La 'guerra de la tilde' se acentúa en la RAE: los dos bandos vuelven a chocar por 'sólo'
La Docta Casa reactiva la división entre lingüistas y escritores y pone en peligro el acuerdo alcanzado después de 13 años para tildar el adverbio
Pugna por la tilde en la RAE: o cómo sólo volvió a tener acento
Pérez-Reverte arremete contra la RAE por negar la rectificación de la tilde en sólo

Parecía que la Real Academia Española (RAE) había puesto fin, trece años después, a la batalla que ha enfrentado a los académicos lexicógrafos y escritores por el uso de la tilde de 'sólo' cuando es sinónimo de 'solamente'. Pero la tregua, ese «acuerdo posible» que celebraban algunos académicos ... por la despenalización de 'sólo', apenas ha durado 24 horas. El escritor y miembro de la RAE Arturo Pérez-Reverte explotó ayer contra el modo en que la institución comunicó que el próximo Diccionario Panhispánico de Dudas recogerá esta cuestión: «Lamento decir que @RAEinforma, dirigida por un académico anti-tildista [en referencia al lexicógrafo Salvador Gutiérrez Ordóñez, director del departamento de 'Español al día', del que depende el perfil @RAEinforma], está dando información sesgada e inexacta». A juicio del escritor, el pleno de la RAE aprobó el jueves «una modificación importante» que revoca lo establecido por la Ortografía de 2010, y no solo un cambio de redacción para aclarar la norma, como sostuvo ayer la institución de manera oficial. «El pleno del próximo jueves será tormentoso», avanzó Pérez-Reverte.
¿"No se añade nada nuevo"?¿"Lo tendrá que justificar"? Lamento decir que @RAEinforma, dirigida por un académico anti-tildista, está dando información sesgada e inexacta. Ayer, el pleno de la RAE aprobó una modificación importante. El pleno del próximo jueves será tormentoso. pic.twitter.com/5DYLCaQn9u
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 3, 2023
Vuelven a sonar los tambores de guerra entre las dos almas que conviven en la RAE (de nuevo jaleados por los cazadores de virales, columnistas y tuiteros que han convertido la tilde de 'sólo' en una cruzada). A un lado, los escritores, con Pérez-Reverte al frente, partidarios de la tilde y, más aún, de que sean ellos quienes marquen la pauta del lenguaje; del otro, los lexicógrafos, encabezados por Gutiérrez Ordóñez, guardianes de la ortodoxia ortográfica. El novelista, en declaraciones a ABC, explicó ayer que esas dos almas chocan a menudo en la Academia porque los lexicógrafos son «técnicos del lenguaje». A ellos les preocupa más la anatomía de las palabras, el mecanismo del lenguaje, que la eficacia. «Y los escritores contamos cosas, utilizamos la lengua para contar historias. Tenemos que ser eficaces. Yo necesito eficacia, no teorías. Para mí, una tilde o un punto y coma son formas eficaces de contar lo que quiero contar». Gutiérrez Ordóñez, director de la Escuela de Lexicografía Hispánica y coordinador de la Ortografía y la Nueva Gramática Básica de 2010, por su parte, señaló a través del departamento de comunicación de la RAE que lo que el pleno del jueves aprobó fue «una redacción más clara», y no tanto una «modificación» que se publicará en la próxima edición del Panhispánico, una obra que da respuesta a las dudas más habituales que plantea el uso del español, cuya única edición se remonta a 2005. La redacción aprobada es la siguiente:
a) Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio 'solo' en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad.
b) Es optativo tildar el adverbio 'solo' en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad.
Además de esto, la RAE, en su perfil de Twitter, publicó que «si el hablante percibe que existe riesgo de ambigüedad y escriba esa tilde lo tendrá que justificar». «¿Dónde hay que hacerlo, en una nota al pie de una novela?», se pregunta Pérez-Reverte. Nada de esto se acordó en el pleno y nada dijo la Docta Casa de manera oficial a este diario.
La novedad, respecto a la Ortografía de 2010, es que prima el «juicio del que escribe». Como defendió el lexicógrafo y académico Pedro Álvarez de Miranda en un artículo, en 2010 se «estrechó aún más el cerco a esos acentos» y la Academia se quedó «a un paso de prohibir toda tilde» en palabras como 'solo', que al ser llana y terminar en vocal no debe llevar ese acento gráfico. «Hasta se diría que tenía ganas de darlo. Pero no llega a hacerlo», decía Álvarez de Miranda. Aunque la RAE seguía permitiendo hacer uso de ella en caso de ambigüedad, la redacción un tanto confusa de la última Ortografía llevó entonces a editores y periódicos a evitar el la tilde. Se entendió que era una falta de ortografía. Y comenzó la revuelta de los trece años de los 'solotildistas': escritores y columnistas señeros se negaron a dejar de usar la tilde diacrítica. El acuerdo posible entre académicos de este jueves permitirá a los escritores usar el 'sólo' sin que pese sobre ellos la sospecha de la incorrección. Este es el éxito del que presumen Pérez-Reverte y los que piensan como él.
Claridad
Así lo cree el director de cine y académico Manuel Gutiérrez Aragón: «Siempre he creído que, fuera cual fuera la solución, tenía que ser clara para el usuario de la lengua. La nueva explicación lo consigue: se puede tildar en algunos casos y no se reprueba el hecho de hacerlo». Gutiérrez Aragón considera que este acuerdo será bueno, por ejemplo, para quienes quieran presentarse a una oposición, donde se les podría suspender por un uso incorrecto. Soledad Puértolas, escritora y académica, añade que esto dará también seguridad al sistema educativo, pues no se podrá bajar la nota a los estudiantes 'solotildistas': «Yo, como creadora, me siento libre. La creación es un territorio de libertad absoluta. Pero esto sí abre la posibilidad de que se desangustie algo. Está bien dejar las cosas como en la norma de 1999, que lo dejaba a discreción del usuario».
En efecto, la Ortografía de 1999 indicaba que 'solo', «cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad, llevará acento ortográfico en su uso adverbial». Ejemplos: «Pasaré solo este verano aquí ('en soledad, sin compañía')» / «Pasaré sólo este verano aquí ('solamente, únicamente')». Esto es lo que ya decía la Ortografía de 1959. Al contrario de lo que se ha pensado durante décadas -y al contrario de lo que se ha enseñado en las escuelas-, no era obligatorio tildar 'sólo' cuando era sinónimo de 'solamente'. «La palabra 'solo', en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar una anfibología», decía la norma de mitad del siglo pasado. Y, sin embargo, el Panhispánico de 2005 establecía que se debía usar «obligatoriamente» la tilde en el uso adverbial. Un lío que, según Inés Fernández Ordóñez, lingüista y académica de la RAE, se evitaría si en ningún caso se pusiera la tilde.
«No uso la tilde, no la veo necesaria. Lo más lógico es suprimirla por coherencia con la ortografía»
Inés Fernández Ordóñez
Lingüista
«Yo no uso la tilde, no la creo necesaria. Lo más lógico es suprimirla por coherencia con las normas ortográficas. Pero si hay gente que considera que en ocasiones es necesaria, adelante. Ahora se redacta de forma más clara la opción ya existente en 2010 -ponerla en casos de ambigüedad-, pero considero que solo en situaciones muy extremas sería necesario hacerlo», dice Fernández Ordóñez, quien asegura que la forma más sencilla de zanjar esas dudas que algunos académicos plantean sobre la penalización a los estudiantes se arreglaría no poniéndola. Y plantea que esto puede provocar dudas en otros usos. Por ejemplo, con la palabra 'lento': «Juan fue lento» (verbo ser, uso como adjetivo) / «Juan fue lento» (verbo ir, lento como adverbio, lentamente. Según la regla de 'solo', este segundo ejemplo habría que tildarlo 'lénto').
Pero hay incluso académicos que piensan que la RAE se ha quedado corta en la nueva redacción. Es el caso de José Manuel Sánchez Ron, historiador científico y vicedirector de la Docta Casa: «Lo que se ha aprobado es un avance en el sentido de que no penaliza a aquellos que deciden quitar el adverbio, pero desde mi punto de vista no estoy satisfecho. Se debe tildar en todos los casos cuando se utiliza como adverbio. Hay que hacer lo posible para evitar la ambigüedad de las palabras. En ciencia hay casos en que las ambigüedades pueden llegar a invalidar una teoría. Además, creo que los estudiantes van a tomar siempre el camino más sencillo, y esto es un empobrecimiento del idioma».
José Manuel Sánchez Ron
«Lo que se ha aprobado es un avance en el sentido de que no penaliza a aquellos que deciden quitar el adverbio, pero desde mi punto de vista no estoy satisfecho»
Historiador de la ciencia
En cualquier caso, en el fondo de esta polémica hay una cuestión más importante: ¿a quién pertenece el lenguaje: a los escritores o a los científicos del idioma? Pérez-Reverte lo tiene claro. «Esto va más allá de la tilde. Va a pasar más veces. Los lexicógrafos ahora están proponiendo escribir 'balé' en lugar de 'ballet'. Ningún escritor normal va a utilizar una palabra que el lector tiene perfectamente asumida, aunque sea una palabra de origen francés. Las reglas que los lexicógrafos pretenden establecer para la lengua no siempre coinciden con las necesidades reales que tiene un escritor cuando usa la lengua». De otro modo, ¿quién debe tener la última palabra: Vargas Llosa o un lingüista? Pérez-Reverte lo tiene claro: Vargas Llosa.
Darío Villanueva, director de la RAE entre 2014 y 2018, prefiere ser más contemplativo: «La resolución que hemos tomado representa muy bien el pensar colectivo de una academia donde hay personas de distinta procedencia. Desde distintas posiciones, los académicos hemos llegado a una formulación que no es revolucionaria ni rompedora para nada. Simplemente, se clarifica un asunto que parecía que se hubiera oscurecido y confundido entre la opinión pública. Sería vergonzoso que esto significara la conformación de banderías en un ente de tanto prestigio. La Academia es una y el objetivo del trabajo es uno; y a él contribuimos tanto los lingüistas y filólogos como los poetas, dramaturgos y novelistas».
Las espadas, en alto
La RAE, queda claro, es un organismo vivo, y el enorme interés suscitado con el retorno del 'sólo' así lo demuestra. «En el pleno renació el tema, que estaba un poco olvidado -señala José María Merino, académico por su condición de escritor-. Cuando tenga sentido, pues se pone, y si no, no se pone». En su opinión, se va a terminar imponiendo el uso sin tilde: «Yo tengo algunos libros de principios del siglo XIX y todo llevaba tilde. Han ido desapareciendo». A Merino todo este ruido le afecta poco. «Voy a seguir usándola cuando piense que es necesario usarla -dice-, y si me equivoco tendré un estupendo corrector de pruebas que me lo corregirá».
Todas estas sensibilidades volverán a chocar el próximo jueves en el pleno de la RAE. ¿Seguirá vigente el acuerdo alcanzado? La espadas están en todo lo alto.
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