Andrés Ibáñez - Comunicados de la tortuga celeste
El trabajo
El último libro de la escritora belga Yun Sun Limet es una reflexión sobre uno de los temas fundamentales del ser humano: en qué ocupamos nuestro tiempo
« Sobre el sentido de la vida en general y del trabajo en particular », de Yun Sun Limet (Errata Naturae), es un libro muy hermoso. Es pequeño como una lágrima, pero podría contener el mundo, o al menos delicados reflejos del mundo. Escrito en forma epistolar durante una estancia en el hospital, cuando la autora sufría un cáncer, es un libro lleno de vida, de miedo y esperanza .
El tema principal de Yun Sun Limet es el trabajo. ¿Qué significa? ¿Qué representa? ¿Cuál es su historia? En el Génesis, Yahvé se lo impone a Adán como una maldición . Más tarde, el evangelista se extasía ante los lirios del valle y los gorriones, que no trabajan pero reciben la bendición del Señor. Los griegos y los romanos despreciaban el trabajo, quizá porque les parecía cosa de esclavos. Pero numerosos testimonios nos muestran a personas libres trabajando codo con codo con los esclavos: no es la idea de trabajo lo que se rechaza, entonces, sino la idea de trabajar para otro . También la Edad Media desprecia el trabajo: para los monjes es una penitencia. Pero es también en este período cuando aparece la idea del trabajo como remedio contra la ociosidad. El gran Petrarca reinterpretó la ociosidad medieval como melancolía, y le otorgó estatuto de nobleza. Hoy la melancolía de Petrarca ha quedado olvidada: no podemos faltar al trabajo porque sufrimos melancolía.
Obsesión con el tiempo
El trabajo está relacionado con el tiempo. Yun Sun Limet no cita el célebre pasaje de «La decadencia de Occidente» donde Spengler habla de la importancia que tuvo en Europa la aparición de los relojes de campanas en las iglesias, gracias a los cuales hasta los lejanos pastores de la montaña sabían la hora en todo momento. Medir el tiempo es medir el trabajo, es convertir el tiempo en trabajo . En la catedral de Wells, en Inglaterra, existe un reloj que sigue funcionando desde el siglo XV.
El trabajo tal como lo conocemos surge en la Revolución Industrial. Máquinas. Telares. Telares, siempre telares. El padre de Engels se hizo rico con la industria textil. La rebelión de los tejedores de Silesia. Los luditas. La red. La web. Herón de Alejandría ya descubrió la máquina de vapor en la antigua Grecia, pero los griegos (dice Jenofonte ) despreciaban las artes mecánicas. Los romanos pudieron perfectamente haber descubierto la máquina de vapor . Si no lo hicieron es, probablemente (pero esto lo digo yo, no Yun Sun Limet) porque no estaban obsesionados con el tiempo... ¿O sí lo estaban? Había en Roma unos esclavos, llamados «esclavos de las horas», cuya misión era ir voceando las horas del día. Eran como relojes vivientes.
El libro habla de muchas más cosas: de la forma en que el capitalismo nos deshumaniza y nos convierte en meros «recursos» , algo que vemos y oímos a diario en la retórica de los políticos y empresarios europeos. «Reforma laboral» significa convertir nuestras vidas en números, reducir el trabajo, y por extensión nuestra existencia, a un mero problema de beneficios empresariales . Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué un empresario decide mi vida? ¿Por qué se mide mi existencia en términos del dinero que podré hacerle ganar?
Deberíamos ser dueños de nuestro cuerpo y de nuestro tiempo. La idea del trabajo anula ambos supuestos
Si el trabajo está relacionado con el tiempo, entonces replantearse el trabajo es replantearse el tiempo. Proust escribió siete gruesos volúmenes para intentar descubrir en qué había gastado el tiempo , ese inmenso caudal, aparentemente interminable, que había recibido al nacer. Sería imperioso que todos hiciéramos lo mismo, que nos dedicáramos como individuos y como sociedad a averiguar, por medio de una investigación sistemática y exhaustiva, en qué gastamos el tiempo.
En las páginas en blanco del final del libro de Yun Sun Limet he empezado a hacer una lista . Dice así: ritos; ocio (compras, amigos, excursiones, espectáculos, lectura, música, etcétera); guerra; vida familiar; vida social (se ha perdido, ahora metamorfoseada en ocio o en comidas o reuniones de trabajo); negocios; deporte; seducción y vida sexual; trámites y obligaciones; estudios; sueño; comprar comida, cocinar, comer (en ciertas sociedades se come fuera); limpiar y ordenar la casa; transportes; vacaciones; internet. Ahora que lo pienso hay otras, todavía otras: pensar; estar triste; preocuparse; mirar por la ventana; hablar por teléfono; tejer; cuidar el jardín... No creo que nadie sepa realmente en qué gasta el tiempo.
Somos esclavos
He aquí la idea para un gran «best seller»: un libro, escrito con gracia y bien documentado, que explicara con detalle en qué usan el tiempo los europeos (luego podría hacerse con los asiáticos, los africanos, etcétera). Creo que sería una forma de comenzar a comprendernos mejor y a saber de verdad de qué estamos hablando cuando hablamos de Europa y cuando nos comparamos unos con otros. Saber en qué gastamos el tiempo supondría saber cuáles son nuestros poderes y nuestras heridas, nuestras riquezas y nuestras carencias , en qué medida somos felices o desdichados. ¡Cuántas cosas aprenderíamos en un libro así! No sólo descubriríamos en sus páginas en qué gastan el tiempo los otros, sino también en qué lo gastamos nosotros. Y esto sería, con toda probabilidad, lo más sorprendente.
Deberíamos ser dueños de nuestro cuerpo y también dueños de nuestro tiempo . La idea del trabajo anula ambos supuestos: dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a hacer algo que no nos interesa y que sólo muy lateralmente forma parte de nuesta vida. Somos esclavos, y si no tenemos cadenas es porque no son necesarias . Nuestros dueños saben que no tenemos adónde escapar.
Otra forma de gastar el tiempo: escribir. Para mí, la mejor, la única , la más verdadera, la única verdadera, la única posible, la felicidad, la tortura, la felicidad. Yun Sun Limet también habla del trabajo del escritor en su librito. Cuando escribo, soy libre .