conciertos Cádiz

Hauser regala un espectáculo de emociones en Sancti Petri, en Concert Music Festival

La pista del recinto de Chiclana estuvo abarrotada para ver al chelista croata

Hauser, en Concert Music Festival antonio vázquez

Pepe Ortega

Chiclana

El violonchelo es una extensión de su cuerpo. Y, como tal, Stjepan Hauser la controla como quiere. Da igual la forma, tiene todo controlado al milímetro: lo toca mientras baila, hace muecas a la cámara o está tumbado en el escenario de Concert Music Festival. Por eso, la expectación en Chiclana era tremenda por ver a Hauser, que convirtió el concierto en una montaña rusa de emociones.

Las miles de personas que se dieron cita en el Poblado de Sancti Petri guardaban en completo silencio. No tardó Hauser en romper ese silencio tan espeso con las cuerdas de su violonchelo. 'Emmanuel' fue la primera. En el escenario, Hauser y el tecladista; en la pista, miles de personas fascinadas y pocos móviles. El público estaba hipnotizado al ver cómo Hauser se sumergía en su arco y en las cuatro cuerdas del violonchelo. Todos vibraban con ellas. Pero en silencio. Cada uno parecía saborear el momento, darle al pause de sus vidas para no hacer nada más que disfrutar.

El artista croata avisó que la primera parte del show iba a ser «romántica» y que la segunda sería más «loca». Entre tema y tema melancólico, Hauser rebajó el azúcar con bromas y gags que provocaban las risas entre el público. Poco a poco se unían más músicos: una guitarra española y un bajo acompañaron al violonchelo en 'Shape of my heart'. Pero quedarían más por llegar.

La transición entre la parte más tranquila y la más intensa fue espectacular. Se sumaron una trompeta, un saxofón, un batería y los bongos para interpretar las bandas sonoras que todos hemos escuchado alguna vez: 'Juego de Tronos' y 'Piratas del Caribe'. Casi nada. Todo con la performance del chelista, que para nada se quedó sentado durante la hora y media de concierto en una silla mientras tocaba el violonchelo; se movía por todo el escenario y no paraba de bailar y gesticular con la cara.

Con todos los invitados presentes en la fiesta era el momento de bucear por la «parte loca». 'Let's get loud' empezó a animar el ambiente e incluso Hauser se animó a mover las caderas al ritmo de su música. Uno de los momentos más surrealistas de la noche lo protagonizó una toalla empapada de sudor. El músico croata se secó el pecho con ella y, automáticamente, cinco mujeres se levantaron de sus asientos para pedirle que se la diera. Está claro que Hauser levanta pasiones allá dónde va, y Chiclana no fue menos. Segundos más tarde, una seguidora le regaló una bandera que lucía: 'Love you for ever, maestro'.

La locura ya estaba totalmente desatada en Concert Music Festival. Tras 'Despacito', que interpretó Lázaro Zumeta, batería, Hauser le puso el micro al público para que cantaran con él 'Bamboleo', en uno de los instantes más divertidos de la noche. El espectáculo llegaba a su fin pero todavía Hauser quería agradecer de cerca el trato que la gente de Chiclana había tenido con él. Mientras de fondo sus compañeros interpretaban 'Waka Waka', el se bajó a la pista a darse un baño de masas con sus fieles. Eso sí, lo hizo con su violonchelo a cuestas. 'Bella Ciao' iba a ser la última, pero de la «parte loca».

El concierto terminó como empezó, acompañado de su tecladista y lejos de los ritmos y los golpes de batería. Interpretaron 'Aleluya' con la ayuda del público y se despidieron sin hacer más ruido. Hauser dejó todo tal y como se lo encontró: en una tremenda paz.

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