CULTURA

«Para mí escribir no es una excusa para vender páginas como churros; es la salvación»

La joven escritora Ana Pérez Rivas ha publicado su primera novela 'La bruja, la llave y el traidor', una obra de fantasía oscura, drama e intriga que pertenece a una saga de varios libros

La escritora Ana Pérez Rivas con su reciente libro publicado 'La bruja, la llave y el traidor'. L.V.

Esther Macías

Cádiz

Con tan solo 23 años Ana Pérez Rivas -aunque bajo el seudónimo 'Ann S. Says'- ha publicado su primer libro ('La bruja, la llave y el traidor') con el objetivo de que sean muchos más. «Siempre me ha encantado leer y escribir historias, y todo a lo que jugaba de pequeña estaba relacionado siempre con contar una historia de una forma u otra… pero no fue hasta que cumplí 12 años que decidí que jamás iba a dejar de escribir; definitivamente amaba inventar historias en mi cabeza», relata.

Ya en el colegio se apuntaba a todos los concursos de escritura. Lo tenía claro. «Una profesora cuando preguntó en la clase qué queríamos ser de mayor yo dije que escritora. Ella me dijo que eso no me iba a dar futuro. Pues ni aún así paré. Tenía bastante claro que mi camino era este. Y lo será», asegura. Sus inicios fueron cuando «me enamoré de las tramas que construía incluso en sueños, y necesitaba poder leerlas como si fueran un libro más de mi estantería. Sentía que si conseguía plasmar en un libro todo ese mundo que llevaba dentro, en algún momento yo misma lograría entrar en él y ser parte de esas vidas con las que soñaba».

Para esta joven escritora escribir lo es todo. «Para mí escribir no es una excusa para vender páginas como churros; es la salvación. Y desde mis primeras historias hasta las actuales, todas están plenamente basadas en todo cuanto veo, que no «leo» pues casualmente siempre he tenido mala memoria para la lectura», asevera.

Se podría decir que esta joven amante de las letras es hija del cine. «Escribía sobre piratas en busca de tesoros malditos, sobre criaturas raras y mágicas, romances con poderes mágicos y finales felices, hasta que me fui haciendo mayor, y empecé a ver esas mismas películas con otros ojos. La fantasía y la ciencia ficción siempre han llevado el curso de mis gustos, y antes que estas, la animación era, como le pasa a todos los niños, lo que me mantenía horas y horas pegada a la pantalla».

La música, el hilo conductor de cualquier escena

Ana continúa contando su historia, sus principios, pero también sus deseos. «Mi mente despertó el día que empecé a ver toda una historia en solo cinco minutos de banda sonora. Y daba igual a qué serie o película perteneciera; daba lo mismo. En mi cabeza se expandía todo un mundo nuevo. La música se convirtió en el hilo conductor de cualquier escena que pudiera imaginarme en mi cabeza».

«Para mí narrar y conseguir proyectar en la cabeza de alguien todo lo que está pasando sin necesidad de una pantalla, se convirtió en un milagro. Si alguien me preguntara; ¿en qué encuentras la inspiración? Ni siquiera sería capaz de expresarlo de forma fiel. Durante toda mi vida la música y el cine han guiado las fantasías que yo misma he construido en mi cabeza. Me hice adulta y la televisión dejó de mostrar solo películas. De repente contaba todas y cada una de las desgracias aberrantes que ocurrían en el mundo, o quizás no había empezado justo en ese momento y llevaban años ahí, pero yo no había sido capaz de darme cuenta», señala con entusiasmo y con ilusión por estar contando sobre su primera obra. De muchas.

«¿Qué pasaría si en un mundo paralelo al nuestro, dominado por el odio, al final, lográsemos salvar el mundo, o lo que queda de él?», se pregunta. Gracias a esta pregunta, nació Crónicas del alba. Una saga dividida en más de diez libros tan cruda en la mayoría de sus aspectos que da hasta miedo. «Aunque lo terrorífico es que solo muestra una pincelada del mundo real en el que vivimos», profundiza.

¿A qué público va dirigido?

En esta misma línea, en las páginas escritas por la autora se podrá encontrar caos y paz, violencia, amor, culturas arraigadas, hombres y mujeres que han perdido la fe, y otros tantos que vuelven a encontrarla. «Hablo de la conexión entre los seres que habitamos este planeta, sea cual sea el plano, y de la simbiosis que significa esta conexión. En mis libros no hay buenos muy buenos contra malos muy malos; todos los personajes que aparecen tienen matices en ambos aspectos». Eso sí, no recomienda leerla a menores de 16 años y a aquellos que sean sensibles a la sangre, a la violencia y a todos los detalles en profundidad.

«Está dedicada a todas aquellas personas que siguen pensando que la muerte y el sufrimiento es solo cosa de estas mismas películas, y que se niegan a salir de esa burbuja, condenados a repetirse en la ignorancia y la quietud de sus semejante», concluye.

Sobre la portada

Todo el marco de la portada y los elementos coloreados de blanco incluyendo la mariposa de la contraportada y salvo el título del libro, serían elementos comunes en todos los libros. Siguiendo esta norma, los cambios serían efectuados sobre los elementos coloreados de ambar en este caso, por lo que añadimos además un código de color. Cada uno de los cinco símbolos principales que coronan la portada se caracterizan por un color diferente, y a su vez comparten un significado común enlazado entre sí que se expone poco a poco a los largo de la saga.

«Admito que el acierto no pudo ser mayor cuando conocí a Kiaro, (kiaro.yoru) y decidí que sería ella quien sacaría el barullo de conexiones que tenía en la cabeza y lo plasmaría en la portada. Para unificar correctamente todos los volúmenes de la saga, cree una plantilla estética de elementos comunes», agradece.

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