ARTE
ARCOlisboa da el estirón (con sus consiguientes 'gallos')
cita internacional: mercado
ARCOlisboa abre este fin de semana su sexta edición creciendo desproporcionadamente. Eso hace que se vean afectadas otras secciones, que desmerecen la calidad del salón general
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Tras el éxito de ARCOlisboa el pasado año (recordemos que fue la primera feria internacional cercana a la que pudimos acceder sin mascarilla), la filial portuguesa de Ifema encarrila una nueva edición, la sexta, dirigida de nuevo por Maribel López, creciendo hasta en ... un treinta por ciento. Se palpa en el ambiente que la situación no es la que frenó en seco la pandemia y que Portugal es una plaza amable desde la que llegar a otros mercados (el africano, el brasileño) desde una ciudad tentadora como es su capital.
Se pasa así este fin de semana (la feria arrancó el jueves y se alargará hasta este domingo) de las más de cincuenta galerías de años anteriores a las 86 de este año, 55 en el salón general. La proporción de estas por nacionalidades es similar a la de su homóloga española, con un 30 por ciento provenientes del país anfitrión y, del resto, un 70 por ciento europeas. La hermana pequeña de ARCO se afana por mirar a las ex colonias portuguesas y por ello se remarca la presencia de firmas procedentes de naciones como Angola, Marruecos, Mozambique y Sudáfrica.
De hecho, una de las novedades de esta entrega (que tiene lugar una vez más en la Cordoaria Nacional, organizada por Ifema y la Cámara Municipal de Lisboa) es generar un espacio comisariado denominado 'África en Foco' que no lo es tanto. Es decir, la selección de galerías, hasta ocho, que recae en la curadora luandesa Paula Nascimento se mezclan entre las del salón general sin que haya diferenciación por la cartelería o la señalética.
Eso tiene la ventaja de no crear 'guetos' diferenciadores –como si se avergonzara de ellos— como ocurría otros años; espacios además donde la relativa calidad de las propuestas hacía que la feria basculase desde ahí hacia otros lados. En cualquier caso, en cuanto el visitante entra en cualquiera de las propuestas de la comisaria es consciente de ello sin leer cartelas o carteles, pues se nota como cambia 'el color', el 'mood' y los mensajes de lo ofertado. Destacan Ángela Ferreira en Arte de Gema (Maputo), Owanto en AFRnova (Sudáfrica), Teresa Roza d'Oliveira en Perve (que repite en la feria Just) o Tandiwe Muriu, de la francesa 193.
La visita por el gran vagón que es la Cordoaria sigue siendo un paseo agradable y estimulante, en el que es fácil percibir la gran calidad de las propuestas y en donde los dos únicos peros son los suelos (la moqueta se sitúa sobre los antiguos carriles por los que circulaban las vagonetas, lo que asegura el esguince a más de uno) y el excesivo calor (pesado el jueves de inauguración). A cambio, se gana en luz natural, que ayuda a los galeristas a explicar a los coleccionistas cómo quedarían las obras en el salón de su casa con más facilidad, y humanizan los montajes, frente a la frialdad de un recinto ferial.
Avalancha de nombres
Regresan a la feria firmas como Fernández-Braso, Moisés Pérez de Albéniz, Gerog Karl o Pelaires. Esta última marca la tónica de muchas de sus compañeras: una gran pieza central (en su caso, de Inés Zanha) en torno a la que pivota todo lo demás. Lo hacen también Elvira González con Pae White y con Larry Bell, Francisco Fino con Helena Almeida y 3+1 con la alfombra de Carlos Noronha, por poner algunos ejemplos.
Se estrenan Fernando Pradilla, Carlier Gebauer o The Goma. Como ven, mucho nombre español o con sede en España. Saltan de Opening, el granero natural de la feria, Lehmann+Silva y No-No. Repiten clásicos como Quadrado Azul (con el dudoso honor de llevar uno de los poquísimos vídeos de la feria), Filomena Soares, Alarcón Criado, Bruno Múrias, Cristina Guerra (Erwin Wurm, Lawrence Weiner), Vera Cortés (premio de la Fundación Millenium bcp al mejor estand, lo que es discutible) o Pedro Cera.
Nombres que verán repetidos son los de Rui Calçada Bastos (Bruno Murías), Pedro Cabrita Reis (Miguel Nabinho le consagra su estand) o Ángela de la Cruz (Helga), Los clásicos en Mayoral (Miró, Chillida) y Leandro Navarro (Palencia, Dubuffet, Fontana, Juan Gris). No faltan Helena Almeida o Paula Rego. Y apunten los de Sandra Monterroso en Zielinsky, Manuel Antonio Domínguez y su 'homenaje' a Cristiano Ronaldo en Ángeles Baños, la foto homoerótica e identitaria de Paul Mpagi Sepuya en Document y Simon Callery en Rafael Pérez Hernando.
Pocas cosas entorpecen la vista y no se crean islas, como las que generan los 'solo projects' en Madrid. Y aquí llega la segunda novedad de este 2023: no se renuncia a ellos tampoco en Lisboa, que irrumpen por vez primera, pero se reúnen en una 'sala' paralela en la que el año pasado descansaba la sección comisarial 'Opening' para las galerías menores de 7 años.
En realidad, es este espacio una prolongación del salón general sin la misma gracia, con once firmas y once proyectos que se diferencian de todo lo demás porque sólo pueden mostrar a un artista. De hecho, el ámbito no tiene ni comisario, y son las galerías las que con más o menos desparpajo ofrecen los contenidos de igual o peor forma a como lo hacen otros colegas del salón general que también apuestan por más metros y un único autor. Céntrense en el Nacho Criado de José de la Mano, la pintura de Ana Jotta en Greengrossi, FOD en T-20, la Eugenia Mussa, escultora, de Monitor o el Fidel Évora, aunque solo sea por la nota de color (negro, negrísimo), de Movart.
Y después de la de cal, llega la de arena. Si la feria crece en un espacio 'finito', por cabezonería aristotélica alguien tenía que sufrir las consecuencias y esas son las galerías de Opening, que salen disparadas a un tercer hangar que además no está acondicionado para ello. Porque una cosa es ser galería joven, y otra muy distinta, ser galería tonta. Apunten un nombre para tacharlo inmediatamente de su lista: el del estudio Feeders, encargado del 'no diseño' de los no pabellones.
La conquista del Oeste
Las 23 galerías seleccionadas por Chus Martínez y Luiza Teixeira de Freitas (y leen bien, 23 frente a las once de 2022; y no es que precisamente las hayan colocado en literas, luego la conquista del espacio es similar a la conquista del Oeste) carecen de unas paredes óptimas en las que colgar 'las cosas', de forma que muchas de ellas se pasan por el forro la prohibición de no ocupar los pasillos amplificando la sensación de zoco (aquí sí que ARCOlisboa ha entendido bien la esencia africana) que traslada al visitante todo el resultado. En ocasiones, como Silvestre y C.Galeria, compiten por la misma pared. Otras, como ATM, hay que imaginarla en una línea que va de una pared a otra incluyendo la zona de paso. En otras, son los galeristas los que tienen qué explicarte hasta dónde llegan sus propuestas y cuales son sus cartelas. Inexplicable y confuso.
Y luego están los contenidos: el texto curatorial vuelve a ser uno de de esos bonitos 'cupcakes' al que nos tiene habituados Chus Martínez en ARCO, con mensajes dulces y sugerentes (habla ahora de la posibilidad de que los animales sueñen y, por lo mismo, de que tengan conciencia del daño que les infligimos), que se queda en buenas intenciones: «¿Quién creó una puerta entre nuestros sueños y los sueños de los animales? El arte y los artistas», nos explican ambas comisarias. A partir de ahí, ancha es Lisboa, que todo vale. Todo lo que quepa. Socavones en el suelo, alguna goterilla (¿o será el sudor condensado de los no collectors? porque hasta el paisanaje cambia en este ámbito) y un calor sofocante hace que solo los masoquistas prémium encuentren acomodo en sus propuestas. Arrojo nombres, recojan guantes: Arturo Comas, Maria Legat, Peter Doyle, Nazareno e Íris Helena.
Dicen que la mancha de una mora, con otra mora se quita. En este caso, esa fruta es Arts Libris, la feria dentro de la feria (lo es este 2023 Opening) dedicada a los libros de artista, y que un año más es de entrada gratuita. A ella le ha venido bien el cambio de ubicación, pese a que lo único que ha hecho ha sido subir una planta del Torreón Nascente da Cordoaria y compactar las propuestas (sobresalen las de Hangar Books, XYZ Books o Tinta Invisible) eliminando la sensación de supermercado robado del año pasado.
Esta segunda feria se celebra en el mismo escenario en el que se muestra una exposición con las obras adquiridas por la Cámara Municipal de Lisboa en ARCO en estos seis años (¿y si dejamos de jugar a hacer Opening probetas y aprovechamos este espacio en 2024? ¿Necesitamos una exposición como esta dentro de una feria?), con ejemplos de esos, para sacar pecho, de Mónica de Miranda, Joao Pedro Vale y Nuno Aleixandre Ferreira, Rui Chafes o Vasco Araujo, y donde tiene lugar el programa de charlas Millennium Art Talk coordinados por Marta Meestre y Ángel Calvo Ulloa. Si tienen el morbo por saber cómo está Manuel Borja-Villel, uno de los ponentes, este es su sitio. También participan otros como Nuria Enguita, Benjamin Weil, Luiz Camillo Osorio o Désirée Pedro. Hemos visto por los pasillos también a Manuel Segade. ¿Está en ARCOliboa el futuro director o directora de Reina Sofía?
ARCOlisboa 2023
Sexta edición. Cordoaria Nacional. Lisboa. Directora: Maribel López. Hasta el 28 de mayo.
Como no hay feria sin sala VIP que se precie, la de ARCOlisboa 2023 corre a cargo de Kinda Home. Y aunque la mona se vista de «guest», VIP se queda, está decorada con obras de la colección Fundaçao EDP, también adquiridas en la feria. Lisboa da el estirón, se la ve fuerte y lozana, pero los gallos propios de la adolescencia se le notan a la legua.
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