Un ensayo, un cómic, un museo

Sagar Forniés y Jorge Carrión reflexionan desde el cómic sobre el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC)

El MNAC se expande entre viñetas

Sagar Forniés y Jorge Carrión Miquel González

Asier Mensuro

De todos es conocido el acercamiento que se ha producido entre los grandes centros de arte y el cómic, cuyo fruto más visible es el nacimiento de diversas colecciones de historietas editadas por los grandes museos. El MNAC realiza un primer acercamiento en 'Gótico' (2018): una historieta que reflexiona sobre la colección de arte perteneciente a este periodo artístico que posee el museo catalán. Imagino que debieron quedar más que satisfechos con el resultado, ya que invitan a estos mismos autores a extender su reflexión al ámbito de toda la inztitución. El fruto de este trabajo es 'El museo' (2023). Sagar y Jorge Carrión llevan el proyecto mucho más allá de lo que cualquiera podría imaginar. Estamos ante el mejor cómic que haya editado nunca un museo, ante un referente ineludible para cualquiera que quiera reflexionar sobre la relación entre estos espacios y el cómic.

Un ensayo en viñetas

'El museo' es un ensayo sobre el MNAC que aprovecha en su discurso todas las potencialidades del lenguaje del cómic. Carrión plantea su reflexión sobre el MNAC como el asedio a un castillo. Es decir, lo ataca por todos lados hasta conseguir conquistarlo; o lo que es lo mismo, hasta desvelar sus secretos y construir una reflexión tan útil como novedoso. Esta historieta sobre el MNAC toca temas tan variados e interesantes como la historia del propio museo y la de aquellos que trabajan en él. También reflexiona sobre el museo como espacio, como máquina que ordena y sistematiza colecciones, y otros mil aspectos propios de un centro de arte.

Carrión se documenta profusamente. Así, por ejemplo, al ocuparse del origen del MNAC evoca (además de otras fuentes escritas) el cómic 'El cielo sobre el Louvre' (2009), de Jean-Claude Carrière e Yslaire; o al dar voz a Vargas, el jefe de seguridad del MNAC, rememora la maravillosa 'BD L`Île Louvre', de Florent Chavouet.

Pero como apuntaba, Carrión y Sagar llevan este proyecto mucho más allá, y lo hacen de forma más bella que cualquier otro cómic que, hasta la fecha, ha reflexionado sobre museos. Una muestra perfecta son las páginas en que se ocupa de Roser, una trabajadora del MNAC afectada de retinosis pigmentaria. Los ojos de Roser ya no pueden apreciar con nitidez la colección de obras; y aún así, ella recuerda con claridad cada cuadro tal y como los veía antes de sufrir los efectos de la enfermedad. Carrión define de este modo el espacio museístico como una suerte de paraíso perdido, solo vivo en el recuerdo, pero al que se ansía regresar.

Sagar Forniés, asistido por Fabio Castro a la hora de dar color a algunas páginas de esta novela gráfica, no le va a la zaga, y construye y dota de contenido a este trabajo a través de sus trazos. Sagar dedica varias páginas a mostrar el MNAC a través de los ojos enfermos de Roser. La poética de la plástica de Sagar en este capítulo es simplemente abrumadora. Uno siente que está contemplando las falsas imágenes de la caverna platónica, y que habitar un museo (que es algo que va mucho más allá de visitarlo), es lo más cerca que estaremos nunca de conocer el mundo de las ideas.

Otro punto álgido de su trabajo en esta novela gráfica son las páginas dedicadas a Francisco de Goya. El historietista recurre a un gradado de 1812 atribuido al de Fuendetodos que muestra diversas manos expresando el lenguaje de signos. Sagar convierte en protagonista gráfico del relato a «las manos» de Goya. De forma inmediata, acuden a mi mente otras páginas de este cómic en las que Sagar destaca otras manos de forma notoria: desde una mano prehistórica pintada con ocre rojo sobre la superficie mural de una cueva, a la mano del Pantocrátor del ábside de la iglesia de Sant Climent de Tahüll.

Son evocaciones de la mano del creador, del dibujante. Es el homenaje de Sagar a los que, como él, reflexionan dibujando. Algunos de los que evoca están presentes en las colecciones del museo de Barcelona, gracias a obras como 'Descenso de Cristo a los Limbos', de Bartolomé Bermejo (por nombrar un solo ejemplo); pero Sagar no se olvida de los grandes personajes de cómic (y por extensión a sus creadores). Dibuja a muchos de ellos. Desde Krazy Kat de Herriman, pasando por Astroboy de Tezuka, Corto Maltés de Hugo Pratt, o Carpanta de Escobar, que son invitados a abandonar una singular '13 Rue del Percebe' para poblar las salas del MNAC. Se trata de la misma idea rectora de la viñeta que acompaña es ilustra estas páginas, y que Sagar ha realizado 'ad hoc' para los lectores de ABC Cultural: El cómic es un arte de pleno derecho que debe estar presente en los museos. Sólo me queda por desear que esta sea la primera de las grandes aventuras en las que el cómic sea protagonista en el MNAC.

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