Eneko, ganador de 'Masterchef 11': «Tenía clarísimo que no iba a crearme un personaje para gustar»

El zaragozano alza el trofeo tras una de las finales más reñidas de todas las temporadas y cuenta a ABC sus proyectos de futuro

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Eneko se convierte en el ganador de la 11 edición RTVE

Clara Mollá Pagán

Madrid

Masterchef 11 proclama como ganador a Eneko tras una de las temporadas más polémicas y tensas. Los jueces aseguraron que la final fue una de las más reñidas hasta el momento. Álex, un joven y apasionado estudiante de cocina, que y estuvo en la edición infantil, no tuvo nada que hacer frente a la veteranía, el control de los nervios y la perfecta simbiosis entre tradición y vanguardia de los platos de Eneko. Tras alzar su trofeo de ganador, el zaragozano ha conseguido mostrar no solo soltura en la cocina, sino que se puede afrontar una competición desde el compañerismo, el respeto y la amistad, como la que le unía a Álex. Su carrera profesional en los fogones comienza ahora y cuenta a ABC su paso por el programa y cómo compaginará sus proyectos con su familia.

Enhorabuena Eneko, ¿Qué se siente al ganar Masterchef?

Es una sensación indescriptible, una felicidad absoluta. Estoy súper contento y orgulloso también de haberlo conseguido. No podría haber escrito una historia más bonita y mejor de lo que me ha pasado aquí en el programa.

Me sorprendió mucho el buen ambiente… ¿Lo vivisteis así, cómo se ven las cámaras? 

Lo vivimos tal cual. Creo que ha sido muy bonito, como la relación que hemos tenido sobre todo los cuatro de la final. Somos amigos de verdad, nos queremos mucho, nos hemos ayudado mucho durante estos meses a ir superando los momentos más complicados. Estoy muy orgulloso de que se haya visto todo eso, porque creo que se da un poco de ejemplo de cómo se puede afrontar también una competición. La puedes afrontar desde un montón de sitios distintos, utilizando un montón de herramientas diferentes y nosotros lo hemos hecho desde el compañerismo, desde la deportividad y desde el respeto. Creo que hay que remarcar cómo lo ha vivido Alex, porque es para quitarse el sombrero y más para alguien tan joven el haber demostrado esa deportividad, ese cariño y poder abrazarnos los dos juntos de corazón a corazón en el momento que ganara uno de los dos.

Y siendo padre, ¿Hay responsabilidad multiplicada?

Sí, sí, sí. Para mí todo esto no era solamente lo mío, o sea, es que si yo ganaba era como un poco el proyecto familiar. Lo vivía como esa ilusión de todos y de que llegara todo a buen puerto, ¿no? Estar en la final ya era lo que yo quería porque sentía que de esa manera sí que podría tener un futuro en la cocina. El duelo creo que ha sido el momento en el que más feliz me he sentido cocinando en MasterChef. El único día que he disfrutado de verdad, de tener ahí a las niñas y a Cris mirándome, a los compañeros y de saber que los platos que hacía eran mis platos.

En la final estás concentrado, pero tras haber visto la final más tranquilo, ¿Cómo ha sido ver la reacción de tus hijas y tu mujer?

Verlo ha sido muy parecido a como lo recordé. Creo que incluso tuve esos momentos de complicidad, de mirarnos, de que yo escuchaba la voz de mis hijas y les miraba... Cuando lo vi en la televisión recordé lo mismo. Me veo disfrutándolo, feliz y tranquilo haciéndolo. Completamente en mi salsa diciendo tonterías a las niñas. O sea, estaba encantado de la vida y estaba disfrutando de ese momento que se te puede presentar si tienes mucha suerte y eres tan afortunado como yo una vez en la vida.

Aunque Masterchef te da un gran impulso, queda luego mucho trabajo por hacer, ¿Cambiarías esta victoria por llevarte a lo mejor el bote de otro programa con mucho más dinero? 

No lo cambiaría porque es que para mí la cocina y haber venido a Masterchef no tenía que ver con el dinero. Tiene que ver con lo que me hace feliz, con haber apostado por estar en algo que realmente me completa, que me hace feliz y los de mi alrededor todavía mucho más. Tiene que ver con la suerte que tienen las personas que se dedican a lo que aman y a lo que les gusta. Ese es mi proyecto de vida, no era ganar más dinero. Prefiero ser feliz haciendo lo que hago.

¿Hasta qué punto es importante en el programa hacerte un pequeño personaje? 

Me parece muy interesante esta pregunta porque si algo tenía claro yo cuando entré a Masterchef era que no iba a hacer eso, o sea que no iba a pasar por ningún tipo de personaje que le gustara más al programa, que baile, que cante, que tal... Tenía muy claro que quería enseñar tal cual era yo y el día que me toque llorar lloro, el día que me enfado me enfado, el día que río río. Al final creo que es la única manera. Creo que eso también se transmite y se traslada luego a la gente en las casas cuando lo ve. Sí que hay mucho personaje como dices tú, pero es que realmente no es que están haciendo personajes porque que son así. Ellos trasladan su forma de ser, porque yo no he visto a gente ser diferente delante y detrás de las cámaras. No me voy a poner a hacer aquí volteretas. Tenía muy claro que quería enseñar quién era y que tenía que ser yo mismo y lo he vivido desde el primer día hasta el final así.

Entre vosotros, ¿sabíais quiénes eran a lo mejor los más fuertes, los más débiles, quiénes sí o sí iban a llegar a la final, quiénes no? 

Sí, sí, sí. Desde el principio todo el mundo hace porras y se habla por las noches de quién crees que va a llegar. Todas las quinielas realmente son muy parecidas porque como convivimos tanto empiezas a conocerte mucho. Ves cómo cocina todo el mundo y también la gestión del estrés, de las emociones, de la presión de las pruebas. Todos teníamos la porra muy clara de quiénes eran los que podíamos llegar hasta el final y se ha cumplido 100%. Me daba un poco de rabia cuando los jueces preguntaban y se sacaba el tema de las etiquetas. La etiqueta está así, bueno a mí me hace todo mucha gracia, soy el primero que me río de mí mismo. Pero me daba pena también por la gente porque parecía como que no iban a ser capaces de llegar, porque es gente que cocina impresionantemente bien.

¿Ha habido momentos de debilidad?

Sí. Para mí el principio del programa fue bastante duro. Esas primeras catas con los jueces y esas primeras valoraciones me hacían sentir inseguro, mucho. Luego me di cuenta de que era parte del aprendizaje y de que eso era lo que me iba a ayudar a tener una mirada más crítica hacia mis platos, que no la tenía. Pensaba que iba con un plato bueno y me decían que eso no está bien. Entonces era como, ostras, ¿qué ha pasado aquí? Yo no lo veía. Aunque me iba muy hundido esos días a casa y me llenaba de inseguridad, empecé a encajar las piezas y a darme cuenta de que eso era lo que me iba a servir para poder estar al final.

¿Cómo surgieron los platos de la final? 

Los platos de la final tenían que tener una parte de mí y encontrar una historia mía. Pienso que es algo íntimo y que es algo muy bonito el poder explicar con unos platos parte de ti. Para mí la historia de mis platos de la final tenía que ver con mi historia de mi vida y de la cocina. De cómo me enamoré de la cocina y cómo me enamoré de Cris. Quise formar esa familia mirando a la tradición, mirando a mis padres en la cocina tradicional. Y miro al futuro con ese postre que se llama 'El Futuro', que en mi vida son mis hijas y ahora va a ser la cocina., que es todo el aprendizaje que había aprendido en MasterChef puesto en ese plato y esa puerta abierta hacia el futuro en la cocina.

Hay mucho trabajo detrás y semanas de estudio, ¿Cuántas horas le has echado? 

No sé, infinitas. Estábamos todo el día con libros de cocina, con clases de cocina, practicando en la cocina. Acabas soñando cosas de cocina. Soñábamos que estábamos en el programa, que estábamos con los jueces, que estás haciendo un plato. Yo soñaba con mis platos y me despertaba recitando los ingredientes en la cabeza que tenía que entrar a comprar en el supermercado para que no se me olvidara ninguno. Todo ese tiempo le he dedicado, ha sido cocina 100%. Y realmente es la manera que tienes de poder llegar hasta el final y de poder conseguir ganar el programa.

Ahora que mencionas el futuro, ¿Cómo se presenta? ¿Cómo vas a compaginarlo?

Creo que vamos a seguir durante estos meses un poco viviendo en esta locura y vorágine que ha sido MasterChef. Pero como he dicho muchas veces, es una oportunidad que se ha presentado y que hay que aprovecharla a tope. Voy a ir a San Sebastián, e iremos viéndonos todo lo que se pueda. Yo iré yendo y viniendo todas las semanas para ayudarle a Cris porque va a estar, imagínate, con las tres niñas en casa. Siento que tengo que seguir formándome antes de emprender con algo. Me va a venir muy bien estar ese mes con Jordi y voy a compaginarlo con la familia de la mejor manera posible porque además soy un tío que soy muy familiar. En el momento que esté luego en casa vamos a estar juntos siempre, no me voy a hacer otras cosas solo. Las niñas están hasta encantadas, ahora están diciendo que quieren ser tus niñeras, imagínate. Creo que es algo que vamos a vivir todos juntos y no voy a sentir que estoy tan separado de ellas.

Decía tu mujer en la final que es verdad que había sido un sacrificio, pero que estaban muy contentas y que a ver si esto había valido la pena. ¿Ha valido la pena? 

Ha valido la pena. Mil millones de veces. Ha sido increíble. Sé que Cris también está muy feliz, está muy orgullosa de mí, de nosotros como familia, del esfuerzo que hemos hecho todos por estar aquí, las primeras ellas, sin duda. Y ha merecido la pena una y mil veces. Volvería a hacerlo un millón de veces.

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