Javier Díaz-Guardiola

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09/06/2016
Actualizado 17/06/2016 a las 11:58h.

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La cita de Benjamin es la excusa. El filósofo consideraba que no orientarse en una ciudad no sólo no era interesante, sino incluso banal. «Para eso se necesita desconocimiento y poco más». Perderse en ellas es otra cosa, pues «requiere de una formación distinta» . Incluso curiosidad. La crisis, sin duda, es la necesidad. El IVAM no es el único museo en España que, consecuencia de los recortes, ha tenido que tirar de sus fondos para mantener programaciones. Y vuelven los tambores de guerra a esta institución... Sin embargo, y en este caso concreto, la colección es la oportunidad . Y es que, tan ensimismado estuvo este centro en prestar atención a lo «foráneo», que poco acudió a sus contenidos (más de 12.000 piezas), que la nueva dirección está dando a conocer.

Con estos mimbres pues –una excusa, una necesidad y una oportunidad– nace esta muestra , un redescubrimiento de los fondos del IVAM desde un hilo temático: lo urbano como contexto que nos forma y nos deforma, que nos atrae tanto como nos repele. Y que, además, es mutable. Porque, como afirma el comisario, reincidente en este tema, «hay muchas ciudades en el seno de una cada una». Así no es igual la mirada que arrojan a Berlín Thomas Ruff o G. Basilico ; o las que dedican los fotógrafos del siglo XX a Nueva York, comparadas con las de los actuales. Por otro lado, pocos temas como este para maridar a la perfección el arte con el cine y la literatura . De esta forma, esta aproximación a lo urbano del IVAM no se hace tanto de una manera cronológica, cuanto por apartados, en cada uno de los cuales un escritor se convierte en cicerone.

La fascinación por la metrópolis propia de las vanguardias es así compartida por Walt Whitman y grandes fotógrafos: de Steichen a Walker Evans, Centelles o Atget . La banda sonora la pone la « Sinfonía del rascacielos » de Robert Florey , mientras que el toque local lo aporta el (re)descubrimiento del urbanista Francisco Javier Goerlich Lleó , que introdujo a Valencia en la modernidad.

Llegan después las deambulaciones urbanas, a la manera del «flâneur», de Horacio Coppola por Buenos Aires o Cualladó por París o Madrid, para marcar el peso de los «espacios banales» que bien ilustran los inexpresivos cuadernos fotográficos de párkings o avenidas de Los Ángeles de Ed Ruscha , los 500 minutos del vídeo sobre el Empire State de Warhol o los ejercicios documentales de Baldessari o .