ARTE

Ai Weiwei se refugia en el Alentejo y salta a Cáceres

Su exposición ‘Rapture’ en Lisboa se completa este verano con la apuesta por el gran formato del Museo Serralves de Oporto y una visita al Museo Helga de Alvear para disfrutar de su 'Descending Light', reclamo del nuevo espacio cacereño

El creador chino con la galerista Helga de Alvear en su museo
Francisco Chacón

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Ai Weiwei ha cruzado la frontera de Portugal a España por Cáceres en medio de la actividad frenética de una doble exposición en el país vecino. Pero quiso tomarse un respiro para visitar el Museo Helga de Alvear , que la coleccionista de origen alemán mantiene abierto en la ciudad extremeña, incluidas piezas del artista disidente chino.

Nada extraño si tenemos en cuenta que, desde hace casi dos años, vive en una finca situada en la región colindante del Alentejo , en los alrededores de Évora, que dista 190 kilómetros de Cáceres y 100 de Badajoz.

Es el tercer destino europeo de Ai Weiwei, quien se instaló primero en Berlín, cuando huyó de la vigilancia del comunismo chino, y después pasó a la localidad británica de Cambridge.

A modo de agradecimiento

Pero ahora se ha dejado seducir por la tierra de la ‘saudade’, donde su libertad de movimientos continúa pasando por las actividades de incógnito. Un asistente lo ayuda en su proceso de adaptación y él se impregna de las técnicas artesanales autóctonas para añadir un toque portugués como agradecimiento a la nación que lo ha acogido con los brazos abiertos y donde se siente libre para desplegar el fruto de su imaginación, de su ironía.

Hasta la institución bandera de Turismo de Portugal se refiere a él como si integrase la red de la comarca, donde se inscribe este lugareño más. Sí, porque este símbolo de la libertad de expresión parece haber renacido en suelo portugués, mientras enarbola más que nunca el estandarte de la tolerancia.

Al hilo de las dos exposiciones que retratan su momento creativo, Ai weiwei ha declarado: «Esta es la obra que he desarrollado en mi país, que ahora es Portugal»

A sus 64 años, la Cordoaria Nacional de Lisboa le consagra una extensa retrospectiva hasta finales de noviembre y se ha añadido un eslabón más en Oporto, pues el Museo Serralves se suma a esta maratón artística con una segunda exposición centrada en el gran formato y en sus preocupaciones medioambientales, como la deforestación del Bosque Atlántico brasileño.

Ha sido el director francés del centro de arte contemporáneo más importante del país vecino, Philippe Vergne , el que ha ejercido como comisario del proyecto. Nadie mejor que él para diseminar las creaciones del incómodo artista chino por el Parque de Serralves, en un itinerario que deja al descubierto su compromiso con «la devastación codiciosa del entorno natural».

La pieza más espectacular es el 'Pequi Tree' , un árbol de hierro fundido que tiene una altura de 32 metros y simboliza la ruptura de la convivencia en armonía entre los seres humanos y la naturaleza, uno de los temas que más vueltas dan por la mente del artista chino.

‘Law of the Journey’, obra de la muestra 'Rapture' de Ai Weiwei en Serralves

El privilegiado espacio de Serralves, diseñado siguiendo las directrices de Álvaro Siza en la Avenida da Boavista, acoge así su diálogo con mensaje de denuncia, siempre dispuesto a lanzar el ancla sobre las cuestiones más palpitantes. Por eso, el cambio climático constituye otro de sus dardos , plasmados en la serie de publicaciones que recogen la coherencia de sus reflexiones.

Los movimientos de Ai Weiwei en Portugal son tan secretos como lo eran en Alemania y en Reino Unido, pero se siente con más soltura, tal cual demuestran sus palabras en Lisboa y en Oporto. Al hilo de las dos exposiciones que retratan su momento creativo, ha declarado: «Esta es la obra que he desarrollado en mi país, que ahora es Portugal».

Le acompaña siempre la ácida crítica al poder desmesurado del Partido Comunista chino y sus diatribas cobran un significado especial porque vienen de alguien que ha escapado de sus garras . Sabe muy bien de lo que habla cuando dice: «La influencia de China en el mundo está fuera de control, ya no puede frenarse. Y mucho cuidado con Huawei y el 5G porque es una empresa vinculada al Partido Comunista que funciona casi como una máquina militar». Así radiografían sus dagas verbales la dimensión adquirida por el gigante asiático de 1.400 millones de personas.

De héroe a villano

El rebelde artista, convertido en uno de los más cotizados del planeta, no deja de experimentar en su vida cotidiana las consecuencias de haberse atrevido a contestar y a desafiar al Estado. Lo hizo cuando todavía estaba en Pekín, donde pasó de héroe a villano por obra y gracia de sus embestidas contra el régimen claramente dictatorial. Esta es la razón por la cual tuvo que exiliarse en Europa.

«Quiero aprender de la cultura local y de las técnicas artesanales, algo que me está fascinando», expresa el artista

Ha sido el caldo de cultivo para su peculiar ‘idilio’ con los vecinos ibéricos, resumido en su frase: «Estoy aquí establecido en Portugal. Quiero aprender de la cultura local y de las técnicas artesanales, algo que me está fascinando”, declaró el también activista. Se estaba refiriendo a la cerámica, los azulejos, la madera y el corcho . Y añadió: «Esta exposición será un encuentro entre la órbita de los trascendente y el mundo de las cosas reales».

‘Rapture’, la exposición montada en el mismo enclave que albergó en su día el trabajo de Banksy , tiene como estrellas ‘Snake ceiling’ (una gran instalación en forma de serpiente formada por cientos de mochilas infantiles , en memoria de los estudiantes muertos en el terremoto de 2008 en Sichuan) o ‘Law of the journey’ , un barco hinchable de 16 metros lleno de siluetas humanas que hacen referencia a la crisis global de los refugiados.

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