ARTE
XVI Bienal de Lyon: ¿Puede la fragilidad hacernos fuertes?
cita internacional
El descanso que la pandemia ha obligado a tomar a esta ya destacada cita francesa la ha reforzado. Curiosamente, la presente edición se ocupa del concepto de vulnerabilidad

Con un año de retraso debido a la pandemia se acaba de inaugurar una nueva edición –la XVI– de la Bienal de Lyon. Un evento artístico internacional que ocupa ya un lugar asentado y respetado dentro del panorama del arte.
Esta edición tiene por ... título 'Manifiesto por la fragilidad', y por ello su tesis se articula en torno a esta idea. Fragilidad concebida no como factor negativo o sustractivo, sino como estrategia activa y generadora de resistencia(s) ante las diversas formas de poder que constriñen nuestro mundo. Sus objetivos buscan establecer sinergias dialécticas con aconte- cimientos del pasado, al tiempo que arraigarse con el momento actual, y presentar una clara voluntad de construcción de un futuro más justo.
¿Una tarea quimérica?
No son en verdad intenciones modestas o parciales. Y es que se hace cada vez más necesario que el arte, especialmente a través de estos eventos, aporte una voz que no solo dicte y abra nuevas tendencias, sino igualmente que contribuya desde sus posiciones a construir un mundo mejor. ¿Quimérica tarea?
Sam Bardaouil y Till Fellrath, directores del Hamburger Bahnhof de Berlín, forman el tándem curatorial de esta edición, a mi juicio, bastante más completa y trabajada que la anterior, proponiendo una estructura en tres estratos interrelacionados. El primero, 'Las muchas vidas y muertes de Louise Brunet', extrapola una narrativa histórica real para convertirla en arquetipo y reflexionar sobre distintas formas de vulnerabilidad, representadas por cuestiones de raza, género o economía.



Esa historia conduce a un segundo estrato, 'Beirut y los dorados años sesenta', también vinculado a Brunet, con Beirut como metáfora negativa de una ciudad que albergó grandes expectativas de modernidad, pero que en los setenta acabaron cruelmente destruidas por crisis y conflictos bélicos. Resulta tal vez algo forzada pero interesante la conexión que se plantea entre dos tiempos y espacios tan diferentes. También hay que señalar que una versión similar ya fue presentada anteriormente en Berlín, lo que resta novedad a este apartado.
La tercera capa del relato, 'A World of Endless Promise', se abre a una dimensión mucho más amplia y plural, con obras de artistas, conocidos y anónimos, a lo largo de 3.000 años, con orígenes geográficos igualmente diversos y dispares. Estas obras, en su mayoría procedentes de colecciones de los museos de Lyon, suponen una invitación a reflexionar sobre un mundo en el que la fragilidad de nuestros cuerpos, entendida desde parámetros de raza, género, colonialismo y enfermedad, se alinea en paralelo con la de todo el planeta.

No son en verdad las intenciones de esta cita modestas o parciales, siempre necesarias
La nómina de artistas –que proceden de un gran espectro de países y culturas, y que se acerca a los doscientos–, es amplia y variada, y cada vez se orienta menos, afortunadamente, en función de los tradicionales patrones y modelos occidentales. Se observa una gran presencia de creadores originarios de Oriente Medio y del mundo islámico, especialmente del Líbano –aspecto que se debe en gran medida a la nacionalidad libanesa de Bardaouil, uno de los dos comisarios, y que resulta un poco excesivo–.
Como en ediciones anteriores, la Bienal se expande por diversas sedes. La principal es la antigua fábrica FAGOR, un impresionante espacio industrial, cargado de energía y memoria, que en sus siete pabellones alberga a los principales artistas. Aunque siempre es difícil destacar nombres quiero proponerles algunos: Dana Awartani, Nicolás Daubanes, José Dávila, Leo Fourdrinier, Nadia Kaabi-Linke, Mohammed Kazen, Hans Op de Beeck, Organon Art Cie, Otero Torres, Eszter Salamon, Lucia Tallova y Munem Wasif.
Mención especial para los españoles Eva Fábregas y Julio Anaya, bien presentes en esta edición con obras notables, y que, aunque de un manera todavía muy escasa en número, rompen en cierto modo con la persistente ausencia de creadores nacionales en estos eventos internacionales. Algo es algo.
Aciertos
Junto a ello, destaca también el macLYON, con una espléndida exposición que resume perfectamente esas tres capas de la propuesta, además de otras cuatro sedes que albergan obras en acertado diálogo con las de sus propias colecciones. Me ha parecido también positiva la presencia de artistas en el magnífico enclave del museo arqueológico de la ciudad, así como en el Museo Guimet.
Aparte de estos espacios la Bienal cuenta con un amplio programa de propuestas en la región, a través del proyecto VEDUTA; muestras comisariadas de artistas emergentes y una red de galerías, instituciones culturales y museos que conforman un variado abanico con el que se busca crear un tejido global y colaborativo.
XV Bienal de Lyon

'Manifiesto de fragilidad'. Distintos emplazamientos de la ciudad de Lyon. Comisarios: San Bardaouil y Till Fellrath. Hasta el 31 de diciembre
Esa es indudablemente una de las señas de identidad de este evento. Por esa razón, quiero destacar el esfuerzo que la Bienal lleva haciendo por crear diálogos entre lo particular, la región de Lyon, generando redes y tejidos culturales interrelacionadas, y lo global, al presentar obras, lenguajes y artistas actuales de entornos geográficos, ideológicos y creativos tan variados. De lo singular a lo plural.
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