Eurovisión 2016
Julia Varela, la nueva voz de TVE para Eurovisión: «No llego a la categoría de expertísima eurofan»
Debutó el año pasado en la retransmisión del festival junto a José María Íñigo, al que define como un «tutorial de carne y hueso». Muchos la ven como la sucesora de Uribarri, aunque ella prefiere echar balones fuera: «Me veo solo como una periodista que siempre tiene ganas de saber más y de aprender». ABC se cita con ella para charlar sobre Barei y el concurso
Muchos ven en ella la apuesta de futuro de TVE para el festival de Eurovisión. Y la historia parece avalar esta teoría: el mítico Federico Gallo debutó como comentarista en el certamen con 31 años. Uribarri, con 33. Beatriz Pécker, a los 32. Julia Varela se estrenó en la narración del concurso el año pasado con 33 años . Lo hizo en Viena junto a José María Íñigo, con el que, según sus palabras, forma «un buen tándem». Relacionada con el mundo de la música gracias a su trabajo como locutora y redactora de Radio 3, Varela está predestinada a tomar las riendas del festival una vez que el veterano periodista vasco dé el paso atrás. Ella, sin embargo, evita pronunciarse sobre este asunto y reconoce que no es una «expertísima eurofan». «Estoy aprendiendo mucho acerca de las afinidades culturales entre países a la hora de las votaciones. ¡Algunas son inexplicables!», comenta con una sonrisa.
Defensora del uso del inglés para intentar ganar el festival, Varela cree que la mejor mejor arma de Barei para llevarse la partida este año es su voz. «Conecta con el público y se maneja a la perfección en el escenario. Es natural y segura». Y además, se muestra muy optimista: «Vamos a ganar, ¿lo dudas?» .
- Cuando TVE te llamó el año pasado para proponerte comentar Eurovisión, ¿no te entró el miedo por el cuerpo?
- Lo primero que sentí fue una sensación de responsabilidad: Eurovisión es el evento televisivo no deportivo con más audiencia del año en España. En 2015, hubo picos de casi ocho millones de espectadores. Cuando me propusieron ser comentarista, pensé que era un programa que interesa a muchísima gente y, sobre todo, que era un proyecto nuevo y atractivo para mí. Lo vi sin duda como una oportunidad y un reto profesional.
- ¿Pero sabías algo sobre el festival? ¿Lo habías visto los años anteriores?
- Sigo el festival desde niña porque me gusta la música en general. Pero no llego a la categoría de expertísima eurofan. Sin embargo, he trabajado en la mejor radio musical de este país, Radio3. Con ese bagaje, me enfrenté a la retransmisión de Eurovisión como si se tratase de alguno de los conciertos que he comentado para esa emisora. Mi trabajo es glosar con información y apreciaciones interesantes para todo tipo de público un gran espectáculo televisivo. Eso hice, sin tener en cuenta tópicos.
- ¿Cómo ha cambiado tu opinión con respecto a Eurovisión tras tus vivencias en Viena? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido?
- He aprendido muchísimo acerca de la geopolítica del festival. Es decir, de las afinidades culturales entre países a la hora de las votaciones. ¡Algunas son inexplicables! Lo que más me sorprendió fueron los recursos con los que cuenta el festival. Todo está pensado casi al milímetro, desde la realización hasta el tiempo para comentar entre canción y canción. 45 segundo exactos. Eurovisión es la emisión en directo más longeva de la historia de la televisión y eso se nota.
- ¿Y qué tal la colaboración de José María Íñigo? ¿Ha sido fácil o han existido piques?
- Es estupendo trabajar con un experto en televisión como José María Íñigo. Él es un tutorial de carne y hueso. Me ha enseñado mucho y este año lo seguirá haciendo. Lo que intentamos es equilibrar su experiencia y su voz veterana con mi inquietud y tono más juvenil. Creo que hacemos buen tándem y este año lo bordaremos. Como persona es cercano, entrañable y de Bilbao. Así que lo pasaremos incluso mejor que en 2015.
- ¿Te ves como la «sucesora natural» al frente de las retransmisiones de Eurovisión? La nueva Uribarri, vaya.
- Me veo como una periodista que siempre tiene ganas de saber más y de aprender. Ese es mi leit motiv en cualquier proyecto laboral.
- ¿Quiere TVE realmente ganar Eurovisión? ¿No hay vértigo por el coste económico y el esfuerzo técnico que supondría?
- Al contrario. Pienso que acoger el festival sería un motor económico importante para la ciudad anfitriona, en términos turísticos y de atención mediática. Pero es mi opinión personal, ¡no puedo hablar en nombre de TVE!
- Háblanos del experto eurofan que os acompaña en las retransmisiones. ¿Era él el verdadero artífice de las predicciones de Uribarri?
- Víctor Escudero trabaja para la organización internacional de Eurovisión y, como dices, es un sabio de este festival. Le apasiona, es como una enciclopedia eurovisiva, y nos aporta información y muchos consejos de cara a la retransmisión. Yo no estaba en la cabina cuando Víctor trabajaba con Uribarri, pero supongo que le ayudaba al igual que hace con José María Íñigo y conmigo. Antes de que cada portavoz pronuncie sus puntos, ¡Víctor ya los intuye! Su conocimiento histórico de las preferencias de los países es tan grande que es capaz de adivinar el destino de las puntuaciones... No hay bola de cristal, solo experiencia. Víctor nos asesora en la cabina y que eso ocurra es un lujo. Además, me cae fenomenal. La votación es un momento emocionante y muy divertido para mí gracias a él.
- ¿Qué opinión tienes sobre la polémica del inglés? ¿Debe España cantar en castellano?
- Desde 1999, el reglamento de Eurovisión permite cantar en el idioma que cada país prefiera. Aunque no sea el suyo oficial. De las 61 ediciones del festival, la mitad de las canciones ganadoras han sido interpretadas en inglés. De hecho, desde 2008, solo han ganado canciones en el idioma anglosajón. Esos son los datos y hay que tenerlos muy presentes. Eurovisión es una competición donde hay que trazar una estrategia para ganar. Adoro la lengua española, es muchísimo más bella y rica que el inglés. La hablan 500 millones de personas en el mundo. Pero, por desgracia, el inglés es en la actualidad el idioma de los negocios, de la informática, de la política y también de la industria musical.
- ¿Y la polémica sobre la ikurriña? ¿Se ha sobredimensionado el asunto?
- Es un grave error que por lo que sé a estas alturas ya se ha subsanado. Entiendo que desde el Gobierno vasco hayan manifestado su queja. Es una confusión grande, la ikurriña es una bandera legal, no equiparable a otras banderas no reconocidas por la comunidad internacional.
- ¿Por qué estilos crees que TVE debería apostar en el futuro para ganar Eurovisión?
- Me gusta hablar del presente, no se me da bien el papel de pitonisa. Creo que a lo largo de estos años las propuestas que TVE ha llevado a Eurovisión han sido variadas. De hecho, esta vez innova con un tema cantando íntegramente en inglés y con un estilo urbano que hasta ahora no se había probado.
- ¿Cuáles son las grandes bazas de Barei para intentar lograr el triunfo este año?
- Bárbara tiene un herramienta que domina con una intensidad increíble: su voz. Y Eurovisión es, literalmente, el Festival Europeo de la Canción. Lo más relevante es cantar bien. El resto de los instrumentos son pregrabados. La canción es enérgica y con una cadencia pegadiza, es pop con reminiscencias funky, muy bailable. Además, Barei conecta con el público y se maneja a la perfección en el escenario. Es natural y segura.
- Mójate y dime qué país ganará este año y en qué puesto crees que quedará España
- Vamos a ganar, ¿lo dudas? (ríe) Confío en ello o en, al menos, estar dentro de los diez primeros. Te diría que no creo que obtengan malos resultados estos países: Rusia, Francia, Australia, Suecia, Ucrania... Pero lo cierto es que hay que escucharlos y verlos sobre el escenario del Globen Arena. El directo te hace con frecuencia cambiar de opinión.