LIBROS
Visigodos, protagonistas de la primera España
La historia de los visigodos va unida a la de la Península Ibérica y este libro la cuenta con una especial habilidad divulgativa
Me da la sensación de que no soy yo solo, sino que hay mucha gente en todo el mundo interesada por esos siglos oscuros en los que finaliza la Edad Antigua y comienza el Medievo . Los siglos en que, en nuestros lares, Hispania se inauguraba como reino , constituyéndose como una de las más antiguas monarquías nacionales de Europa. Eso tuvo lugar gracias a una larga serie de azares que hicieron de los visigodos -un pueblo que procedía en origen de la península escandinava, que emigró al mundo báltico primero, a Ucrania después, y apareció en la escena romana a partir del siglo III de nuestra era y por la zona oriental del Imperio- los protagonistas absolutos de esa primera España que proporcionaría a la Península Ibérica una historia común con una antigüedad de mil quinientos años, lo que no es poco tiempo, voto a bríos. El último de esos azares se produjo al desaparecer, por la presión guerrera de los francos, el reino visigodo de Tolosa y aparecer en su lugar el de Toledo, ceñido ya al ámbito geográfico de la piel de toro.
Al margen de esa creación de un reino propio, que tiene lugar con Leovigildo en el siglo VI, es un hecho incontestable que los visigodos ejercen un intenso magnetismo sobre los españoles cultos de ambos sexos, aunque no sea más que por la niebla, siempre favorecedora a la postre, que envuelve su paso por aquellas Hispanias romanas que iban a convertirse en una sola Hispania gracias a ellos. El romanticismo los prohijó como símbolo patrio, hasta el punto de convertirlos en prototipos de lo hispánico, como bien ha estudiado Miguel Cortés Arrese en su libro Los visigodos de los románticos (Madrid, 2012). Ese interés, enraizado en lo legendario, cuando no en lo fantástico, hace que cualquier libro que trate de los visigodos encuentre abundantes lectores.
Este de hoy, titulado lisa y llanamente Visigodos , es, a mi parecer, una obra maestra . El recorrido que describe Esparza, desde los orígenes de la etnia goda hasta el desastre de la invasión islámica en 711, no puede estar jalonado de capítulos tan bien urdidos, tan sugestivos e interesantes como los que propone al lector. Esparza ha tejido un tapiz narrativo sobre los visigodos que no puede ser más delicioso. La Historia es entendida aquí no solo como ciencia, sino también, y sobre todo, como género literario . Se sigue de ese modo la más sabrosa posible de las líneas marcadas por Heródoto, elaborando un discurso sugerente en el que los nombres propios, y no las corrientes socioeconómicas de la historia marxista, son las estrellas de la excelente película que es Visigodos. Y para que nada falte en un péplum tan bien filmado, se añade al final del volumen un «Quién es quién en la historia de los visigodos» con el que es imposible perderse por la selva onomástica de los personajes.