negra con memoria histórica, ¿no?
- En esta historia, igual que en la primera, hay un trasfondo social muy importante en el que yo quiero hablar de temas que me interesan y en muchos casos que quiero denunciar.
Hablo desde la visión que tenemos los españoles, los europeos que participamos muchas veces en ese tipo de proyectos que pensamos que vamos a ir a salvar a la gente y realmente vamos buscando una salvación más bien personal, una transformación personal, más que transformar la vida de la gente, que tiene su rutina, que tiene su vida como podemos tenerla aquí, pero con una realidad diferente, unas aspiraciones diferentes. Por eso he querido contar cuál es la realidad de la gente que vive allí. Por otro lado, hablo de problemas demográficos que tienen allí.
Hay una parte de la novela que habla de las dificultades de controlar la población que hay en toda aquella zona de la selva. Hay una parte en la que hago una crónica de viajes también, un poco de un libro de aventuras más clásico, antes de girar a lo que es el thriller en sí, y hablo de una parte de respeto de la cultura, porque en este libro se habla de mucho de mitología amazónica, que es una cultura súper rica y súper desconocida aquí. Pero también trato temas muy sociales que al final es lo que a mí me interesa transmitir.
- El protagonista, Gonzalo Segrelles, lo tiene todo para ser feliz, pero aún así no lo es.
- Efectivamente. Es un gigante con pies de barro. Es un periodista de éxito aquí en España, pero se le tambalea la vida en el momento en el que pierde su sustento más personal, que al final es el amor, sus relaciones sociales. Te das cuenta de que de nada te sirve ganar mucho dinero, tener mucho trabajo, cuando no tienes con quién compartirlo. Ese es un poco el punto de partida por el que el protagonista se embarca en esta aventura, que no sabe muy bien él hacia dónde le va a llevar y no se imagina, por supuesto, que le va a cambiar la vida radicalmente.
Gonzalo se va por el amor y lo termina salvando el amor allí en Perú. Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde, y en este caso es su vida personal la que se tambalea, claro.
- Nos cuesta disfrutar de lo que tenemos porque perdemos mucha energía en pensar en lo que no tenemos.
- Claro, disfrutamos lo que es lo importante, que al final es el cariño de la gente y cuando lo pierdes es que es lo que le pasa al protagonista del libro. Además, otra de las cosas que toco en la novela es la profesión del periodista. El protagonista, periodista, se va a ver envuelto en una investigación. Al ser una novela negra tiene que haber crímenes, sucesos que investigar, pero en este caso una investigación periodística. Él va a ver los recursos que conoce. Realmente yo también quería reivindicar la investigación periodística en un momento tan denostado de la profesión y creo que también hace ver cómo incluso sin recursos uno puede intentar ser riguroso y fiel a su vocación y a su profesión.
-¿Cómo definiría a Gonzalo Segrelles?
- Yo diría que es una persona que está en transformación permanente, pues es un hombre que termina dándose cuenta de su propia miseria y termina encontrando un objetivo en la vida que es una transformación personal y del entorno que encuentra. Es una persona, creo que valiente y un tío comprometido.
- ¿Cómo ha sido el proceso de esta segunda novela?
- Pues escribí 'Memoria de los ratones' hace exactamente dos años y bueno, mi proceso de escritura es caótico, no soy una persona muy de disciplina ni de rutina. Paso tiempo tejiendo la historia en mi cabeza y quizá lo que es la parte de redacción no tardo tanto. Esta vez me ha llevado más tiempo escribirla porque, aun teniendo en la base de la historia, sí que quería ser muy riguroso, me he documentado mucho y he hablado con profesionales, por ejemplo sanitarios, para que la novela tuviera un tinte de realidad, aunque sea ficción. Quería que a nadie les chirriara la historia. En la parte de documentación he descubierto cosas muy interesantes que me dan para tres novelas más, además.
- Cada vez hay mas escritores gaditanos en la lista. Y eso es esperanzador...
- Pues sí, y yo, personalmente, estoy súper satisfecho con la respuesta de la gente, y con esta oportunidad con una nueva editorial, Kaizen. También quiero reivindicar y subrayar el valor de la gente que está haciendo literatura en Cádiz, que bueno, yo todavía estoy muy lejos de los grandes nombres, ¿no? Pero creo que están haciendo cosas súper interesantes desde la ciudad para que se nos de a conocer. En mi primera novela sí giraba la trama en un entorno muy conocido, que era la Sierra de Cádiz, y ahora vuelvo a hacer un guiño a Cádiz. Aunque para averiguarlo hay que leer la novela... ahí lo dejo.
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