TEATRO
Ana Torrent: «Hay pocos papeles interesantes para actrices en la cincuentena»
Musa en su infancia de Víctor Erice y Saura, rueda ahora una película de Isabel Coixet y coprotagoniza «Todas las noches de un día», de Alberto Conejero, en el madrileño Teatro Bellas Artes
Uno de los filmes más míticos de la cinematografía española es «El espíritu de la colmena» (1973), de Víctor Erice. Todo en la historia de las dos niñas que ven en el cine de su pueblo de la meseta castellana, a mediados de los años cuarenta del pasado siglo, «Frankenstein» destila una magia única. Especialmente fascinante fue el descubrimiento de quien daba vida a la hermana pequeña. Era Ana Torrent. Con solo siete años, su hipnótica mirada traspasaba la pantalla. Han pasado muchas décadas desde ese momento, y numerosas películas y obras de teatro protagonizadas por Ana Torrent (Madrid, 1966). Hoy se ha convertido en una de las mejores actrices de nuestro cine y teatro . Ahora vuelve a demostrarlo en el papel de Silvia, una mujer con un punto de misterio, ese mismo misterio y capacidad de fascinación que poseía la pequeña de «El espíritu de la colmena».
¿Qué le atrajo sobre todo cuando le plantearon «Todas las noches de un día»?
Tenía información previa de que se trataba de un texto de Conejero, que dirigiría Luis Luque, y que mi compañero iba a ser Carmelo Gómez. Esto ya me ofrecía una garantía y ganas de meterme en el proyecto. Aunque en otras ocasiones he apostado por directores que empiezan, si me llega una propuesta sólida. Cuando leí la pieza, de gran potencia dramática y a la vez con un lenguaje poético muy trabajado, no lo dudé un instante y acepté rápidamente.
«Disfruto mucho en el proceso de poner en pie la obra, en la creación del personaje»
¿Qué destacaría de Silvia, su personaje?
Me encanta. Tiene muchos matices que ofrecen enormes posibilidades de interpretación. Es una mujer herida que arrastra un trauma de abuso en su infancia y adolescencia. Algo que es muy duro y difícil de superar, máxime cuando cometió el abuso alguien que precisamente es quien más debía quererte y protegerte. A Silvia le ha acarreado que tenga grandes dificultades para relacionarse con los hombres, para amar y ser amada. Se refugia en el invernadero de su casa, para cuyo cuidado contrata al jardinero Samuel. Pese a todo, Silvia intenta luchar, es valiente, hasta que las cosas se tuercen.
¿Sus sentimientos hacia Samuel son contradictorios?
En efecto. Silvia es una mujer contradictoria. Le llama la atención muchas características de Samuel: lo callado que es, las horas que puede dedicar a una planta... Cada uno tiene una concepción muy diferente de la vida, del tiempo, y del amor. Pero no todas las formas de amor tienen que ser iguales.
¿Su precoz debut en el cine influyó en ser actriz?
La verdad es que no. En «El espíritu de la colmena» no era consciente de que estaba interpretando. Y, de hecho, después de hacer «El nido» me planteé no hacer más películas. Cuando me dieron el premio por «El nido» en el Festival de Cine de Montreal estaba veraneando y la urbanización se llenó de periodistas. Todo me descolocó. Incluso pensé ir por otro lado, y empecé a cursar Geografía e Historia. Pero luego decidí estudiar interpretación en España y en Estados Unidos, y vi que ese camino era el mío, que me apasionaba. Disfruto mucho en el proceso de ensayos, cuando se va poniendo en pie la obra, cuando creo el personaje. Y luego es fantástico cuando se logra conmover a los espectadores.
«A los jóvenes que empiezan les diría que es una profesión maravillosa, pero dura. No todo son alfombras rojas»
¿Qué le pareció a sus padres ese temprano debut?
Me dejaron hacer la película, pero luego costó muchísimo convencerles para «Cría cuervos», sobre todo a mi padre, que quería que tuviera una infancia más normal. Aunque cuando les comuniqué que quería ser actriz me dijeron que era libre para decidir lo que quisiera hacer con mi vida, y me apoyaron.
«Mis padres me dejaron hacer "El espíritu de la colmena", pero luego costó muchísimo convencerles para «Cría cuervos", sobre todo a mi padre»
¿Qué les recomendaría a los jóvenes que empiezan?
No soy mucho de dar consejos. Lo que tengo claro es que les advertiría que esta profesión te tiene que apasionar, que es maravillosa, pero nada fácil, que hay muchos momentos duros, que no todo son alfombras rojas, festivales... Esto es lo que le digo a mi hija, y mi hermana me regaña: «¡Cómo le dices eso¡».
¿Su hija quiere ser actriz?
Tiene once años y hace teatro en el colegio. Hasta ahora no me ha dicho nada, pero quién sabe. No quiero influirla.
Aunque no sea su caso, ¿es complicado encontrar buenos papeles para actrices maduras?
Muy difícil. En mi caso también, aunque soy una privilegiada y últimamente he tenido mucha suerte, sobre todo en el teatro. Y ahora estoy rodando «Nieva en Benidorm», de Isabel Coixet. Hay pocas propuestas de interés para actrices en la cincuentena, sobre todo en cine y televisión. A partir de los cuarenta, la cosa empieza a ir para abajo, y los cuarenta y cinco es ya el sálvese quién pueda.