LIBROS
Toda la verdad sobre Tolstói, su mujer y su familia
Sofia Tolstaia, mujer del pope de las letras rusas, no fue un cero a la izquierda. En una novela da réplica a las mentiras de su marido
![Sofia Tolstaia preside una comida familiar. A su derecha, su marido, el gran Tolstói](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2019/10/25/familia-tolstoi-kJqG--1248x698@abc.jpg)
Cuando en 1889 Tolstói publicó la Sonata a Kreutzer , fue recibida como un relato autobiográfico donde revelaba su opinión sobre las mujeres y proyectaba su matrimonio. Su mujer, Sofia, se vio humillada y tuvo que soportar la condescendencia de amigos, familiares y hasta del zar. Y aunque conocía el texto, pues antes lo había tenido que copiar con cada variación que hacía su marido para esquivar la censura -y le había rogado, sin éxito, que lo modificara-, lo sintió como un ataque. La Sonata descrita por Zola como «una pesadilla nacida de una imaginación enferma» , presenta a un hombre que ha matado a su mujer puesto que ella, con su conducta díscola, lo merecía. No era culpa suya, ella se lo había buscado.
La reacción de Sofia al libro fue la más inteligente: escribir una respuesta con su visión de la historia . Porque Sofia, antes de ser Tolstaia, fue Sofia Andréievna Behrs (Pokróvskoie-Stréshnevo, Rusia, 1844-Yásnaia Poliana, Rusia, 1919) una joven cultivada y políglota con gran curiosidad por las artes, que escribía, pintaba y hacía fotografías, y que tenía una concepción del amor un tanto naíf -recordemos que tenía sólo dieciocho años cuando se casó con Tolstói, que le doblaba la edad-, que entendía el matrimonio como una comunión espiritual.
¿De quién es la culpa? es la respuesta literaria que Sofia dio a su marido. En ella, la joven Anna se casa con un príncipe mucho mayor creyendo que encontrará en él un hombre sensible y atento con quien cultivar el espíritu. La decepción llega pronto, al comprobar que su marido está mucho más interesado en los asuntos carnales que en los del alma . Resignada, lleva una anodina vida doméstica hasta que aparece en su vida Bejmétev, un hombre mucho más cercano a su ideal de compañero. Su afinidad despierta en el príncipe unos celos enfermizos que lo obsesionan y pronto se extienden a cualquier hombre que se le acerca, y acaban por desencadenar un final que revela su carácter egoista.
La autora responde con contundencia y calidad literaria a la Sonata creando un personaje sólido y complejo que muestra sus contradicciones, que ama a su marido pero no soporta su actitud, que lucha consigo misma y se contiene, aunque sabe que está renunciando a su felicidad, para ser la mujer pura que su conciencia le dicta. Como históricamente ha pasado con las compañeras de grandes artistas, consideradas musas o ayudantes pero nunca capaces de crear por sí mismas, Sofia vivió a la sombra de su marido. Dedicó su vida a él. Además de encargarse de la intendencia de la finca y la crianza de sus trece hijos (tuvo dieciséis embarazos), su principal cometido fue ayudarlo en la tarea de escribir. Copiaba sus manuscritos, intentaba mejorarlos, los traducía, intercedía ante la censura. Fue una suerte de editora cuyo genio consiguió que los personajes femeninos de Tolstói, según Gorki y Romain Rolland, fueran tan hondos y conmovedores como resultan ser, como explican Marta Rebón y Ferrán Mateo en el espléndido epílogo.
¿De quién es la culpa? estuvo oculto casi un siglo. Es una buena noticia que hoy lo podamos leer y devolvamos a Sofia Tolstoia el reconocimiento que le fue robado en vida .